Páginas Bastardas

domingo, 29 de junio de 2014

Pterodactyl: BODRIO pterodáctilo

“Pterodactyl”
Director: Mark L. Lester
EEUU
2005

Sinopsis (Oficial):

Dentro del cráter de un volcán, algo ha estado dormitando por millones de años. Cuando el volcán hace erupción, una obscura caverna ve por primera vez la luz del sol… y en ella, un secreto que pondrá en peligro a la civilización entera. Prepárate para ser devorado… 

¡Los pterodáctilos han regresado! 

Crítica Bastarda:

Todo se resume en el siguiente chiste que cuentan en la película:
Hay dos tipos en el bosque. Uno se desmaya y su amigo cree que murió. Llama a emergencias y la operadora dice: «Bueno, calma. Lo primero que hay que hacer es asegurarse de que esté muerto». «Claro», dice el hombre. La operadora escucha un disparo y el hombre dice: «Bueno, ¿y ahora qué?»

Después de que esta película —con un comienzo en el que se caen los ‘huevos’ tanto en un lado como el otro de la pantalla— provoque que tus testículos toquen la moqueta/suelo/lo-que-tengas-por-debajo-de-los-mismos, llegan uno cúmulo de diálogos de película amateur, espantosos defectos especiales (y espaciales), actuaciones que deberían ser consideradas delitos, muertes cutres y ese larguísimo etcétera (y bla, bla, bla) de gente llorona. Mark L. Lester siempre tendrá un hueco en nuestro corazón ochentero con cintas de videoclub como “Curso 1984”, “Ojos de fuego” y “Comando” pero, pese a seguir dirigiendo películas durante los noventa y el Siglo XXI, no llamaba lo suficiente la atención hasta explotar toda su talento con “Pterodactyl”. Con frases como «Estudio paleontología, no orinología» o «Hay una cosa que vuela, ¿cómo la llaman?» uno se pone a mear sin echar gota. ¿Estamos, por lo tanto, ante una de las mejores malas películas de este Siglo? ¡Por supuesto! Porque la cuestión es que esta cinta se consolida, cual mojón defecado por un pterodáctilo, como un must-see para todo amante del cine mierder y que no puede faltar en en en (ains, que me pongo nervioso) toda buena cutre-teca que se precie.


En realidad, “Pterodactyl” es muy filosófica y existencial: muchas veces es necesario que un pterodáctilo te caiga encima para darte cuenta de la estupidez que has cometido. Y, obviamente, estos personajes necesitaban alguien que los bajara de la nube de tróspidez donde fingían vivir: el empollón insensible, la pija que odia todo y cae a todo el mundo mal, la historia de amor… Que el protagonista se llame Michael Lovecraft no deja de plasmar el sello de las películas emitidas para el canal SyfyQue Coolio tenga su escuadrón y ese apaño de trama militar con la científica y alguna secuencia que parodia indiscriminadamente a “Parque Jurásico” —siendo la propia cinta una versión oportunista y cutre— no deja de desentonar junto a que el famoso profesor Lovecraft tenga unos discutibles intereses morales en todo el asunto. ¿Podrá el amor de su antigua alumna sacarle de ese cascarón de ombligüismo? Me gusta que, al menos, “Pterodactyl” tenga un carrusel de personajes egoístas y antipáticos para que el espectador se posicione del lado de los reptiles voladores prehistóricos y aplauda sus muertes. Pero obviamente Mark L. Lester se reserva cierta evolución de esos cromañones y ciudadanos americanos para que nos pongamos del lado de Coolio y Lovecraft porque, al final, la manada de pterodáctilos acaba cansando con sus repetitivos ataques, amputaciones y comilonas. 

OLA K ASE

Desconocemos si la película nació de algún comentario en voz alta de un friki cuando vio “Jurassic Park” del tipo ¿¡Dónde están los pterodáctilos!? Seguramente allí estuviera cerca un productor de SyFy para tomar nota. ¿Y la historia? ¿¡Es que importa en una película de SyFy!? Transmutemos sus principales diálogos:
“Pterodactyl” es un BODRIO, no es algo personal. 
¡Llora mañana, hoy tenemos que tragar todo un BODRIO! 
El macho domina… Igual que en los BODRIOS
En resumen, vean este GRAN BODRIO y si sobreviven (de los ataques de risa entre derrames cerebrales) llamen a urgencias y griten que acaban de ver “Pterodactyl”, que su cerebro está muerto y pregunten «Bueno, ¿y ahora qué?». 

1 comentario:

  1. Michael LOVECRAFT es solo la punta del iceberg, Angie LERN, Willis BRADBUR, Kate HEINLEIN, BURROUGHS, CLARKE, HERBERT... ¡Este bodrio tiene más nombres de escritores de Sci-Fi que la biblioteca de George Lucas!

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