Páginas Bastardas

viernes, 17 de junio de 2011

Un cuento chino: Cuentos Chinos


Siento ser de nuevo el pelotudo de este bastardo blog y poner un contrapunto a riesgo de una futura y lógica lapidación con vacas y puñales chinos. En un mensaje un usuario de Filmaffinity me indicó que mi visión del cine era tan amargada que hacía sentir una lija que lastimaba al lector. No es mi intención ir de listillo chino por la vida ni de soltar cuentos sobre el vacuno más inflado para llamar la atención pero “Un cuento chino” me ha entretenido y divertido proporcionalmente a su previsibilidad. Es lo que tienen los cuentos chinos. Mucho más si tu actor principal, Ricardo Darín, se ha ganado su reputación en taquilla y premios de sus cintas como “El secreto de sus ojos” y encima se permite el lujo de hacer declaraciones para perpetuar el trending topic tales como su consumo de drogas (marihuana) e incluso algún picoteo de cocaína… ¿Será un cuento chino? Pasen y vean.

¿Qué será lo que tiene una vaca capaz provocar un impacto kármico desolador en continentes antagónicos? Tal vez esa abertura que flirtea con el desastre y la ciencia y ficción sirva al director Sebastián Borensztein para construir una buddy movie (en forma y fondo) con un argentino huraño, asocial y dueño de una ferretería con un chino vapuleado por todas las fuerzas del destino sin papa de español. “Un cuento chino” ha sido un éxito en su país y posiblemente encandile a una gran parte del nuestro. Alicientes y vacas propulsadas por la aceleración de la Ley de la Gravitación Universal no le faltan a la propuesta. Tampoco humor (dramático) ni comadreo con el espectador que simpatizará irremediablemente con la película. Pero aquí yo suelo irme a las señales del destino llamado guión. Empezamos bien pero cometemos ciertos errores con clichés que creo que no ayudan nada al conjunto. No sé si Borensztein odia a la policía pero el personaje que dibuja bajo el beneplácito del abuso dictatorial y fascista de la autoridad se me escapa a mi bastado entendimiento. Mucho más si el punto de giro del protagonista es llevarse al chino a su casa ya que no quiere que pase la noche, como un delincuente, en el calabozo. No sé si en la mentalidad del buen progre el calabozo y una habitación cerrada con llave es lo mismo o son cosas antagónicas. 

Burocracia en un Mundo sin Ley
El proyecto quiso ser llevado a cabo en EEUU pero el director prefirió dirigirlo hacía otro terreno de sinsentidos belicosos nacionales. Porque “Un cuento chino” realmente quiere retratar la catarsis emocional de un ser que ha preferido recluirse como armazón ante el caos y absurdo del mundo. Es ahí donde aparece en el retrato del personaje un conflicto oculto que es expulsado por un exorcismo colectivo entre un chino, una vaca y un amor bastardo. Ni que decir tiene que los parecidos más que razonables con vacas y caídas con “Amelie” son muy notables así como sus espasmos de historias surreales nacidas de los diarios internacionales. No llega a un extremo interesante porque se queda entre el tanteo inicial que podría desembocar a la ciencia ficción y no emerge el lado más imaginativo y surreal. Digamos que la cinta se siente a gusto en su terreno cómico-realista-minimalista (casi toda la acción se lleva a cabo en los interiores del domicilio del protagonista, Roberto, y su ferretería) con crónica social, romántica y antibélica en un trasfondo para la emoción final. 

Condenados a Entenderse: Parte 589
No sé qué es lo que le falla a una fábula sobre las relaciones imposibles entre idiomas y culturas contrapuestas. Tal vez sea que todo aquello del cuento ni es chino ni es cuento porque todo sucede de una manera tan milimétrica y realmente metódica como ese personaje que siempre apaga la luz y se acuesta a la misma hora. Me hace recordar en sus posibilidades como producción americana pero teniendo una cinta como “Mejor... imposible” que explota mucho mejor a un personaje obsesivo y obsesionado por una realidad que detesta porque es incapaz de entenderla. La ley del absurdo acaba siendo la ley del embudo. Todo pasa y es conducido por el destino como una guía… bueno, cambien destino por guión cinematográfico y efectivamente la guía es tan guía, en medida y distancias anímicas, que realmente “Un cuento chino” es un simplemente un cuento con chino (con el Señor Chang de “Community” y vacas mutantes voladoras tendría más gracia todo). Pero no pidan vacas al olmo porque la Ley de la Gravitación del Destino Universal es así. 

2 comentarios:

  1. Hola bastardo.

    A esta me la voy a bajar por Cuevana cuando la suba.
    Como me gusta irme por las ramas te voy a contar un poco de el director de esta cinta, resulta que Borensztein es hijo de un muy pero muy popular comediante argentino, que con su humor acido sobre la politica logro la simpatia de la clase media argentina, y estuvo entre los programas mas vistos por 30 años, su hijo fue el productor y guionista los ultimos años del programa.
    Despues Sebastian produjo un muy famoso ciclo de ficcion novedoso en su epoca, ya que se trataba de una serie en episodios que empezaban y se resolvian en los 50 minutos que esta duraba, siempre en lugares cerrados, asi que Borensztein siempre tuvo un algo con el milimalismo casi teatral.
    Te dejo el link por si le queres hechar un vistazo http//www.tiempofinal.sion.com/bbtv/
    Y las razones de que haya sido un exito en Argentina se llaman Ricardo Darin, el tipo desde que protagonizo La Señal a hecho solo exitos, de hecho que una película como Carancho haya llevado 600.000 espectadores y no 100.000 es solo por que su protagonista era Ricardo Darin.

    Bueno me despido.

    Saludos chinos.

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  2. Hola Luchadora!

    ¡Muchas gracias por toda la información!
    Tenía toda la pinta de que Borensztein tuvo que hacer teatro o televisión.
    Darín mueve, desde luego, montañas... montañas de espectadores.

    Saludos bastardos y chinos. ;)

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