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domingo, 24 de junio de 2018

Mega Pitón contra Mega Caimán: Pollos con esteroides y otras megamonstruosas catástrofes

“Mega Pitón contra Mega Caimán”
Título original: “Mega Python vs. Gatoroid”
Director: Mary Lambert
EEUU
2011

Sinopsis (Filmaffinity):

Una fanática defensora de los derechos de los animales, libera serpientes exóticas de las tiendas de mascotas, que son importadas ilícitamente. Son pitones que luego comienzan a adquirir proporciones gigantes.

Crítica Bastarda:

The Asylum y las criaturas gigantes y monstruosas digitales ha cobrado una extraña y tróspida simbiosis. La colección de títulos y bodrios es tan monumental que realizar un seguimiento pudiera provocar el ingreso en un centro psiquiátrico del valeroso espectador que se anime a tal suicida acto. En el caso de “Mega Pitón contra Mega Caimán”, el film es recomendable (?) al figurar en el listado de las peores películas del siglo XXI de acorde a su puntuación en FilmAffinity. Actualmente, su nota actual (2,1) pudiera sugerir un halo de mejora (?) y culto (?) que hiciera escapar a la producción de estar incluida en esa colección de títulos confeccionadas allá por 2013. Los tiempos han cambiado y tal vez la saturación de películas temáticas de The Asylum haya provocado que la animadversión y odio se haya convertido en diversión por el cine cutre. Sea como fuere, la cinta de Mary Lambert es todo un bodrio a tener en cuenta gracias a sus pitones y cocodrilos y el par de protagonistas femeninas que rompen cualquier clase de cliché del género sobre sus personajes y entidad ectoplásmicas/digitales. Todo va a ser tan gratuito para Tiffany y Debbie Gibson en su constante duelo por el poder del mayor escote y peso del maquillaje dentro de la pantalla… La lucha está servida entre una megapitona y otra megacocodrila


La sheriff del Condado, Terry O'Hara, y la Dra. Nikki Riley se van a embarcar en una aventura ‘diodenal’ en la que la proporción de esos reptiles es tan relativa como la sombra de ojos y efectos tridimensionales del pintalabios de las protagonistas. Los (d)efectos especiales no van a ayudar en absoluto a una cinta condenada a la estupidez desde su primera secuencia y premisa. ¡Bienvenidos los pollos con esteroides a las ‘monster movies’ para transformar a las criaturas en aberraciones de la naturaleza! “Mega Pitón contra Mega Caimán” trata de salvar los muebles con algo de fanservice (ese zepelín de The Asylum) y, sobre todo, con los personajes rocambolescos de Tiffany y Debbie Gibson y las situaciones absurdas y delirantes que han de protagonizar. Mención aparte todo ese dramón con un prometido carne de pitón y un fiestorro amenazado por bestias gigantes. Todo (absolutamente todo) es malo y estúpido pero, por el contrario, la película trata de rentabilizar su concepción de basura cinematográfica para hallar la habitual complicidad con el cine ‘mierder’. En la propuesta existenten momentos inenarrables como un clip y secuencia de montaje para el recuerdo e incluso un plagio al desenlace de Bigfootde Bruce Davison, la considerada peor película del siglo XXI. Cualquier retazo vale para que Lambert nos regale una oda al desperdicio fílmico y la carcajada cercana a la parálisis cerebral.


En realidad, si alguien mezclara todas las escenas de manera aleatoria conseguiría otra película seguramente más entendible que todo este aluvión de basura por fotograma, pitón y cocodrilo monstruoso. 


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