Superman. Sin límites: Limitada, aunque no desdeñable

“Superman: Sin límites”

Título original: “Superman: Unbound”

Director: James Tucker

EEUU

2013

Sinopsis (Página Oficial):

Un androide imparable en el horizonte. Una bola de fuego misteriosa que se dirige a toda velocidad hacia la tierra. Una bella e intrépida reportera que no se detendrá ante nada para conseguir su historia. Es sólo otro día para el héroe Hombre de Acero…sólo que esta vez, para bien o para mal, tiene a su impredecible prima, Supergirl, a su lado. La aventura comienza cuando Superman se entera de la fuerza implacable del conocido Brainiac, quien se ha apoderado de la ciudad de Krypton, capital de Kandor, y la ha miniaturizado. Decidido a liberar a la metrópoli capturada y a proteger su planeta del creciente poder de Brainiac, Superman se enfrenta a su mayor enemigo en esta película de animación original de DC Universe basada en la miniserie de los cómics.

Crítica Bastarda:

A veces (y espero no ser el único), imagino este tipo de adaptaciones/argumentos en los espectáculos en activo de The CW como posibilidades remanentes de aquello donde podrían llegar y sus límites de maniobra. Es seguro que “Superman: Sin límites” llegó para tratar de mejorar el nivel los decepcionantes films de animación alrededor del Hombre de Acero como para confeccionar un sólido entretenimiento… Al menos, las anteriores premisas eran la teoría. Pensemos en que confeccionar argumentos con Kal-El suele ser complicado si no se aporta una historia potente. En la cinta de James Tucker se trata de rentabilizar el pasado del superhéroe y lo que podría ser el enésimo intento de conquista sobre el planeta Tierra. Brainiac, en esta versión de la historia, fue el responsable de la desaparición de la capital de Krypton y Superman y Supergirl deberán dividir sus fuerzas tanto para proteger su actual hogar como acabar con la amenaza. Brainiac busca atesorar todo conocimiento en el universo y se trata de un supervillano inteligente y poderoso a la altura de las circunstancias. Es evidente que la dicotomía de Kal-El —como la de Kara Zor-El— es la lealtad que han de mantener hacia la Tierra o a los supervivientes del que fue su planeta natal y “Superman: Sin límites” nos sitúa en esa otra kryptonita emocional del conflicto de los protagonistas como parte de esos lugares comunes del subgénero un tanto desgastado. Quizás esos añadidos, como Supergirl, hagan más interesante una historia prototípica en la que no quiere faltar nada para mantener entretenida a la audiencia.  

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