“Lo extraño que me resultaba
conducir por calles que tan bien conocía. ¡Qué diferente perspectiva!
Suzanne Vega
En
su primera temporada nos dieron los 13 siguientes pasos:
Primer
episodio, “Happiness”, felicidad,
segundo “Trust”, confianza,
tercero “Fear”, temor, cuarto “Acceptance”, aceptación, quinto “Respect”, respeto, sexto “Conscience”, conciencia, séptimo “Pride”, orgullo, octavo “Anger”, ira, noveno “Compassion”, compasión, décimo “Isolation”, aislamiento, undécimo “Doubt”,
duda,
duodécimo “Sacrifice”, sacrificio
y decimotercero y último “Identity”,
identidad.
En
su segunda temporada nos dieron otros nuevos
Primer
episodio “Progress”, progreso, segundo “Letting Go”, dejarlo estar, tercero “Dignity”, dignidad, cuarto “Guilt”, culpa, quinto “Now”, ahora, sexto “Crontol”, control, séptimo “Avoidance”, evasión,
octavo “Truth”, verdad, noveno “Service”, servicio, décimo “Honesty”, honestidad, undécimo “Questions”, preguntas,
duodécimo “Resentment”, resentimiento
y decimotercero y último “Secrets”, secretos.
Y,
ahora, en su tercera temporada:
Primer
episodio “Uncertainty”, incertidumbre, segundo “Comfort”, confort, tercero “Suspicion”, sospecha, cuarto “Sincerity”, sinceridad,
quinto “Shame”, vergüenza,
sexto “Delusion”, engaño, séptimo
“Intuition”, intuición y octavo “Perspective”,
perspectiva.
Con
la presentación del padre de Ryan en la forma carnal de James Remar y una crisis nerviosa para marcar esta temporada,
volvemos a esa “Wilfred” como
comedia psicológica que tan bien explotó la primera entrega. No sé si podremos
confiar siempre en Wilfred o dependerá de la perspectiva ser comprensivo con
una serie inusual que quiere crecer y seguir ladrando en nuestros televisores.
Que Ryan se iba a enfrentar con la terapia era algo previsible pero que iba a
protagonizar una versión onírica a lo Charlie Kaufman para revivir sus recuerdos más
dolorosos solamente puede ser concebido en esta ficción. Lance Reddick interpreta al Dr. Blum que suelta un socorrido «Sabe,
los perros pueden ser muy terapéuticos»… Claro, ¡lo hemos visto ya en los 33
capítulos anteriores!
Pese
a que “Perspective” no es un
episodio redondo acierta de lleno en
la introspección psicológica para superar el trauma con su padre. Podríamos
pensar que Wilfred iba a manipular nuevamente a Ryan con su incursión en
terapia para que acabara con una camisa de fuerza reconociendo que interactúa y
habla con el chucho de su vecina, pero el perro es el mejor amigo del hombre.
Vamos a tener dosis de drama con una regresión servida gracias a unas sesiones
de EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares) y un
clon de Wilfred (sus recuerdos del perro de su infancia llamado Zapatillas) creado por la mente de Ryan para eludir el trauma que tiene
delante de sus ojos. Ryan nunca pudo perdonar a su padre que cuando tuviera 10
años e internara a su madre en un psiquiátrico, les llevara a su oficina porque
tenía que trabajar y se comportara como si fuera un día normal… e incluso
gritara a su secretaria por un informe que para Ryan parecía más importante que
su propia madre. Todo trata de perspectiva y volver al momento… pero da la impresión
que Wilfred es una distracción para evadirse de sus problemas reales.
De
esta manera vamos a dar vueltas a ciertos asuntos como el dibujo en el que
aparecía Wilfred y en si Ryan puede o no confiar en su amigo can. Ryan se dará
cuenta de que Wilfred nunca destruyó el dibujo y que su padre también tenía
sentimientos y no se quiso desmoronar delante de sus hijos. Eso sí, su
subconsciente le juega una mala pasada soltando en su ‘disco rayado’ que «La
bestia con cuatro cabezas le hizo una felación a Matt Damon una noche, cada
cabeza haciendo una tarea específica y oral», que nos deja claro que tanto el
protagonista como la serie tienen un tornillo engrasado y a punto de caer. Que
Ryan convierta su socorrido sofá de su sótano mental en su nuevo diván o que se hagan chistes con su estatura es
interesante así como el inminente reencuentro de un padre y un hijo, pero “Wilfred” siempre ha sugerido nuevas
preguntas en vez de dar respuestas a las elementales: ¿podría ser Wilfred un
alienígena o un perro que viajó del fututo? La mente siempre juega malas
pasadas pero este perro no nos para de decir que confíenos en él ciegamente, pese a poder resultar todo un invento postizo para distraernos. Aprovechémonos del momento, pues.
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