Páginas Bastardas

viernes, 6 de abril de 2018

El marginal: Infiltrado

Serie de TV
“El marginal”
Argentina
2016

Sinopsis (Página Oficial):

Un expolicía infiltrado intenta desbaratar una banda que opera desde la cárcel, pero antes deberá manejar los códigos del inframundo para sobrevivir.

Crítica Bastarda:
Si ves la opresión del pobre y la negación de justicia, no te sorprendas. 
El que ama el dinero no se saciará de dinero. Y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias. 
También esto es ambición y unidad. 
Cuando aumentan los bienes aumentan también los que consumen. Así pues, ¿cuál es la ventaja para sus dueños si no verlos con sus ojos y regocijarse? 
Dulce es el sueño del pobre porque al rico la hartura no le permite dormir. 
He visto bajo el sol lo que es bueno y conveniente. Comer, beber y gozarse uno del fruto del trabajo en los contados días de la vida que Dios le ha dado. 
Por el contrario, hay un gran mal que he visto: las riquezas guardadas por sus dueños para su propio perjuicio. 
La Santa Biblia sirve a “El marginal” para presentar una trama que muchos espectadores podrían ver como una nueva vuelta de tuerca sobre el subgénero carcelario presentado en “Celda 211”. La serie argentina sigue a un expolicía cumpliendo condena que se infiltra en una cárcel, alentado por su hermano, para resolver el secuestro de la hija de un poderoso juez. Dentro de la penitenciaria existe una red criminal, que opera desde su interior, y ha sido la encargada de secuestrar a la hija del poderoso juez Lunati. Todo se va a complicar, por necesidades del guion, y Miguel Palacios tendrá que asimilar su identidad falsa como Pastor Peña dentro de la penitenciaria. Ya nadie sabe que está ahí dentro y tendrá que sobrevivir a cualquier precio… En los márgenes de policiales televisivos, “El marginal” se adentra en la brutalidad, crudeza y corrupción que se vive dentro la prisión de San Onofre para ir reconduciendo su premisa hacia otro tipo de historias y tramas de corte realista alrededor de sus diversos personajes. 


Quizás el espectáculo no tenga una constancia en las posibilidades de ese ecosistema compuesto por una banda de presos que gobierna la prisión en la que trata de sobrevivir Miguel/Pastor. Con alianzas y los problemas de suspense respecto a su identidad, “El marginal” trata de rendir cuentas a ciertos estereotipos y lugares comunes del subgénero carcelario y añade a una asistenta social, interpretada por Martina Gusman, para que esos diferentes mundos tengan un punto de encuentro. San Onofre es un lugar peligroso y sucio, repleto de un juego de poder y corrupción centrados en su director Antín y el peligroso criminal Borges. La serie revela su carácter sólido pero, asimismo, sus carencias y debilidades al ceder a esa parcela trillada una vez que se resuelve el secuestro de la hija del juez Lunati y se inicia una cadena de venganzas y luchas internas. Su decimotercer episodio, de este modo, podría ser un tanto decepcionante si alguien espera un clímax anunciado desde sus giros de guion previos. Puede que aquí observemos ese espectáculo caótico y necesitado de otro tipo de dirección o con mayor presupuesto y, al mismo tiempo, notemos que muchas tramas no admiten demasiado lugar ni espacio a la continuación ante un cierre que podríamos considerar forzado en algunos aspectos. La distribución por parte de Netflix, no obstante, ha servido para que la calidad de la serie se dé a conocer al resto del mundo y sus buenas críticas y sensaciones entre el público mayoritario, hicieron que estuviera incluida entre las mejores nueves producciones televisivas de 2016. Tendremos continuidad… en forma de precuela. ¿Hay todavía suficiente universo para narrar los orígenes de la red de corrupción y delincuencia de San Onofre? Lo descubriremos pronto.

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