El segundo episodio de “American Horror Story: Apocalypse” confirma ciertas mecánicas en el universo de Ryan Murphy y Brad Falchuk. La antología siempre ha buscado espacios y lugares para construir sus arcos argumentales y Outpost 3 es el nuevo enclave. Esa base subterránea donde un grupo de supervivientes al gran Armagedón, que destruyó la civilización, son la única (?) esperanza para una organización llamada La Cooperativa. La Sra. Venable (Sarah Paulson) dirige el lugar con férreas reglas y castigos brutales para todos aquellos que vivan dentro de esos muros que esconden secretos. La llegada del misterioso Michael Langdon (Cody Fern) va abrir una vía para que nuestros protagonistas puedan hallar la salvación… pero, ¿a qué precio? Su cometido es llevar a otra base más segura (El Santuario) a una selección de los supervivientes y, al mismo tiempo, personarse junto otras apariciones que nos remiten a “Murder House”. Repasemos los puntos clave del episodio.
◊ Es normal que con las apariciones de serpientes (que cobran vida pese a ser despedazadas) y, sobre todo, el regreso del Hombre de Goma intuyamos la verdadera identidad de Michael Langdon. Aquí las casualidades son guiños y el interrogatorio al Sr. Gallant nos acercará a las oscuras intenciones del personaje interpretado por Fern con los supervivientes. La idea es jugar con la identidad del Hombre de Goma y que Gallant descubra que no es Langdon aquel que se oculta tras el icónico y fetichista traje de látex. ¿Un fantasma nuevamente? ¿Un eco del pasado?
◊ Timothy y Emily se instituyen como la pareja prototípica del subgénero postapocaliptico y sus investigaciones en el cuarto de Langdon les llevará a descubrir dos grandes revelaciones. No se sabe cómo, pero La Cooperativa (o al menos Langdon) tiene la capacidad de comunicarse en su portátil con el mundo exterior a través de correos electrónicos. Y, para colmo de males, la Sra. Venable ha impuesto su propia visión de unas rígidas reglas que nunca fueron exigidas por su organización. Esto provocará que Timothy y Emily mantengan relaciones sexuales…
◊ La relación de Gallant y su abuela (Joan Collins) va a explotar con los intentos de ésta por ganarse un hueco entre los seleccionados por Langdon y exponer a su nieto a sabiendas que poder causar su muerte. Por suerte para nuestro peluquero postapocalíptico favorito, Langdon parece jugar con sus acciones gracias al Hombre de Goma y sacar su oscuridad interior para que acabe cometiendo un asesinato. Ese misterioso hombre de látex intentará nuevamente seducir a Gallant y éste le apuñalará con unas tijeras. Descubrirá, ante la mirada de Langdon, que se trataba de su abuela… ¿Adiós Joan Collins? Las cosas tampoco irán bien para Timothy y Emily, que serán apresados en el lecho de su amor y serán sentenciados a muerte. Timothy ejercerá como el héroe que se espera de él y se revelará a su destino, disparando a Mead (Kathy Bates) y descubriéndonos que se trata, en realidad, de un androide con ese líquido blanco característico de los androides de la saga “Alien”. ¿Y cómo encajar todas esas piezas? Queda claro que Langdon está ejerciendo como ese ‘demonio’ que desea pervertir a todos los presentes y sacar su oscuridad interior y deseos tenebrosos. ¿Blanco como la sangre de un robot y en botella?
[Por falta de tiempo y para evitar la desaparición fulminante de ciertos análisis episódicos, el presente post pertenece a un nuevo formato de review de Historias (Bastardas) Extraordinarias en el que se expondrán reflexiones y líneas argumentales. La idea es también invitar al lector a comentar y compartir sus propias sensaciones del capítulo tratado.]
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Un mundo cada vez más loco
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