Sorprendido
me hallé cuando hallé (y no me callé), al ojear las listas de lo que
habían designado como Mejor del 2012 los lectores de la revista Rockdelux, que “The Big Bang
Theory” era su serie en emisión favorita. Cuando me
desplacé hasta la mejor película del 2012 según esos mismos lectores (y
votantes) hallé (y, entonces, grité) la definitiva y lógica respuesta: “Lo imposible”. Sí,
lo imposible es creerse que la publicación más longeva y con el criterio
supuestamente más culterta / gafapasta / distinto / acertado/ definitivo de nuestro
país haga una revista cargada de cultura para unos lectores que
(cuasi-seguramente) critican la telebasura y Telecirco y definitivamente
son amantes de la misma. Sí, “Lo imposible” es puro-puro-puro Telecinco… De hecho, está producida por ellos… Y “The
Big Bang Theory” es, actualmente que conste, el Justin Bieber de
las series de televisión. ¿Se imagina a Justin
Bieber en la portada de Rockdelux? Ben Affleck era el Justin Bieber del
cine… y miren donde está ahora… por ejemplo. Sheldon, Penny Leonard y compañía son
lo más popular del universo y este “Friends” con geeks que han confeccionado Chuck
Lorre y Bill Prady seduce a gafapastas, modernos, poperos, marujas y belibersmojabragas por
igual. ¿Es el secreto? ¿El secreto de la pop-ularidad? Momento de repasar las
deficiencias y méritos de “The
Contractual Obligation Implementation”,
decimoctavo capítulo de la sitcom de la CBS.
El argumento de “The Contractual Obligation Implementation” coincide prácticamente con El Día Internacional de la Mujer (Trabajadora) que se celebra el 8 de marzo. Curioso que su argumento provoque que Leonard, Sheldon y Howard vayan al instituto, en el que el judío sufrió toda clase de abusos y acosos escolares, a potenciar e incentivar a las chicas para que dediquen su vida a la física. La sucesión de FAILS se decantan por un sumatorio de clichés sexistas e incluso se atreven con un chiste de abusos a menores. ¿«Cómo excitar a una niña de 12 años»? ¿Viendo “The Big Bang Theory”? De hecho, cada vez creo que ha que tener una edad mental de 12 años o inferior para poder disfrutarla…
Raj, mientras tanto, elabora su primera cita con Lucy para solventar sus problemas de ansiedad social… y acaban en una biblioteca comunicándose por mensajes en el móvil. El corrector juega malas pasadas y descubrimos que Lucy es diseñadora de páginas web de
Penny, Amy y Bernadette hacen novillos en sus respectivos trabajos para ir a Disneyland. Sabíamos que Bernadette tenía carácter y acaban como princesas. Bernadette, por supuesto y por imposición, de Cenicienta. La trama parece una excusa para dotar de resolución cómica la línea argumental que protagonizan Leonard, Sheldon, Howard. Sus FAILS son solucionados por la lógica sheldonianana: las mujeres científicas indicarán vía teléfonica (y con sus vestidos sexistas de princesas off-line) a las jóvenes mujeres por qué se volcaron en el mundo de la ciencia. Se detectan numerosas parafilias en ese desenlace con coito y disfraz que hace indicarnos cierta inclinaciones ‘loliteras’ hacía señoras con futura corona y vestidas de primera comunión o dominatrix versión Disney… O sea, ‘En la Disneylandia del amor’ como el hit de Fangoria.
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