“Siete psicópatas”
(2012)
Reino Unido / EEUU
Director: Martin McDonagh
Título
original: “Seven Psychopaths”
Sinopsis (Página Oficial):
Dirigida
por Martin McDonagh (“Escondidos en Brujas”) es una comedia negra
llena de estrellas y sangre. Marty (Colin Farrell), un escritor que no
llega a fin de mes, sueña con terminar su guión, Siete Psicópatas.
Billy (Sam Rockwell) es el mejor amigo de Marty, un actor sin empleo y
ladrón de perros a tiempo parcial, que quiere ayudar a Marty por cualquier
medio. Hans (Christopher Walken) es el socio de Billy, un hombre
religioso con un pasado violento. Charlie (Woody Harrelson) es el
gánster psicópata cuyo amado perro acaban de robar Billy y Hans. Charlie es
imprevisible, extremadamente violento y no lo pensaría dos veces antes de matar
a cualquiera relacionado con el robo. Marty va a conseguir toda la inspiración
que necesita, pero ¿sobrevivirá lo suficiente?
Martin McDonagh
me vuelve a producir la misma suma de indiferencia y admiración que con “Escondidos
en Brujas”, el filme que le sacó de su psicopatía anónima y le brindó a su
libreto una nominación al Oscar. Hay, por supuesto y de nuevo, humor, ráfagas de
explosivo entretenimiento y sangre... pero también mucha ciencia ficción. Un
escritor bloqueado por un guión titulado ‘Siete psicópatas’ sin los suficientes
psicópatas y con mucha comedia negra ejerce de detonante metaficcional para
hacer lo risible realidad. McDonagh da la impresión de resolver los
propios conflictos de escritura a través del propio argumento. Desde una
problemática novia hasta la unificación de roles en algún personaje principal,
los recursos son sumamente interesantes a veces… pero demasiados obvios e
intrascendentes en ocasiones. El ingenio en las bromas no es suficiente con un
filme que podría encajar perfectamente en la fórmula ‘tarantiniana’ que inundó
los 90. No faltan más historias imprevisibles ni personajes rimbombantes ni
casquería ni golpes de efecto. Lo importante es una coherencia interna que
parece ejercer el personaje que interpreta Christopher
Walken.
“Siete psicópatas” me recuerda a “Encuentro en París” de Richard Quine: un filme lleno de posibilidades que al final quedó imposibilitado. Si los años no perdonaron a la cinta que protagonizaron William Holden y Audrey Hepburn, los tiempos actuales —donde el hype impone tendencias homicidas en los cinéfilos— parecen ‘regalarnos’ 584 películas de culto cada año, según los shurikens asesinos de los cinéfilos, claro. En mi bastarda opinión, esta película no lo es ni lo llegará a ser… aunque el culto lo crea el público, obviamente. El arte de la narración de cuentos y leyendas imprimadas unas sobre otras, podría ser un mosaico estructural… pero el conjunto no me parece en absoluto resonante. Nada que Charlie Kaufman en plan psicopata finalmente aprobaría, para que se me entienda. Hay puntos y líneas de guión crueles entre personajes que son lo mejor del conjunto… pero lo exploración final es de absoluta improvisación por liquidación por cierre.
La idea es dar una vuelta de tuerca a las películas clónicas de Hollywood sobre psicópatas. Sorprende, por lo tanto, la solución narrativa que ofrece uno de los personajes para alcanzar y culminar el gran clímax del filme. El ‘no’ a la violencia corresponde con el sacrificio personal y la lectura final es más interesante sobre las ideas que sobre la impresión final y poso que deja la cinta. “Siete psicópatas” tiene numerosas debilidades en un conjunto irregular: los personajes femeninos permanecen difuminados para tanto dolor existencial mientras que el alcoholismo es puro empaque argumental. Lo mejor es Tom Waits… y el epílogo de la cinta: más cerca de Lynch que de ese pretendido cruce de Tarantino y Kaufman. Tal vez McDonagh se equivocó, a mi gusto, de enfoque o psicópata cinéfago… aunque para otros se encuentre entre las 584 nuevas películas de culto lanzadas en 2012.
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