Páginas Bastardas

domingo, 21 de febrero de 2016

El puente de los espías: La historia del hombre firme

“El puente de los espías”
Título original: “Bridge of Spies”
Director: Steven Spielberg
EEUU
2015

Sinopsis (Página Oficial):

Dirigida por Steven Spielberg, “El puente de los espías” de DreamWorks Pictures/Fox 2000 Pictures, es un apasionante thriller que cuenta la historia de James Donovan (interpretado por Tom Hanks), un abogado de Brooklyn que se verá arrojado al núcleo de la Guerra Fría, cuando la CÍA le encarga la prácticamente imposible misión de negociar la liberación de un piloto derribado.

Crítica Bastarda:

La página The Shiz Nit nos regaló una magnífica colección de pósteres honestos de las cintas nominadas a los Oscars 2016 donde no se dedicaban demasiadas buenas palabras al dirigido a “El puente de los espías”. Calificada como «un film aburrido de Steven Spielberg y una película de espías sin las partes de acción», la cinta evidentemente puede defraudar a aquellos que esperen tiroteos, frenéticas persecuciones y accidentes de tráfico. El libreto de los hermanos Coen junto a Matt Charman quiere recordarnos que tal vez hayamos olvidado otra vía diplomática de resolver conflictos y que ciertas posturas antagónicas pueden ser conciliadas con palabras. Es cierto que podemos entender el film como esa muestra del Hollywood biempensante en tiempos en los que el propio cine plasma los monstruos a los que se enfrenta actualmente EEUU y el precio moral que ha pagado por ello. En La noche más oscurade Kathryn Bigelow, película desdeñada por los Obama en los Oscars, ya se nos recordaba los únicos métodos que encontró el gobierno estadounidense para luchar frente al terrorismo yihadista y en “Sicario” de Denis Villeneuve presenciamos cómo una jauría de lobos «solucionaba» el problema del narcotráfico fronterizo. Ciertamente esas buenas acciones que nos vende Spielberg no tienen cabida en nuestro actual mundo que ha mutado hacia las sombras y duros claroscuros éticos. No obstante, “El puente de los espías” se trata de una lección histórica y memoria, un membrete de cómo articular una crisis desde el prisma del propio derecho y fe en las ideas que lo generaron porque, en definitiva, si se defiende algo en lo que no se cree no sólo se acaba en camino a la hipocresía sino en el más absoluto cinismo. 


En realidad, Spielberg se muestra patriótico para revelar a todo quijote que trata de defender el idealismo del sistema. Y ahí aparece la sociedad como ese combustible inflamable, que se deja llevar por el odio contradiciendo el propio esquema de su gobierno, detonando los andamios donde se encuentra asentado. Al director le interesa mirar y sumergirse en la historia y, aunque no llega a las cuotas alcanzadas en de la estupenda “Munich”, sí desea utilizar un intercambio de espías para articular un discurso que lance dardos envenenados sobre cómo otros utilizan la Constitución de los Estados Unidos. Y aquí aparece otro concepto de heroicidad divisado en ese hombre públicamente odiado por defender a un traidor bajo ese libro de reglas. Ciertamente Spielberg no quiere dar soluciones de cómo combatir a monstruos pero sí recordar que aquello que puede convertir a la sociedad o a un gobierno en uno. James B. Donovan (Tom Hanks) se transforma así en esa metáfora del hombre firme del relato, aquel que no puede ser tumbado por más golpes que reciba; el idealismo imbatible y siempre de pie encarando a los problemas y amenazas. Ese carácter aleccionador modula una narración que bien pudiera sintetizarse en esos raíles sobre los que viaja nuestro héroe, pasando del odio a la admiración en unos titulares de periódico, presenciando con sus propios ojos esos profundos paralelismos y diferencias que marca una civilización privada de libertad, polarizada y abocada al odio. Spielberg siempre ha sabido rodearse de orfebres y talento. Al libreto co-escrito por los Cohen, se suma la banda sonora de Thomas Newman o la fotografía de Janusz Kaminski aunque la sensación final es que “El puente de los espías” rodada hace más de 50 años y en blanco y negro —y protagonizada por James Stewart sería una pequeña joya cinematográfica y clásico. Tal vez esa diferencia de época respecto a su discurso y la imposibilidad de amoldarse completamente en la actualidad defina los grandes méritos de la propuesta. Y es que tiempos de frenetismo e hipérbole en lo que acción se refiere, sorprende ver un film en el que se mantenga el suspense sin una sola escena de persecución o tiroteo, desplegando la inteligencia en un libreto capaz de solapar el humor a la intriga e incluso con el don de humanizar a ese traidor y espía ruso que tan bien recrea Mark Rylance con una completa amalgama de matices. “El puente de los espías” consigue fascinar y supone una rara avis en este cosmos contemporáneo tan alejado y distante de la época y discurso que trata de abocar Spielberg. Posiblemente refleje que nuestro mundo ya esté condenado, plagado de hipocresía y cinismo, ignorando la historia de ese hombre que se mantuvo firme en sus convicciones y respetaba ese libro de reglas que ya es simple papel mojado. 

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1 comentario:

  1. Peliculón muy infravalorado, ya no se lleva este cine de principios, a lo Capra, pero a mí me gustó mucho...

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