“The Carrie Diaries”
EEUU
2012
Sinopsis (Página
Oficial):
1984, la vida no es fácil para los de 16 años de Carrie Bradshaw. Puesto
que su madre falleció, la hermana más de joven de Carrie, Dorritt, está más
rebelde que nunca y su padre Tom se siente abrumado por la repentina
responsabilidad de tener que cuidar a dos adolescentes por su cuenta. Los
amigos de Carrie —la dulce y geek Mouse,
la temperamental Maggie y el sensible Walt— hacen más soportable su vida… pero
una vida suburbana de Connecticut no está haciendo mucho por apartar su mente
de sus problemas. A pesar de la llegada de un estudiante sexy nuevo llamado
Sebastian, Carrie sólo recuerda a que pasó el verano entero de luto en lugar de
seguir adelante con su vida. Así que cuando Tom ofrece a Carrie la oportunidad
de hacer unas prácticas en un bufete de abogados de Manhattan, ve saltar su
oportunidad. Los ojos de Carrie se abren al glamour y polvo de Nueva York —y cuando conoce a Larissa, la editora de
estilo de la revista Interview, se inspira por la cultura de club y de
individuos únicos que forman el mundo de Larissa. Los amigos y familiares de
Carrie pueden tener un lugar importante en su corazón, pero ella se ha
enamorado por primera vez con el hombre más importante en su vida— Manhattan.
Que Miguel Arteta (“A dos metros bajo tierra”, “Enlightened” y “Convención en Cedar Rapids”) esté detrás de la precuela de “Sexo en Nueva York” sólo huele a un montón de billetes ingresados en su cuenta. En su momento la serie que protagonizó Sarah Jessica Parker fue, pese a ser una serie escrita por hombres, una bocanada de aire fresco dentro de la comedia televisiva moderna. Fueron numerosas las voces que atacaron o reivindicaron la serie respaldándose en clichés y su presunto alegato de feminismo postmoderno. ¡Para nada! La serie simplemente quería mostrar a unas pijas fashionistas hablando de manera mordaz sobre sexo y tabús pocas veces mostrados en la pequeña pantalla. La HBO marcó tendencias y los Emmys y Globos de Oro respaldaron la propuesta para llegar a la que es nueva evolución natural y generacional: “Girls” de Lena Dunham.
No entiendo tampoco que el traslado argumental a los ochenta suponga aportar un drama existencial con la perdida por enfermedad de la madre como prólogo y motor de arranque, una hermana menor adolescente adicta a la oscura sombra de ojos, la marihuana, el alcohol y Joy Division y la herencia de bolsos y vestidos especiales. ‘¿Tiene alma la ropa?’, parece que es la pregunta que quiere lanzar a nuestros encéfalos los creadores de “The Carrie Diaries”. La serie está sustentada en dicotomías y clichés. ¿Manhattan o Connecticut? ¿Mis amigos guays o mis amigos paletos? ¿Insti o prácticas de oficina? ¿El chico perfecto con Porsche o mis sueños de convertirme en columnista y cobrar más que lo que gana Julia Roberts por película para pagar mis modelis y complementos? A AnnaSophia Robb le ha tocado la papeleta de ser Sarah Jessica Parker en su adolescencia y nadie se lo puede creer. ¡Ni la propia Sarah Jessica Parker, desde luego! ¡Eso sí que es que te toque la lotería! Ahora la Parker se preguntará si merecieron la pena los sobornos y la cantidad pasta que se gastó, junto a sus compañeras de rodaje, para retocar en Photoshop el cartel de “Sexo en Nueva York 2”… si podía haber contratado a una doble.
Para algunos, esto es una revisión de “Las aventuras del joven Indiana Jones” con bragas y delantera, para otros, la precuela original y cronológica de “Sexo en Nueva York” era la comedia que Sarah Jessica Parker protagonizó durante los 80 titulada “Square Pegs”. Suenan Cyndi Lauper, Shannon, New Order, Kim Carnes, Talking Heads y Depeche Mode, pero su buen gusto musical es de recopilatorio reciclado de los ochenta. Más cercana a una parodia de institutos que un drama existencial y la forma de hallar la voz para escribir de la sufrida y doña-perfecta protagonista, “The Carrie Diaries” quiere hablar de sexo, ser un drama familiar, romántico, tener sus incisos en la comedia sofisticada y asaltar a las juventudes mostrándoles que se podía vivir sin WhatsApp, móvil, ordenador ni Tuenti. Por mucha clase, estilo y pintauñas que quiere impregnar en la serie es simple efecto y fachada para la pasarela de juventud actual. No falta empollona con el corazón roto en el primer capítulo, chica alocada y vivaracha que se va a quedar preñada en el cuarto, chico que va a salir del armario y dirigir un club de fans de Rob Love en el quinto y niñato pijo que desvirgará a la protagonista en el season finale. Lo que me hace plantearme revisar inmediatamente “La chica invisible (Awkward)”: a años luz de inteligencia y clase que esta panda de retrasados sexuales y temporales con el mismo estilo y clase que un recortable para una carpeta de la Superpop.
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