Serie de TV
“Camp”
EEUU / Australia
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
Sin cobertura y a
millas de la civilización, Little Otter Family Camp contiene la diversión del
verano para todos. Los padres preparan sus gin tonics mientras sus niños se
vuelven salvajes y los mentores adolescentes se acercan y alejan del amor.
Mackenzie Granger (Rachel Griffiths, “A dos metros bajo
tierra”, “La boda de Muriel”) es la dueña del campamento y directora. Aún
recuperándose de su reciente divorcio, Mackenzie está lista para un nuevo
comienzo. Ella está manejando las cosas por su cuenta por primera vez y
luchando para mantener a raya los problemas económicos de Little Otter. Considera
una oferta de compra de Roger Shepard (Rodger
Corser, “Bajos fondos”), el
dueño arrogante pero sexy del campamento de lujo del lago. A pesar de su buen
juicio, su relación de amor-odio se intensifica rápidamente. Mientras tanto,
empieza a darse cuenta de que su encantadora pero mucho más joven manitas, Cole
(Nikolai Nikolaeff, “Sea Patrol”), podría estar interesado
en algo más que una relación profesional.
En medio de todo
esto, Mackenzie está luchando por ser una madre soltera con su hijo Buzz (Charles Grounds), un consejero en
entrenamiento en Little Otter este año. Considerado un atrevido y exuberante
bicho raro, Buzz se compromete a perder su virginidad antes de finales del
verano. Él hace amigos rápidamente como Wampler Kip (Thom Green, “Academia de
baile”), un compañero del campamento más reservado que esconde un secreto.
Kip se siente atraído por Marina Barker (Lily
Sullivan, “Mental”), una joven hermosa que por un malentendido ha llegado
al campamento para reinventarse a sí misma…
El verano es corto y
dulce. Es un momento mágico en el quedó separado para tener suerte y provocar
que los recuerdos que guardamos con nosotros sean para el resto de nuestras
vidas.
Si no pudo
con ninguna de sus nuevas sitcoms, NBC prueba a intentarlo de nuevo con
una comedia dramática de una hora (con anuncios). “Camp” desea ser un pasatiempo veraniego a costa de una cara
conocida (Rachel Griffiths) y media Australia traída junto a
la actriz que siempre quedará encadenada a “A dos metros bajo tierra” y “La boda de Muriel”. De hecho, es una coproducción rodada
en Tweed Shiree en New South Wales… aunque obviamente el paisaje australiano
desea extrapolarse a la cultura norteamericana y los datos de audiencia de sus
dos primeros capítulos no han sido en absoluto desdeñables. ¿De verdad que “Camp” va a ser lo que mejor funcione a
una cadena en crisis después de unos bomberos musculados apagando incendios y
un cazador de monstruos sacados de cuentos infantiles haciendo un plagio de ‘Fábulas’ sin que se note mucho?
“Camp” no aporta absolutamente nada nuevo
y no es para nada ‘camp’. ¡Ni siquiera vale como juguete veraniego! Es cierto que
la NBC
necesita un flotador llamado audiencia para no hundirse en la más total de las
miserias, pero lo extraño es que lo consiga con series tan trilladas repletas
de lugares y personajes comunes: adultos disfuncionales, gente que se odia y
está fornicando a los diez minutos, amores de milf a tres bandas, parques con
lago divididos entre gilipollas (y guapos) eficientes y losers con problemas económicos y un sinfín de historias y
secundarios que ya hemos visto mil y una veces y no precisamente en un
campamento de verano... Quiero aquí evitar cualquier conexión con ese engendro-reality perpetrado por Telecinco
y ceñirme a esos personajes de ficción superados por la realidad más tróspida:
la chica a la que llamen ‘puta’ y que no hace amigas, un enfermo de leucemia y
una interminable ristra de traumas virginales y amores pasados por agua en el
canalillo. Podrían haber intentado una variación de comedia ochentera con nerds
y frikis pero está visto que el drama lo van a aportar conflictos
paterno-filiales en un 80% con tensiones sexuales a espuertas y divertimentos
juveniles para tener cierto aire refrescante; la limitación dramática es tan
abismal como insultante.
El
campamento se llama ‘Pequeña nutria’ pero aquí ese mamífero carnívoro llamado
comedia está en dique seco… Y mejor no hablar del drama porque tampoco las
cosas es que mejoren demasiado en su segundo capítulo. La sensación con escalas
generacionales parece un mal-ejemplo de la ficción española engendrada y
enquistada desde Globomedia para atraer a todo tipo de targets. Ni una madre
soltera en apuros (sexuales y económicos) ni la drástica ausencia ochentera-nostálgica
de todo el asunto para dotar de alegría al drama, me van a alegrar el verano… “Camp” quiere evitar los estereotipos
pero en cierta medida parece caer en los mismos con la misma facilidad con la
que los sortea. Le falta sal por mucho juego que quiera dar la comedia
dramática y más teniendo la llegada de “Organge
is Black” que la deja en evidencia y en matorrales menores. La nueva dramedia no es tan graciosa e
inteligente como pudiera y mucho menos queda imposibilidad de tocar cualquier
fibra sensible por numero flashback explicativo o enfermedad terminal que intente dotar de drama al
asunto. Que pongan el monumental ‘Two
Weeks’ de Grizzly Bear, que
suene lo último de Vampire Weekend durante
30 segundos o que salgan muchas jóvenes en bikinis no es sinónimo de frescura.
Aunque teniendo en cuenta que muchos norteamericanos volvieron a sintonizar la NBC
para ver a bomberos macizorros apagando incendios y viviendo sus dramas…
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