“The Family Tree”
Director: Vivi
Friedman
EEUU
2011
Sinopsis (Página Oficial):
Una madre y esposa es
golpeada con la pérdida de la memoria permitiendo a una familia disfuncional,
una segunda oportunidad en la armonía y la felicidad.
El
patriarca, interpretado por Dermot
Mulroney, no para de sangrar por su oído cada mañana y, aquí, cualquier
sufrido espectador que haya escuchado el recital de bochornosos diálogos que
propone “The Family Tree” le entenderá
perfectamente. La cinta de Vivi Friedman,
en realidad, trata sobre sangrados. De muchos… sangrados. Considerada como una de las peores películas de 2011 por público y crítica, este filme sobre traumas familiares disfuncionales en un
intento de intersección y cruce de caminos y ‘sangría’ de “American Beauty” de Sam
Mendes, “The Royal Tenenbaums”
de Wes Anderson y “Extrañas coincidencias” de David O. Russell con tintes demasiado
artificiales de cine indie y unos
cameos que no hacen más que instigar al espectador a aquello que hicieron los
productores (y si fue con o sin rodilleras) a esos actores y actrices (de
cierto caché) para participar en algo tan espantoso… y, sí, sangrante.
Como comedia
alternativa e independiente no funciona en ningún momento en sus instantes
proclives a las armas de fuego, sus amistades engendradas por el amor a Dios,
dramas y pechos laborales, su lectura del sexo lésbico y oral o sus desvaríos y
pérdidas de memoria en pleno guión que es repelido magnéticamente por cualquier
masa cerebral. Si Christina Hendricks
pretendía ganar respeto en la gran pantalla con un personaje de secretaria tetona
emulando los peores y más superficiales clichés que podría dejar al espectador más
pajillero de “Mad Men”…va, desde
luego, apañada. No se sabe si Vivi
Friedman quiere profundizar en las disfuncionalidades de la familia y la
consecuente sátira del american-way-of-life
o simplemente es un anuncio de alarmas con tanto descerebrado/a entrado y
saliendo de la misma caótica casa de cartón y objeto real de los conflictos de
los personajes. Todo es tan trivial como finalmente inofensivo y si es que la
intención era realizar una burla de algo, salvo a las neuronas del guionista,
podemos confirmar el pestilente resultado.
Podemos
intentar reducir la historia hasta su génesis —una familia quebrada con una
madre en plena relación extramatrimonial con su vecino que es salvada por la
amnesia de la adúltera—, pero comprobaremos que el cliché ha quedado impreso en
un nulo guión repleto de salidas milagrosas para trazar un incoherente alegato
sobre la fe en la familia como reducto de la salvación. Que el punto de vista y
narrador sea ese adolescente fanático religioso, con conatos filogays y amante
de las armas de fuego con un sobrenatural talento para el tiro, y tenga su
contrapeso en ese cliché de la Lolita salidorra adolescente que conforma su
hermana Kelly (Britt Robertson),
deja claro que la reiteración de esquemas sobre el ridículo es lo único
inspirador de “The Family Tree”. No
sé si calificar su desenlace como uno de los eructos de la casualidad o el
apaño de guión más cutre del 2011. Todo un sangrando que se hace sangría y que
únicamente dejará cierto coágulo para aquellos que vemos “Bates Motel” con el protagonismo en la cinta de Max Thieriot.
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