Páginas Bastardas

viernes, 29 de marzo de 2013

The Mimic: Sobre mímicos y mímica


Serie de TV
“The Mimic
Reino Unido
2012

Sinopsis (Página Oficial):

Una conmovedora serie de comedia centrada en el destino de Martin Hurdle, un corriente hombre que trabaja en mantenimiento con una extraña habilidad para imitar voces.

Crítica Bastarda:

“The Mimic” queda reducida a la mímica como repetición de esquemas representativos de la comedia con un mímico como objeto del luminoso foco. Ese mímico tiene nombre: Terry Mynott, que imita muy bien las voces de famosos… Aunque, ¿de qué sirve imitar muy bien a Pacino o Ian McKellen si no hay nada interesante qué decir? El protagonista es un ser para nada excepcional con una capacidad excepcional de imitar voces… y la nueva comedia de Channel 4 no es más que una comedia para nada excepcional cuya una capacidad excepcional acaba y empieza en Terry Mynott. Martin ha decidido ‘esconder’ su habilidad y mostrarla simplemente a sus seres cercanos y prescindibles secundarios: su mejor amiga Jean, un vendedor de periódicos un tanto paranoico o su hijo bastardo y mulato que ha aparecido de la nada después de 18 años…


No sabemos si es un show sobre una comedia… o una comedia con un show(man). Es un concepto diferente, sí… pero creo que no funciona en absoluto. En los primeros capítulos de “The Mimic” no he encontrado ningún reseñable chiste y sus flaquezas son tan evidentes como débil su capacidad de entretenimiento. No sé si los responsables han sido conscientes de que un fondo cómico tan ligero difumina la capacidad vocal de su protagonista. Puede despertar interés el choque de roles de padre e hijo en ese contraste entre la timidez frente a la confianza de la juventud o ciertos toques y concesiones melancólicas del personaje, aunque el resultado no me parezca en absoluto conmovedor.


Que una historia de fondo y premisa de una comedia sea simplista no debe desembocar en algo anodino. Véase el caso de la reciente Legit o de cualquier sitcom de Ricky Gervais, por ejemplo. Importan, obviamente, tanto los secundarios como el poder de las tramas episódicas. A “The Mimic” no le ayuda en absoluto ninguno de los loser que orbitan alrededor de ese otro gran loser que actúa como sol para el resto. Ni un hijo adolescente cool, ni una compañera de trabajo cani, ni una amiga que simplemente parece que está allí para seguir la corriente del protagonista… No sé si etiquetar a esta serie como decepcionante es en sí mismo decepcionante cuando no hay nada sobre lo que sentirse decepcionado. Sería como gritarle a un sordo por no escuchar… Bueno, al menos sale Neil Maskell, al que hemos visto también recientemente en Utopia con su bolsa amarilla, y asociamos la identidad de Channel 4, aunque aquí debería asesinar a alguien para animar un poco el soso, olvidable y anodino conjunto.

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