Páginas Bastardas

lunes, 11 de agosto de 2014

True Blood (7x08) Almost Home: Vergüenza ajena en 3,2,1…

Nos quedan tres pasos antes de que esa estaca llamada final de “True Blood” nos dé la muerte verdadera. De acuerdo, es cierto que el Norte se perdió hace mucho tiempo pero nunca la serie de HBO ha estado tan al Sur. Tras el adiós de Alan Ball nos temíamos lo peor y la pasada temporada se confirmó una decadencia que los propios ejecutivos de la cadena de televisión por cable captaron y decidieron detener antes de una hemorragia fatal y mortal. ¿El problema? El paciente ya estaba muerto y estos últimos capítulos están siendo la reanimación grotesca de un cadáver andante. Ni Anna Paquin hablando de su bisexualidad, ni el interés de la Comic-Con ni la homofobia de Luke Grimes han dado alas al circo mediático por un sencillo motivo: “True Blood” no interesa a nadie salvo a los/as fans de culo de Ryan Kwanten y las carnes y torsos de Alexander Skarsgård y otros que pasaban por allí. Con el último aullido de los músculos, glúteos y pectorales de Joe Manganiello ya en el olvido, llegamos a “Almost Home” como inicio del final que nunca fue final. Tenemos claro que presumiblemente HBO haya pedido la posibilidad a los guionistas de dejar cabos sueltos de cara un futurible spin-off o tv-movie y este octavo capítulo de la séptima y última temporada de “True Blood” debiera darnos ciertas pistas de si tendremos algo de sangre tras el catastrófico funeral.

Condesemos la infinita vergüenza ajena en los distintos frentes: 

La ‘Bodhisattva de la Earth’ (Noomi AKA Sarah Newlin) con la cura de la Hepatitis V en sus venas es perseguida y cercada por la Corporación Yakonomo tras el fichaje de Eric, cual Superstar, y su eterna fangirl Pam. Como si fuera Will Smith en “Enemigo público”, es localizada por lo satélites de la corporación en Light of Day Institute donde recuerda a sus viejos amantes en su locura paranoica… mientras que Mr. Gus se masturba pensando en contar billetes gracias a su ‘New Blood’. 

Violet seduce a Adilyn y Wade, jóvenes amantes rebeldes con el mismo coeficiente intelectual que una lámpara de salón, y se los lleva a su palacete de perversiones. Parece una trampa para atrapar a Jessica y hacer llorar en modo monger a Andy. Holly no gana para disgustos al igual que los espectadores.

Jason trata de entender a Hoyt, que habla como un australiano con la boca llena de comida basura, y también de ocultar su erección ante su novia Brigette interpretada por Ashley Hinshaw. Este chico cae en los mismos errores y sabemos que va a volver a robar la novia de su mejor amigo enseñando de nuevo su culo en 3,2,1…

Arlene representa a la facción folclórica alcohólica de los seguidores de “True Blood” y muchos/as se sienten como esa ‘sidosa’ que no puede tocar a su macho sano vampiro (Keith) salvo en sueños. Lafayette y Lettie Mae, por el contrario, representan la otra facción de fans de la serie de HBO tratando de desenterrar como locos toda la mierda y pasado de la propia ficción vampírica y tratar de dar sentido a Tara, su muerte cutre y el tufo a un anuncio de colchones sin colchones.

Y Sookie Stackhouse, mientras tanto, haciendo lo único que sabe hacer en esta serie: lucir lencería a la luz de la luna y marcar pezón para fornicar como una loca con su vampiro repleto de horrendas varices. ¿Vomitamos ya? Sí, en 3, 2, 1…


Ahora, dejemos clara la ‘shit’ y vergüenza ajena de “Almost Home”:

La ‘Bodhisattva de la Earth’ (Noomi AKA Sarah Newlin) es atrapada por la Corporación Yakonomo y Eric hinca el diente para ratificar su cura. Noomi se reivindica como Mesías pero nadie se cree un carajo y, tras tonterías varias, Eric finalmente no mata a aquella responsable de la muerte de su hermana. Los planes de Mr. Gus, por el contrario, son sintetizar la sangre de la tróspida como producto sin ofrecer una cura total y algo ‘menos perfecto’ para crear el mercado necesario y fijo por lo siglos de los siglos. Eric y Pam tendrán que callarse como bitches.

Violet manda un mensaje a Jason con las fotos de Adilyn y Jessica en una sesión bondage medieval. El Stackhouse cae en su trampa y se lleva a Brigette por necesidades del guión… aunque no sepamos todavía qué pinta allí salvo ser su futura vagina con piernas. Violet cumple la cuota de novia loca de Jason que ansiaba una vida sin intelecto e ingenio cansada, al parecer, del vintage intelectual y regresivo. Hoyt hace acto de presencia con una bala de madera cargada por el diablo para poner fin a tanta tontería y que Jessica moje las bragas con su acento ‘no se me entiende ni una mielda’ y deje las cosas claras sobre el sexo y la amistad a Jason… que también tiene todo claro: el color inmaculado de las bragas de Brigette como único pensamiento. Sí, solamente puede mantener uno y a la vez. La idea hasta el final de la serie va a ser jugar con el enamoramiento ‘again’ de Jason/Brigette y Hoyt/Jessica. Previsible en 3, 2, 1…


Por fin Lafayette y Lettie Mae tienen la respuesta del arameo, anuncio de colchones sin colchones y hoyo de Tara. El Reverendo Daniels y James se suman a la fiesta catártica sobre un flashback que realmente nos importaba una ‘shit’ pero que ha mantenido ocupado a todos los personajes durante la temporada. Tara escondió el arma de fuego de su padre tras pensar en pegarle un tiro al trollearle durante la fiesta de su cumpleaños y ese hecho provocó el abandono del gañán y el alcoholismo de la gañana de su mamá. Ains, respiro. Todos hacen las paces, Tara deja de protagonizar un anuncio de sábanas del Carrefour y nos pegamos un tiro con esa oxidada pistola en 3, 2, 1…

Y Sookie Stackhouse, mientras tanto, ¿qué hace? Esta vez —aparte de mantener conversaciones trascedentes sobre la vida y la muerte y su pasado con el amor de su vida que nos importan menos que cero… pese a sacar a la palestra a la Reina vampiresa de Luisiana— quiere hacer algo. Resulta que Eric se pasa por casa para revelar a su fangirl que está sano como un vikingo y ésta le informa que ahora es la mona de “Estallido” y que a Bill le queda hasta el fin de semana para morirse de la vergüenza ajena viendo “Sábado sensacional”. Sookie decide ir al Fangtasia para tener algo de protagonismo pese a que Eric advirtió a la hada que se encargaba él de todo. Sí, es sorda y se llama Sookie. No voy a contar el cómo ni el por qué de algo tan tonto pero, al final, acaban todos juntos en el ‘sótano de los horrores de mielda’ del Fangtasia. Ains, sí… el socorrido túnel secreto… sí, sí. Bill tiene ante sí mismo la curación de su enfermedad pero antes tuvo una visión que refleja el estado de ese bebé llamado “True Blood” en manos de un hada fornicadora e irresponsable: más negro que los cojones de un grillo. Bill quiere morirse… como nosotros ante tan vergüenza ajena donde únicamente salvan los muebles la habitual chulería de Eric y sus frases como <<Estate ‘quieta’, antídoto>>. ¿Llegará Bill al segundo programa de “Sábado sensacional” o morirá del bochorno y esas asesinas varices antes del amanecer? Sea lo que sea, que sea ya y en 3, 2, 1…

Licencia de Creative Commons
Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

1 comentario:

  1. Que se acabe ya...
    en 3,2,1........................ BANG!

    ResponderEliminar

Lea antes los Mandamientos de este blog.