Páginas Bastardas

lunes, 11 de febrero de 2013

Zero Hour: De relojes… y dar la campanada

Serie de TV
“Zero Hour
EEUU
2013

Sinopsis (Página Oficial):

Hank Galliston (Anthony Edwards) es el director de la revista Modern Skeptic, que ha pasado toda su carrera siguiendo pistas, desacreditando mitos y desmontando conspiraciones. Pero cuando su bella esposa, Laila (Jacinda Barrett), es secuestrada de su tienda de relojes antiguos, Hank se encuentra ante uno de los misterios más fascinantes de la historia humana, que se extiende por todo el mundo y los siglos posteriores. Incluido en uno de los relojes de su esposa se encuentra un mapa del tesoro y lo que puede llevar al mundo a algo catastrófico. Depende de Hank descifrar los símbolos y desbloquear los secretos del mapa, garantizando al mismo tiempo que las respuestas que obtenga no caigan en las manos equivocadas. Manos… que pertenecen a un hombre siniestro, misterioso conocido sólo como White Vincent (Michael Nyqvist). Ahora Hank, junto con sus dos jóvenes asociados, Rachel (Addison Timlin) y Arron (Scott Michael Foster), así como la seductora e inteligente agente del FBI Rebecca ‘Beck’ Riley (Carmen Ejogo), debe embarcarse en una carrera contra el reloj sin aliento no sólo para encontrar a su esposa, sino para salvar a la humanidad.

Crítica Bastarda:
Doce es el número mágico. Doce es divino. Doce es a la vez principio y fin del tiempo.
Desconozco los reiterados motivos por los que las cadenas utilizan en sus promos, coletillas y avances que nos encontramos siempre ante la ‘nueva Lost’. Un caramelo jugoso y finalmente envenenado que más que causar indignación ahora mismo provoca indiferencia. Tantas veces han repetido lo mismo que uno se siente como los aldeanos a los que acudía un tal Pedro con el cuento del lobo. “Zero Hour” forma parte de ese enésimo intento —esta vez de la propia cadena que emitió la serie de J.J. Abrams— para obtener un recital de culto y misterio. Ante el piloto de la serie, con vocación de ser el punto de partida de una de las ficciones con intención de epatar a la gran audiencia, simplemente me queda decir que han acumulado un buen puñado de lugares comunes sin saltarse demasiado los renglones impuestos en series anteriores. Conspiración y thriller dignas de un best-sellers junto con dosis que divagan entre el telefilme de sobremesa, la película familiar de aventuras y un cruce de “Indiana Jones” y una novela de Dan Brown. ¿Podrá dar la campanada con esos elementos?


Desde el arranque nos muestran cartas marcadas y la premisa es tan funcional como trillada: un escéptico potencial descubrirá que el secuestro de su mujer está orquestado por un viejo mal y conspiración que puede acabar con el mundo. Un reloj y un misterioso mapa en su interior provocan un carrusel de revelaciones, secretos y giros. Precisamente desde ese arranque y esas cartas grabadas y dobladas nos descubren de qué va todo: incógnitas, sacerdotes y nazis… Tenemos un bebé-gorrión con ojos de lagarto que crece hasta ser una lagartona terrorista, mapas del tesoro y doce relojes… Con el FBI y dos jóvenes periodistas ansiosos de aventuras el menú de posibilidades está servido. También, el recital de frases y secuencias trilladas y fotocopiadas con arquetipos de cartón. Que ‘el doce’ sea un número mágico es tan discutible como los planteamientos de entretenimiento de esta serie.

Cuentan que el libreto del piloto está escrito por Paul Scheuring (“Prison Break”) pero no sé si será mérito o detección automática para otros de deserción. Aparte de descubrir nuevamente que a Nyqvist únicamente parece que la ficción norteamericana le quiere de villano… y esta vez para dar dentera, la mezcla de la Orden Rosacruz, con nazis, cliffhangers deja claro tanto su potencial de entretenimiento como poca relevancia dentro de la televisión actual. En la primera aventura descubrirán en Canadá la primera parada y revelación. El ‘anticristo’ y un giro final nos dejan en vilo y con cientos de posibilidades. Algunos dirán tensión, yo digo que un capítulo de Scooby Doo tenía más encanto y, sí, misterio.


Si alguno todavía no se ha enterado que está ante una aventura gráfica hecha serie, aquí llega un abuelete-spoiler que aparece en la recta final del piloto para recitar la misión tanto a los protagonistas como a los televidentes. ¿Están preparados para enfrentarse a “Zero Hour”? Apunten:
12 cifras en el reloj. 12 hombres para salvar el mundo. 12 apóstoles. Los hombres a los que Cristo confió la salvación de la humanidad. No pasó hace 2.000 años. No. Fue en 1938. En 1938, Europa estaba en llamas. El propio futuro del mundo era dudoso. Así que la iglesia... Hicimos algo que nunca se había hecho en 2.000 años. Nombramos 12 nuevos apóstoles... Un nuevo Lucas, un nuevo Pedro, un nuevo Bartolomé. Y se les entregó un secreto... Uno que ni siquiera conocía el Papa. Un secreto que podría provocar el fin del mundo. Los apóstoles están esparcidos por los cuatro rincones del mundo para mantener ese secreto tan lejos de los nazis como puedan. Se hizo un reloj para cada apóstol. Se murmuraba que era un secreto que los  nazis nunca podrían conocer porque los nazis habían descubierto los primeros pasos hacia la vida eterna. Tenían un modo de volver a Dios irrelevante. El reinado de los nazis terminó, pero el experimento no. Ni tampoco la búsqueda de esos relojes. Debéis encontrarlos, y deberéis hacerlo antes de que lo haga el enemigo, porque si esos relojes resurgen y la sangre ha sido derramada, entonces llegará una tormenta. Enfrentará a ciencia contra religión, país contra país. Todo el mundo será arrastrado por esta tormenta. Será profana y como el mundo nunca, nunca ha visto antes. Y esa tormenta es llamada... hora cero.
O sea, aquel que reúna a los 12 Pokemon Apóstoles, dominará el mundo... o se quedará con neuronas... ¿cero?

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