El final de la primera temporada se acerca y es prácticamente inevitable. “The Americans” ha planteado una
estupenda primera temporada y ha sobrellevado los apuntes negativos mostrados
en su piloto. El abusivo uso de flashbacks se vio aminorado rápidamente y ahora
únicamente no son mostrados para el desarrollo correcto de los personajes y el planteamiento
de la historia presente. Los matices se han convertido en importantes armas y
paralelismos de una gran farsa. “The
Oath”, duodécimo y penúltimo
capítulo de la primera temporada de llega para dejar el esperado season finale más emociónate que nunca.
Todas las tramas expuestas en la primera temporada se van a dar cita en “The Oath”. Volverá el reloj con el
dispositivo para realizar escuchas por el KGB colocado por la criada en el
despacho de Caspar Weinberger. Retornará la historia de amor de Martha y su
utilización por parte del espionaje sobre el FBI, el contacto de Adam Dorwin,
la crisis matrimonial de Phillip y Elizabeth, las dudas con las órdenes de la nueva
jefa que no convence a ninguno de los dos, el posicionamiento de Nina, las
mentiras de Stan sobre la muerte de Vlad… Todo ese cóctel va a provocar que los
guionistas hayan decidido no dejarse nada en el tintero y unificar todo (pre)posicionado
para un season finale prometedor.
Tenemos muchos frentes abiertos y tal vez haya sido el motivo por el que
los creadores hayan preferido fusionar los conflictos matrimoniales, personales
y laborales de Phillip y Elizabeth. Los niños no son felices con la situación
actual y la separación de sus padres… cuya preocupación actual pasa por Sanford,
que ha captado a un coronel de la inteligencia de la Fuerza Aérea siguiendo los
mismos pasos que hizo Adam Dorwin cuando le reclutó. La desconfianza de Elizabeth
es previsible ya que puede ser una trampa… aunque las órdenes de la KGB serán
proseguir con el contacto ya sería el más ‘elevado’ que han podido alcanzar.
Recordemos que todo aquí se compra por dinero al no existir el integrismo
religioso… Las ideas (e ideales) se adquieren por dinero y el precio son 50.000
dólares en este caso. La trama nos servirá para crear tensión ya que Sanford
será arrestado… por no pagar la manutención de niños, aunque todo seguirá su
curso y lo veremos en un clímax destinado al season finale.
Phillip necesita colocar un aparato de escucha en el despacho de Gaad y su
plan pasa por pedirle matrimonio a Martha. La boda nos devolverá a los padres
de Martha y a la familia de ‘pega’ en los cuerpos de Claudia y Elizabeth. La
primera es su madre y la segunda… su hermana. La situación es tan cómica como
dramática cargada de ironía. “The
Americans” es una buena serie porque sabe moverse entre el drama, el
suspense y la comedia negra con una línea gris que permite el acceso y mezcla
de esos inusuales blancos y negros que combina sabiamente. Las escuchas sobre
Gaad aportan que el contacto con el famoso (y todavía invisible) coronel de la
inteligencia de la Fuerza Aérea seguirá adelante, mientras que la boda actúa
como catarsis de la crisis personal de Phillip y Elizabeth: realmente su
matrimonio nunca funcionó porque no concibieron la mentira desde una boda ‘real’.
La criada de de Weinberger encontrará en un sermón de su pastor la fuerza
para desvelar el crimen que cometió colocando el reloj. Con toda la información
suministrada al FBI el reloj permanecerá en su sitio y será utilizado como niebla
y contra-información. Los retratos proporcionados por la criada y los del
agente de la CIA que fue secuestrado harán que el FBI comience a pensar que la
pareja es la misma y ya tenga una base para investigar a posibles integrantes
del Directorio ‘S’. Vlad estaba
enamorado de Nina pero el joven agente del KGB sabía perfectamente que estaba
fuera de su alcance. Las nuevas y reiteradas mentiras a la cara de Stan y,
sobre todo, el juramento que lee, como acto de fe, provocarán que al final Nina
confiese todo ante Arkady en un punto de giro para la serie. Nina acaba de
quebrar la ficción y tal y como indica al propio Arkady: puede matarla o hacer
que se redima ante los ojos de su amada Rusia… Tenemos claro la elección y
ahora disfrutemos de sus consecuencias.
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