5 razones para ver El atlas de las nubes

1.- Ha dividido a la crítica norteamericana

Es y será una de las películas más controvertidas de los últimos años. Considerada como uno de los estrenos imprescindibles desde que fue concebida, rápidamente la cinta de Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski creó un halo de culto, expectación y polémica. De lo increíble a lo provocativo, de la emoción al desconcierto, las opiniones de la crítica especializada estadounidense pocas veces se habían mostrado tan divididas como en “El atlas de las nubes”. Para muchos una obra maestra y uno de los filmes más ambiciosos jamás imaginados y plasmados en una pantalla y, para otros, una auténtica locura y quebradero de cabeza. 

Aunque muchos medios se hicieron eco de la inclusión de la pelicula por parte de la revista Time entre los peores estrenos cinematográficos del 2012, la realidad es que “El atlas de las nubes” figuró en numerosos top 10 de la crítica estadounidense. Además, fue ampliamente valorada tanto su diseño de producción como banda sonora, que consiguió una nominación a los Globos de Oro. 

2.- El público siempre tiene la razón

Polémicas aparte con actores occidentales maquillados como asiáticos, “El atlas de las nubes” siempre ha tenido el apoyo del público internacional. Ha figurado entre las mejores películas producidas en 2012 en prácticamente todas las votaciones donde decide el público. Señalada como un clásico dentro del género, un poderosísimo espectáculo épico e impresionante y una odisea del alma humana, el filme protagonizado por Tom Hanks, Halle Berry, Susan Sarandon, Hugh Grant y Hugo Weaving ha sorprendido y entusiasmado a los espectadores de todos los países donde se ha estrenado. 

3.- Visualmente es indiscutible

Desde el montaje de Alexander Berner, la fotografía de Frank Griebe —habitual de Tykwer— y John Toll —ganador de dos Oscars por “Braveheart” y “Leyendas de pasión”—, hasta los efectos visuales de Dan Glass —responsable también de “El árbol de la vida”, “Batman Begins” o “Matrix Reloaded”— y un cuidadísimo diseño de producción y vestuario, “El atlas de las nubes” hace bueno el dicho de que la primera impresión es la que vale. 

4.- Pretende ser una película definitiva

El reputado best-seller de David Mitchell parecía una de esas novelas inadaptables hasta que un cineasta atrevido pudiera plasmar una obra tan ostentosa. Seis historias que tienen como escenarios desde unas islas del Pacífico en el Siglo XIX, la Bélgica de 1931, el actual Londres, la California de los setenta y unos Hawai y Corea del Norte distópicos y apocalípticos, forman un auténtico puzle que dejan a películas como “La fuente de la vida” en simples juegos narrativos. Aquí, las almas de los personajes pueden desplazarse a través del tiempo y el espacio, como las nubes en el horizonte, en un extenso mapa que en definitiva es nuestro propio mundo. La combinación de elementos del género de aventuras con trasfondo científico y filosófico, provoca que la suma del presente, pasado y futuro explote en una película que quiere ser definitiva y ambiciosa; que la odies o la ames irremisiblemente. Una característica más propia del cine de autor que aquí se convierte en toda una superproducción para el público mayoritario. Dentro de años se seguirá hablando de su explicación y de qué sintió el público cuando la contempló y disfrutó.

6.- ¡Son Los Wachowskis!

Casi tres horas de los Wachoswski con Tom Tykwer (“Corre, Lola, corre”) como compañero de aventuras cinematográficas, se convierten en un inmediato must-see. “El Atlas de las nubes”, que se estrena el próximo 22 de febrero en España, se ha convertido en una inmediata película de culto y origen de controversia perpetrada por unos visionarios en uno de los proyectos más ambiciosos de la presente década. ¿Les vas a contar a tus nietos que te perdiste la última de Los Wachowskis? ¿La de esos hermanos que reinventaron y revolucionaron el cine de entretenimiento en “Matrix”? Aquí, de nuevo, pretenden voltear los márgenes de las actuales películas y cuentan contigo como aliado en su batalla y asboluto protagonista.