“La sinceridad, aunque sea dicha
tartamudeando, sonará elocuente cuando es inspirada.
Eiji Yoshinkawa
En
su primera temporada nos dieron los 13 siguientes pasos:
Primer
episodio, “Happiness”, felicidad,
segundo “Trust”, confianza,
tercero “Fear”, temor, cuarto “Acceptance”, aceptación, quinto “Respect”, respeto, sexto “Conscience”, conciencia, séptimo “Pride”, orgullo, octavo “Anger”, ira, noveno “Compassion”, compasión, décimo “Isolation”, aislamiento, undécimo “Doubt”,
duda,
duodécimo “Sacrifice”, sacrificio
y decimotercero y último “Identity”,
identidad.
En
su segunda temporada nos dieron otros nuevos
Primer
episodio “Progress”, progreso, segundo “Letting Go”, dejarlo estar, tercero “Dignity”, dignidad, cuarto “Guilt”, culpa, quinto “Now”, ahora, sexto “Crontol”, control, séptimo “Avoidance”, evasión,
octavo “Truth”, verdad, noveno “Service”, servicio, décimo “Honesty”, honestidad, undécimo “Questions”, preguntas,
duodécimo “Resentment”, resentimiento
y decimotercero y último “Secrets”, secretos.
Y,
ahora, en su tercera temporada:
Primer
episodio “Uncertainty”, incertidumbre, segundo “Comfort”, confort, tercero “Suspicion”, sospecha y cuarto “Sincerity”, sinceridad…
Después
de conocer las sibilinas intenciones del padre de Ryan por volver a llevarle al
lado oscuro —realmente Wilfred se reduce a un elemento catártico para superar
las separaciones paternas tanto en su infancia como en su edad adulta cuando
abandonara el despacho de abogados de su padre, conduciéndole a un intento (falso)
suicidio y comienzo de la serie— llega el momento de la sinceridad y el equilibro amoroso. Amanda fue
el amor perdido de Ryan ante la imposibilidad de germinar nada con su vecina
Jenna, y ahora va a conocer a una antigua compañera de instituto llamada Kim
que justamente fue su amor de adolescencia. Kim lleva su propio negocio para
entrenar a perros y, obviamente, para ver a la chica tendrá que llevar a
Wilfred para que sea entrenado. ¿Se dejará el chucho?
Wilfred es un perro indisciplinado y se regodea de ello: Ray le trata como un igual y no le pone patucos, complementos de moda ni censura nada de su impúdico y grosero comportamiento. La infestación de perros ‘raritos’ en el parque junto al reclutamiento de Wilfred en Patas Felices provocará todo tipo de descacharrantes situaciones y va a traernos a un Ryan que decide ocultar la verdad para no asustar a Kim. La regla primordial es no abrir la puerta y es ahí precisamente donde se alcanzará el clímax emocional con un Wilfred que es tratado como un pringado por sus compañeros, mientras que Ryan tampoco querrá abrir su puerta interior. Antes, tendremos cita e intento de manipulación por Wilfred, que acabará con la relación con Kim tras tratar Ryan de pegar al perro con un libro.
De
nuevo, Wilfred trata de ser la voz interior (con desagradable vocabulario) para
que el chico avance. Sus mentiras a Kim forman parte de sus miedos para mostrar
su verdadero yo, ya que la última vez que fue sincero acabó con su ‘amor’
ingresado en un manicomio. Wilfred le mostrará que simplemente no funcionó y
que, por el contrario, el demostró que pudo llevar una relación seria y saludable
sin esconder nada. Algún día encontrará a la chica correcta… ¿Alguien como él?
Ahora esperemos que los guionistas tomen nota de la palabra de un perro vicioso
y soez y busquen un relevo sentimental ante el completo olvido y
desaprovechamiento de Jenna. La puerta, de momento, sigue cerrada.
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