Páginas Bastardas

viernes, 8 de marzo de 2013

The Big Bang Theory (6x18) The Contractual Obligation Implementation: En la Disneylandia del amor

Sorprendido me hallé cuando hallé (y no me callé), al ojear las listas de lo que habían designado como Mejor del 2012 los lectores de la revista Rockdelux, que “The Big Bang Theory” era su serie en emisión favorita. Cuando me desplacé hasta la mejor película del 2012 según esos mismos lectores (y votantes) hallé (y, entonces, grité) la definitiva y lógica respuesta: “Lo imposible”. Sí, lo imposible es creerse que la publicación más longeva y con el criterio supuestamente más culterta / gafapasta / distinto / acertado/ definitivo de nuestro país haga una revista cargada de cultura para unos lectores que (cuasi-seguramente) critican la telebasura y Telecirco y definitivamente son amantes de la misma. Sí, Lo imposible es puro-puro-puro Telecinco… De hecho, está producida por ellos… Y “The Big Bang Theory” es, actualmente que conste, el Justin Bieber de las series de televisión. ¿Se imagina a Justin Bieber en la portada de Rockdelux? Ben Affleck era el Justin Bieber del cine… y miren donde está ahora… por ejemplo. Sheldon, Penny Leonard y compañía son lo más popular del universo y este “Friends” con geeks que han confeccionado Chuck Lorre y Bill Prady seduce a gafapastas, modernos, poperos, marujas y belibersmojabragas por igual. ¿Es el secreto? ¿El secreto de la pop-ularidad? Momento de repasar las deficiencias y méritos de “The Contractual Obligation Implementation”, decimoctavo capítulo de la sitcom de la CBS.


El argumento de “The Contractual Obligation Implementation” coincide prácticamente con El Día Internacional de la Mujer (Trabajadora) que se celebra el 8 de marzo. Curioso que su argumento provoque que Leonard, Sheldon y Howard vayan al instituto, en el que el  judío sufrió toda clase de abusos y acosos escolares, a potenciar e incentivar a las chicas para que dediquen su vida a la física. La sucesión de FAILS se decantan por un sumatorio de clichés sexistas e incluso se atreven con un chiste de abusos a menores. ¿«Cómo excitar a una niña de 12 años»? ¿Viendo “The Big Bang Theory”? De hecho, cada vez creo que ha que tener una edad mental de 12 años o inferior para poder disfrutarla…


Raj, mientras tanto, elabora su primera cita con Lucy para solventar sus problemas de ansiedad social… y acaban en una biblioteca comunicándose por mensajes en el móvil. El corrector juega malas pasadas y descubrimos que Lucy es diseñadora de páginas web de porno bailes de promoción de instituto. Bueno, también son pornos o acaban como una porno, ¿no? La cita acaba con fuga antes del primer beso y, al menos, esta vez los guionistas se han esmerado en buscar las disfuncionalidades que echamos en falta en Bernadette o Amy. Lo de Raj puede tener solución… aunque lo que tiene que hacer el indio es liarse con un travesti con unos buenos implantes mamarios y se acabaron sus traumas… ¿pero también su vida cada vez más insignificante en la serie?


Penny, Amy y Bernadette hacen novillos en sus respectivos trabajos para ir a Disneyland. Sabíamos que Bernadette tenía carácter y acaban como princesas. Bernadette, por supuesto y por imposición, de Cenicienta. La trama parece una excusa para dotar de resolución cómica la línea argumental que protagonizan Leonard, Sheldon, Howard. Sus FAILS son solucionados por la lógica sheldonianana: las mujeres científicas indicarán vía teléfonica (y con sus vestidos sexistas de princesas off-line) a las jóvenes mujeres por qué se volcaron en el mundo de la ciencia. Se detectan numerosas parafilias en ese desenlace con coito y disfraz que hace indicarnos cierta inclinaciones ‘loliteras’ hacía señoras con futura corona y vestidas de primera comunión o dominatrix versión Disney… O sea, ‘En la Disneylandia del amor’ como el hit de Fangoria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lea antes los Mandamientos de este blog.