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miércoles, 22 de abril de 2015

The Flash (1x19) Who Is Harrison Wells?: Cambiando la forma

Puede que esperásemos mucho más de All Star Team Up” (1x18) y ahora “Who Is Harrison Wells?”, decimonoveno episodio de la primera temporada de “The Flash”, nos deje en un mar de dudas. Desde Out of Time” (1x15) la proposición de la serie de The CW quedó clara y van a alargar todo lo posible el arco argumental alrededor de Flash Reverso hasta el gran clímax final de la presente entrega. El problema es que el espectador va muy por delante de los personajes, que todavía siguen desenredando esa gran madeja y red de sucesos para dar forma al pasado de Harrison Wells y saber a lo que se enfrentan. Pero, de nuevo, aquí la audiencia se sitúa en la perspectiva de Eobard Thawne y todos los sucesos que hicieron a ese viajero del tiempo tomar posesión (literalmente) de la vida y futuro del Dr. Wells para una maquiavélico plan del que estamos seguros no nos han contando del todo los guionistas. Puede que esa esperada vuelta de tuerca sea el motor de la segunda temporada de “The Flash” aunque la sensación es estamos avanzando lentamente hacia ese inevitable enfrentamiento. En “Who Is Harrison Wells?” no nos van a contar nada nuevo pero los personajes, con Barry Allen al frente, por fin van a desenmarañar esa gran madeja que esconde al mal en estado puro… ¿Afectará radicalmente a la mecánica de la serie? Hora de ir cambiando la forma aunque esperemos que no el fondo.

Como suele ser habitual en los argumentos de “The Flash”, el meta-humano del capítulo se integra en los conflictos de Barry. Aquí se va a formalizar esa posibilidad que dé sentido a la posesión de cuerpo de Flash Reverso sobre Harrison Wells. Seguimos, por el contrario, todavía lidiando con la conjetura e incluso dudas en los personajes principales. Que el villano se llame Hannibal Bates resulta incluso anecdótico y su apodo llegará de boca de esa indecisa Caitlin Snow ante el viaje de Cisco Ramon y Joe West a Starling City para investigar el accidente que sufrieron Tess Morgan y (el auténtico) Wells. En Central City todos son problemas. Everyman puede ser cualquier persona que toca y esta Mystica con pene se ha dedicado a cometer crímenes bajo la identidad de otras inocentes personas. El dueño de una casa de empeño dará la voz de alarma al tratar de vender el meta-humano las joyas robadas en la caja de seguridad de un banco haciéndose pasar por una empleada. Las presentaciones se formalizan rápidamente y vamos a tener un caso criminal investigado por The Flash y el perchero de Eddie Thawne. ¿Eddie? ¿El mismo detective al que le puede ganar en una pelea una anciana con muletas? Sí, ese tipo… Desastre en 3, 2, 1…  De las todavía dudas de Caitlin respecto a Wells mejor no hablar.


La investigación de Eddie y The Flash estaba condenada al fracaso y, en su nuevo encuentro, Everyman se transforma en ese perchero para fusilar a un par de policías. Todo queda grabado, la fiscal no cree en meta-humanos y demás mierda (aunque luego descubriremos que era una fangirl de The Flash) y Eddie acaba entre rejas entre los lloros de esa mesa-camilla llamada Iris West. En “Who Is Harrison Wells?” tratan de dar más hondura a tan prescindible personaje aunque precisamente sea ella la que la cague definitivamente. Y es que Barry será engañado por Everyman (al que le ha cogido gusto al pito y cuerpo de Eddie) y el villano se hará pasar por él para ir a S.T.A.R. Labs e incluso morrease con Caitlin Snow, mientras ésta le informa del suero para frenar temporalmente sus poderes. Iris llegará allí en busca de nuevas bragas, al haber empapado todo su fondo de armario, y el desastre es inminente. Menos mal que Wells es un villano observador y se fija en zurdos y diestros, al igual que Iris, para saber que ese Barry Allen es Everyman. Con un Taser por la espalda es suficiente para poner un poco de orden… aunque Iris se encuentre allí para proponer lo lógico aunque sea lo menos lógico. Obviamente Wells y Caitlin no pueden decir nada acerca de su pokemon-prisión de meta-humanos donde debería ir la Mystica-pene... Reconozcamos que ese presidio es un poco Guantánamo por muy estilizado, aséptico y de diseño que sea. Iris es capaz de denunciarlos a Amnistía Internacional y tratar de ganar un Pulitzer para saciar sus ansias uterinas periodísticas. Todos los sabemos porque este perchero-mesa-camilla es tonto hasta que una línea de diálogo inteligente demuestre lo contrario. Iris y Caitlin se llevan en un coche esposado a un Everyman todavía inconsciente. ¿Y no era más fácil llamar a policía y que estos fueran allí? Oh wait… que Everyman se tenía que transformar en una mocosa gritona delante de la única obra que se encuentra al lado de un semáforo en Central City… y, así, escapar. ¿Y son tan tontas y confiadas Caitlin e Iris que no pusieron el seguro del coche?


Si alguien pensaba que estos tipos eran inteligentes por su CI este capítulo demostrará al mundo por qué Harrison Wells les tomó el pelo (y trolleó) tan fácilmente. Y no es que lo de Barry sea delito por no sospechar de ese Eddie que entra por la puerta de su casa sino que unos nerds que están lidiando con un doppelgänger (e incluso con viajes en el tiempo) lo primero que harían sería tener unas palabras clave al respecto. Al parecer, los únicos que piensan allí son Cisco y West… y uno está en Starling City y el otro reservándose para largarse a su tiempo matando a todos antes por su estupidez crónica. Todo, no obstante, tiene explicación: el fervor uterino/genital de sus romances les tiene a todos agilipollados. A “The Flash”, para concluir, se le perdona sus delirios, deficiencias y excesos primaverales en pos de sus mejores y más eficaces parcelas para generar entretenimiento. Y, al fin al cabo, la serie consiste en eso. Las aventuras de Cisco y Wells en Starling City son más concisas con Quentin Lance haciendo de maestro de ceremonias para investigar la escena del accidente. Laurel AKA Canario Negro también pasaba por allí y pide ayuda al inteligente ingeniero mecánico para mejorar los dispositivos de su hermana y así generar ensordecedores graznidos. Cisco y West van a encontrar el cadáver del verdadero Wells (con taquiones por medio) y las pruebas de ADN confirman todo. La Dra. Tina McGee tenía razón: son dos personas distintas y el caso de Everyman confirma la posibilidad si es que existía algún escéptico al respecto. Cisco, para concluir su viaje, diseña el ‘El Grito del Canario’ sin que sepamos dónde pudo sacar el tiempo. ¡Es un genio! Esperemos que The CW haga un spin-off o una webserie sobre el taller de fabricación de sus gadgets. La recompensa de Laurel, por el contrario, merecía la pena.



En Central City, Everyman se prepara en el aeropuerto para huir y la lucha final entre el meta-humano y Barry se salda con una transformación en todos sus seres queridos (que haya palpado con sus manazas). Tampoco nos creemos mucho que Barry llegue a vacilar con un risible y visible engaño pero los guionistas quieren plantear tanto la confrontación directa de su superhéroe con un ser querido y, además, hacer que una de las cámaras de seguridad graben todo para exonerar a Eddie. Ciertamente aquí lo interesante es el desenlace de ese villano que, tras probar el suero diseñado por Caitlin y acabar en la pokemon-prisión de S.T.A.R. Labs, ha olvidado su propio y original rostro. Muy aterrador y tan acertado como conseguido momento. Posiblemente sea la secuencia más jugosa de “Who Is Harrison Wells?”, que acaba incluso mejor tras la llegada del único ser inteligente allí: Cisco Ramon. Gracias a un modelo 3D de los laboratorios creado después de la explosión encuentra el cuarto secreto de Wells para descubrir el traje de Flash Inverso e incluso ese periódico del futuro con el que comenzó el show. Me gustaría pensar que todo forma parte del maquiavélico plan de Harrison Wells para su golpe definitivo y me recuerda a esas palabras de la Dr. Bedelia Du Maurier durante la segunda magistral temporada deHannibalrespecto a la caza sobre Hannibal Lecter: si piensa que tiene el control de la situación es porque Hannibal Wells así lo ha consentido. Ahora veremos si Wells es el otro ser inteligente de la serie junto a Cisco o, por el contrario, éste ya ganó el perrito piloto… y el derecho de pernada con cualquier superheroína o metahumana. Y, por supuesto, con prueba fotográfica del delito.

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