Páginas Bastardas

miércoles, 8 de abril de 2015

Community (6x05) Laws of Robotics & Party Rights: Eliminar, eliminar, eliminar…

Es complicado realizar un análisis sobre un objeto tan voluble como “Community”. Siempre ha sido engendrada por el caos, mutación, apología de lo absurdo bajo capas de referencias pop y, sobre todo, un concepto en el que todo vale para hacer reír al espectador. Puede que etiquetar, por lo tanto, una temporada completa de la serie creada por Dan Harmon sea una tarea imposible. En Ladders (6x01) nos dieron las claves para entender el paso de NBC a Yahoo TV y la resurrección de la sitcom de culto en ese frisbee que se desintegraba en las manos de Leonard. Como lágrimas en lluvia… ¿Es hora de morir? ¿Es hora de ver ese pasado y recuerdo antes de que se evapore ante nuestros ojos? “Laws of Robotics & Party Rights”, quinto episodio de la sexta temporada de “Community”, sigue sin dejar claro para muchos si el regreso ha merecido la pena o es simple condimento para completar el ya mítico #SixSeasonsAndAMovie. Es cierto que el show siempre ha sido etiquetado como una serie de grandes capítulos y nunca de grandes (y regulares) temporadas y el top 20 de mejores episodios está tan ajustado que se necesitan autenticas genialidades para poder figurar en tal dorada lista. En esta sexta entrega considero que se está manteniendo el tipo ante tan mutación y reinvención, algo que pocas sitcoms pueden afirmar seis años después de su estreno. ¿Ha merecido entonces la pena “Laws of Robotics & Party Rights”?

El gran mérito de “Community” es que es lo suficientemente loca y absurda para poder gestionar cualquier tipo de argumento en Greendale. Los recién llegados (Frankie y Elory) todavía no están tan chiflados como Abed y compañía y la secta pronto les comerá el cerebro. Tiempo al tiempo. En “Laws of Robotics & Party Rights” sus dos tramas principales quedan definidas en su propio título. Las ansias de Britta por hacer una fiesta en el piso compartido con Abed y Annie nos lleva directos a reglas que pudieran recordar a este contrato de Sheldon Cooper y Leonard Hofstadter. Más de ocho invitados están prohibidos y, por lo tanto, no hay ni fiestón ni fiesta… por parte de esa ‘coucher’ que todavía no tiene habitación ni una identidad en ese reino abediano. Obviamente el intento de meterse en la cabeza de Abed trae consecuencias desastrosas. «Hago películas Annie hace reglas, tú haces fiestas. Sus reglas anulan tus fiestas, pero yo no estoy involucrado, solo hago pelis». De este modo, Britta seduce a Abed con la idea de rodar una película titulada ‘La fiesta de Brita’, basada en una historia real de diversión y sin reglas. Annie advertirá a Britta que rogará por su perdón… ¿Por qué?



El Departamento de Correcciones va a pagar a Greendale si permite que un número de pequeños y manejables internos asistan a clase usando una especie de robots ‘rodantes’ con un iPad por cabeza. Chang lo tiene claro: esos convictos les violarán a todos. La cuestión es que la rehabilitación viene en sendos movimientos y el dinero (300.000 dólares) permite a esos palos con monitores integrarse con el resto de estudiantes y profesores… “Laws of Robotics & Party Rights” narra el enfrentamiento entre Jeff y Willy con el decano de fondo como princesa a rescatar y conquistar. A Willy, uno de esos reclusos digitales, no le convence que Jeff no ejerza como profesor y ponga a sus alumnos “Planeta Tierra” para que él pueda centrarse en su smartphone. Willy deja claro que es un asesino… y resuelve la situación tratando de asesinar a Jeff tirándole por unas escaleras. Evidentemente ese palo con un iPad por cabeza resulta inofensivo y Willy pasa a la acción con su mentalidad de sociópata haciéndose con la confianza de Pelton. La línea de defensa de Jeff queda en evidencia: ¿por qué querría un asesino matar a un profesor de universidad? ¿Por qué? 


Jeff se va a dar cuenta de ese espejo distorsionado que supone Willy: una cara bonita que embauca a todos con el aliciente de ser un criminal violento y llamar la atención. Es obvio que Jeff estallará cuando ese objeto del deseo llamado Craig Delton (quién lo iba a decir…) deja de prestarle atención. Y es que “Laws of Robotics & Party Rights” sirve para revelar que Mister Winger tienen sentimientos por su decano (no sexuales, de momento) y quiere salvarle de cometer alguna estupidez con ese tipo peligroso que le está manipulando. En cierta manera los guionistas quieren lanzarse a esa auto-consciencia habitual del show y Jeff reconoce que ha mentido al decano para beneficio personal pero nunca lo confundiría o lo utilizaría emocionalmente… Mucho menos le haría daño. Jeff ‘asesinará’ a Willy en esas escaleras y desata la ira (e histeria) del decano, que le manda fuera de Greendale prohibiéndole el acceso… aunque sean dos semanas sabáticas pagadas. Al grito de un «destruiste mi terminal y mi corazón», el grupo tendrá que ayudar a infiltrarse a Jeff en esa ‘ceremonia’ en la que Dean Pelton va a convertir a Willy en profesor cual matrimonio con el alcaide de la prisión como casamentero. La idea es confeccionar una parodia a lo “Oficial y caballero” con esos asesinos que pueden entrar en el campus y robarle a uno a su decano de su corazón. “Community” siempre se mueve bien en la parodia y el humor absurdo y también en el terreno emocional con Jeff explorando sus sentimientos: «Porque no soy solo una cara bonita que mata gente y te dice lo que quieres oír, soy menos que eso. Soy una cara encantadora que trabaja para ti y te considera un amigo». Todo acaba en una pelea de palos (que no gallos) y con los invitados a la ceremonia animando esa batalla en la que se revela que Willy es un hombre inocente encerrado por error. ¿No es un asesino? ¿El único sociópata con una cara bonita en Greendale, entonces, es realmente Jeff? Sea como fuera todo queda resumido en la frase de ese alcaide: ¿Qué clase de escuela del demonio es esta? “Community” también encuentra en la estupidez del absurdo la solución a los problemas de Britta para frenar esa ‘24 Hour Party People’ que ya no tiene ni fruta gracia. Britta pide ayuda a Annie para acabar con su propia película y reconoce su estupidez tanto como el de las fiestas… como la de la película que rueda Abed. Con ese cierre —y fin del proyecto y colaboración con el Departamento de Correcciones— es normal que todos los protagonistas acaben siendo iPads andantes y que Abed encuentre el perfecto material para dominar el mundo. Todos a una: Eliminar, eliminar, eliminar. Y, en cierta medida, “Laws of Robotics & Party Rights” ha generado todo tipo de opiniones y condicionantes sobre ese ‘eliminar’. Algunos quieren erradicarlo de esta sexta temporada y, otros, dejarlo como el gran clímax de esos cinco primeros episodios. Al fin y al cabo los espectadores somos los jueces y verdugos de esa serie que, parafraseando a Jeff, siempre tuvo la cara apretada contra esa basura por los reyes de la basura y ahora ellos siguen ahí, dirigiendo la basura… ¿Logró salir “Community” de ese vertedero actual para la comedia en el que se ha convertido NBC? Al menos sigue con vida y tratando de dar guerra.

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