“Arrow” sigue siendo una fábrica de noticias y, tras el parón y culebrón, toca reponerse de varios grandes focos que parecen ir entrelazándose durante su segunda temporada. Si teníamos a Ra´s al Ghul y La Liga de los Asesinos AKA La Liga de las Sombras pululando ya por Starling City y la trama de la isla y sus flashbacks se conectarán con Los Hermanos de Sangre (y no los de la HBO), ahora llega el turno de crear a The Flash para dotarle de una serie independiente dentro de The CW y seguir haciendo crecer el Universo DC. La idea es también de futuro y que ambas series interactúen entre sí aunque el propio creador no lo ve viable hasta dentro de varias temporadas. Con el adiós de Canario Negro salvo en la isla con su enlace con el evil-doctor Ivo, la llegada de Malcolm Merlyn y los rumores sobre Nightwing (Dick Grayson) y el Rey Reloj (William Tockman), es momento de repasar “The Scientist”, octavo capítulo de la segunda temporada de “Arrow”.
Todo se relaciona y todo se condensa en este capítulo en una gran trama. La llegada de Barry Allen a Starling City se produce por una extraño robo en la División de Ciencias Aplicadas de Empresas Queen. Barry es un geek en toda su extensión y no es The Flash… todavía… aunque sigue de fondo de ese experimento y muchos guiños al superhéroe. Se muestra, además, su trauma infantil sobre el asesinato de su madre, el misterioso homicida y la acusación sobre su padre que se pudre en la cárcel desde entonces. Una ligera variación que no obstante deja claro que su Némesis, el Profesor Zoom, es el autor del crimen y la inclinación del chico a investigar los extraños casos imposibles. Aquí es el concejal Sebastian Blood (Kevin Alejandro) aquel responsable de formar un ejército de súper-hombres al que Oliver se tuvo que enfrentar en la isla y uno de esos supervivientes dará demasiada guerra a un chulo Arrow. ¿Se convertirá Slade Wilson también en una mala bestia? ¿No le preguntó Sara Lance por su compañero de aventuras cuando se reencontraron? ¿Sigue vivo, verdad?
La idea es que el grupo encuentra el misterioso submarino, el suero milagroso y se lo tenga que inyectar a Slade para tratar de salvarle la vida. También, los hombres de Ivo (y él mismo) llegarán para atrapar a todos. Que Felicity y Barry se sientan atraídos el uno por el otro y tengan muchos momentos juntos no sólo alegrará a los geeks sino a los propios seguidores de la serie. Esta chica se merece hacer honor a su nombre… y sonreír después de tanto desplante de Oliver, que sigue en ese juego de tensión sexual con esa gato-parda llamada Isabel Rochev. Con el robo de la centrifugadora gigante, la aparición de Barry y su confesión tras descubrir su jefe su ‘fuga’ para investigar el caso, tenemos un ejército de villanos que Arrow no puede vencer ni atravesar con sus flechas. ¿Pedirá socorro o se chutará suero en vena?
La Liga de las Sombras también estará presente en esa trama de culebrón entre Malcom y Moira y donde el villano que todo el mundo da por muerto, quiere acercarse a su hija y recuperarla. Malcom hablará demasiado y Moira, al que toda la ciudad sigue culpando de todo pese a su inocencia comprada cual Infanta, se pondrá en contacto con el mismísimo Ra´s al Ghul para poner en su sitio a Malcom y que Thea siga tan tonta y ciega como siempre, con todo aquello que sucede a su alrededor. Es cierto que en este episodio se muestra más cooperativa con su novio pero sigue igual de perdida. ¿No era más fácil Malcom enviarla un WhatsAPP con el manido SOY TU PADRE? Con Oliver Queen derrotado y chutado, Felicity no puede consentir que Diggle llame a urgencias y Barry será sedado en plena estación para despertar en el centro de operaciones de los chicos y descubrir que Flecha Verde, del que es fan incondicional, necesita su ayuda. ¿Conseguirá aquel que será The Flash salvarlo o se lanzará a darle un fogoso beso con lengua a Felicity? Lo veremos en el próximo capítulo.
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