Páginas Bastardas

sábado, 1 de junio de 2013

Las aventuras de Zipi y Zape: Chihuahua cinematográfico

“Las aventuras de Zipi y Zape
Director: Enrique Guevara
España
1981

Sinopsis (Oficial):

Zipi y Zape vuelven al colegio después de las vacaciones y se encuentran con nuevo compañero, Oliverio, un niño huérfano muy rico que vive con su tía Aniceta. Oliverio es víctima de las bromas de sus compañeros y en una de ellas le destrozan su flamante traje. Zipi y Zape han visto esta mala pasada y acuden en su defensa.

Crítica Bastarda:

Todo queda resumido en el siguiente chiste telefónico:

—Oiga, señorita. Quiero hablar con Nuevo Méjico. Sí, con Nuevo Méjico… con la ciudad de Chihuahua… Sí, con Chihuahua.
—¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!
—Señorita, le dicho que quiero hablar con la ciudad de Chihuahua… y ¡No, con un perro chihuahua! ¿Me entiende?

¡GUAU!¡GUAU!¡GUAU!¡GUAU!¡GUAU!
Con una coreografía lamentable arranca una de las cintas que tienen el honor de estar incluidas entre las 100 peores películas del cine español. ¿Por qué tanto estudiar?, nos repiten desde el comienzo. ¿Para no hacer BODRIOS como “Las aventuras de Zipi y Zape”? Los niños ricos van a en traje y esta película te puede hacer uno en menos de diez minutos. ¡Qué esperpento! ¡Qué trauma infantil! Los movimientos de Doña Jaimita Zapatilla con esos ‘defectos’ de sonido en sus huesos, el doblaje amoral, el mal bigote pintado de Don Pantuflo Zapatilla, la sucesión de instantes y personajes tróspidos… Los argumentos sin sentido del ridículo y sus diálogos prácticamente improvisados, cultivan una de unas de las joyas de nuestro anti-cine. La duda es saber si “Zipi y Zape y el club de la canica” con su tufo barato a “El internado” podrá alcanzar un 1% de la tróspidez que alberga la inolvidable y traumática película de Enrique Guevara, que finalizaría su carrera cinematográfica poco tiempo después con pajilleros títulos como “En busca del polvo perdido” y “El mundo sexual de la pareja”. 

Frotándose las manos: MISIÓN CUMPLIDA, TENEMOS UN BODRIO
Es cierto que esta conversación entre Zipi, Zape y su amigüito ricachón con unas niñatas en una bolera demuestra más dosis de inteligencia que todos los diálogos de “Física y Química” juntos:

 ¿Y, qué me decís de Pink Floyd? ¿Os gusta?
 ¿En qué equipo juegan?
 En el Deportivo Frenopático si te parece tontín…
 Pues tampoco lo conozco. Es que nosotros somos del Barça…

¡NO al maltrato infantil!
“Las aventuras de Zipi y Zape” debe ser considerada, por lo tanto, como un trolleo cinematográfico por encima de gags y travesuras entre estupidez infantil y anormalidad neuronal. Infame y cutre hasta decir basta, repasar los momentos inefables de este bodrio sería como narrar segundo a segundo una automutilación. ¡No tiene sentido! Simplemente hay que cortar el miembro definitivamente… Eso quiere decir que si después de ver semejante esperpento sigue teniendo pesadillas debería solicitar a un mal-amigo o familiar que le corte su cabeza para despojarle completamente del trauma. En esta HOBRA MAESTRA no paran de repetir «¡Chocolate para todos!»… Chocolate es lo que hay que fumar para poder soportar ver esta película sin el impulso de arrancarte los ojos entre tanto Sherlock Jolmes, Hulk en versión blue y fofa o Las ángeles de Chirli, sacadas seguramente de la esquina de algún polígono cercano al rodaje de esta obra atemporal e imperfecta desde el tinte hasta el mojón. ¡No se quejen ni se lamenten! Antes que gritar, ladren cual chihuahuas en Chihuahua: ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!

1 comentario:

  1. Después de leer tal maravilla me he dispuesto a verla, que la he encontrado <3

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