“The Apparition”
Director: Todd Lincoln
EEUU
2012
Sinopsis (Oficial):
Una serie de sucesos aterradores comienzan a producirse en la casa de una joven pareja. Kelly y Ben descubren que están siendo acosados por una presencia fruto de un experimento realizado en la universidad de parasicología.
Esta horrible presencia se alimenta de sus miedos y les atormenta no importa donde huyan. Su última esperanza reside en un experto en fenómenos paranormales, pero incluso con su ayuda puede que sea muy tarde para salvarse de esta terrorífica fuerza.
Crítica Bastarda:
¡Socorro! Tengo presencias asesinas de cactus y perros... que te dejan la casa más guarra que en un anuncio de Don Limpio antes de que aparezca el calvo... que abren puertas hasta con alarma… y que te rajan el suelo en menos de nada… ¿Fantasmas? ¿O tal vez gitanos? Desconocemos si el plan del fantasma gitano era colocar en la casa una churrería ilegal por esas marcas de grasa y el sonido de la feria incrustado entre los andamios. Ignoramos si el ente gitano quiere ser director de cine, moviendo cámaras y haciendo primeros planos aberrantes, y gracias a un catálogo de sustos de niñas satánicas que gritan «Tu casa mató a mi perra». Aquello que podemos afirmar, según cuentan al final, que el bicho grasiento es más viejo que los demonios y los fantasmas pero yo digo que es un torturador que hace churros con esas manos con uñas más negras que en un campo de droja. Que “The Apparition” fuera considerada una de las 10 peores películas de 2012 no es fruto de la casualidad, de una sesión de espiritismo o un experimento friki-universitario. Es que la película es una fruta mielda y punto.
Los únicos sustos que hay en la película son los que se llevan los padres de la protagonista a volver a casa y encontrar el cisco que han montando tanto su hija como su churri… y el de los espectadores que tuvieron que pagar por ver semejante engendro y volvieron a mirar el precio de la entrada. La película siguen el ejemplo de la ‘aparición’ y su truco es agotar al espectador al extremo de la rendición (vía derrame cerebral) para atraparle… aunque no se dé cuente de aquello que acaba de cazar es un cadáver boquiabierto del aburrimiento o del asco ante tanta grasa y mano sucia.
“The Apparition” intentó ser una nueva “Paranormal Activity” y se convirtió en una absoluta defecación de serie Z que únicamente puede provocar un sentimiento que funde la arcada y el aburrimiento. Tan amateur como esos experimentos de parapsicología, el arranque desea seguir la rutina marcada por la franquicia iniciada por Oren Peli bajo el espíritu de la grabación y la misteriosa leyenda remarcada con la repetición de un ensayo por tres jóvenes para atestiguar una presencia paranormal. El resultado irá compactando y esclareciendo una trama troncal tan previsible como obvia entre el juego de luces en plan Space del Ibiza (¡y no patrocinado por La Leti!) para finalizar sin giros de guión ni ningún recurso que impacte a la audiencia salvo si odia a los gitanos y esas manos tan largas que meten mano para dejarse sin bolso ni cartera. “The Apparition” se convierte en cierta medida en esa grasienta y oscura presencia que juega con sus víctimas antes de llevárselas a ver de nuevo la película. O sea, una entidad paranormal hija de fruta en plenitud capaz de explotar cerebros y cabezas en menos de 90 minutos.
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