Serie de TV
“Falling Water”
EEUU
2016
Sinopsis (Página Oficial):
¿Qué pasaría si pudieras controlar el mundo mediante el control de los sueños de los demás? Tres personas sin relación entre ellas van descubriendo que están soñando distintas partes de un solo sueño común.
Posiblemente el espectáculo de USA Network fuera una de las propuestas más arriesgadas y originales en la temporada televisiva de 2016 aunque, sin embargo, cosechó el desprecio de la audiencia y la indolencia de la prensa especializada. Henry Bromell y Blake Masters idearon una ficción en la que los sueños de los personajes principales (y secundarios) fueran las piezas de un gran mosaico que sueñan todos juntos. Todo ese material onírico trata de decir algo a los protagonistas de “Falling Water” en los primeros compases de la serie y desde su premisa ya se nos indica la capacidad de una persona especial que pudiera salir de sus sueños y entrar en los de cualquier otra persona. Tal poder podría cambiar el mundo… Es obvio que “Falling Water” juega con el misterio y va cocinando a fuego lento sus respuestas en tiempos en los que todo es inmediatez televisiva. Pensemos en que esa clara interconexión de sueños se sintetiza en la sensación de la idea, tal y como apunta Burton (David Ajala), de algo sólido que se deshace… Cualquier concepción previa son ya hilos (narrativos)… La serie, además, se puede entender como una clara línea de evolución de los proyectos de la cadena tras “Mr. Robot” para tratar de romper ciertas mecánicas del resto de la competencia. En esta ocasión, se combinan elementos sobrenaturales con una clara esencia onírica con visiones que dotan de sentido los conflictos y temores de los protagonistas. Tess (Lizzie Brocheré) va a descubrir que dio a luz a un hijo que le arrebataron aunque, sin embargo, el mundo entero parece negar tal hecho. Es algo evidente que las historias de un policía y un ejecutivo de seguridad corporativa van a entrelazarse y los secretos van a estar a la orden del día… hasta que el espectador decida adentrarse en el universo del espectáculo de USA Network y esperar la recompensa hasta bien avanzada la temporada. Pero, ¿merece la pena o, por el contrario, la desidia es la única respuesta posible ante su pretendida falta de ritmo?
El interés de “Falling Water” es que construye todos sus argumentos e historias a través de las imágenes oníricas en tiempos en los que la ficción televisiva está completamente subrayada. He ahí también el gran problema para que la audiencia quede atrapada en las redes de un espectáculo ambiguo y complejo. Su confusión argumental, inclusive, se apuntala desde la propia propuesta de los escritores: solamente los sueños pueden dar respuestas y, en principio, Tess es la única protagonista que parecer tener claro tal concepto desde el comienzo. De este modo, la serie de USA Network, constituye un thriller que tarda inclusive en conectar a sus personajes hasta que llegamos a la práctica terna de episodios finales. Desde investigadores de sueños, gente poderosa interesada en el poder de moldear a la humanidad, un culto dedicado a proteger los secretos de los sueños y, por supuesto, el hijo perdido de Tess, “Falling Water” juega al desconcierto entre otras tramas más estereotipadas. Todo puede o no existir y el espectáculo de Bromell y Masters no desea establecer unas claras reglas como lo hacía “Origen” de Cristopher Nolan para saber diferenciar los sueños de la realidad. Tampoco la estructuración de la primera temporada desea poner las cosas fáciles a la audiencia ya que, evidentemente, está concebida para mostrar la punta de un gran iceberg que no emergerá hasta el los capítulos conclusivos. Una vez que hemos compuesto ese gran puzle, que plantea la propuesta de USA Network, surgen las posibilidades de grandes conspiraciones y un culto que usa zapatillas verdes como marca característica de su presencia en la serie. Juan Carlos Fresnadillo ha sido tanto productor ejecutivo como director de la propuesta aunque no existe una huella autoral en una ficción que desea confundir tanto a espectadores como protagonistas. ¿Qué es un sueño? ¿Dónde están los límites de la realidad? Al cierre de su primera temporada todavía tenemos dudas sobre los infinitos poderes del hijo de Tess para poder alterar el tiempo y repetir un sueño condenado a repetirse aunque, sin embargo, la imagen que sintetice las sensaciones sea la de todas esas personas que ha dejado atrás en estado narcoléptico.
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