Banshee: Correcto y potencial entretenimiento formulado sobre clichés

Serie de TV

“Banshee”

EEUU

2013

Sinopsis (Página Oficial):

Del creador de “True Blood”, “Banshee” está protagonizada por Antony Starr como Lucas Hood, un ex convicto y experto ladrón que asume la identidad del sheriff de Banshee, Pennsylvania, donde continúa sus actividades delictivas, así como es perseguido por los oscuros gánsteres que traicionó años atrás.

Crítica Bastarda:

Si alguien me pidiera que le recomendara una nueva serie ‘para pasar el rato’ (y que no sea de superhéroes o animación) con dosis de acción, drama y suspense citaría irremediablemente a “Banshee”. La serie de David Schickler y Jonathan Tropper es un perfecto condimento aromado por una sobredosis de especias y clichés en carreteras principales demasiados visitadas con anterioridad. No necesita dirigirse hacía vías secundarias ante una premisa contundente: un ex convicto y experto ladrón pasa 15 años entre rejas y al salir intenta localizar a su ex pareja mientras que la mafia a la que robó unos valiosos diamantes intenta liquidarle. Encontrará a la misma en Banshee, en el Condado de Pensilvania, donde ha rehecho su vida bajo una nueva identidad y ahora es la mujer del fiscal del pueblo y tiene dos hijos. Como bien marca un diálogo de nuestro antihéroe: «No tengo a la chica. No tengo el dinero. He pasado 15 años imaginando este día, y debo decirte, que no es como lo imaginaba».

Obviamente él se sacrificó por ella, ella no le esperó pero sigue sintiendo algo por él y él sigue loco por ella. Como marca la tradición ‘gafe’ del chico nuevo en un pueblo perdido no tarda en meterse en medio de un robo en el que muere asesinado Hood Lucas, el nuevo sheriff del condado y que iba a reunirse con sus nuevos ‘jefes’. El hombre sin nombre ya tiene uno y su ‘amigo’ y hacker asiático, peluquero y maricón (sin ofender al gremio más allá del eterno cliché), le facilita la identidad completa. En Banshee descubrirá que el cotarro está manejado por un mafioso local llamado Proctor Kai, de orígenes amish… y que ha sido realmente contratado para frenar sus actividades delictivas.

Entre la inverosimilitud y con su clara vocación de ofrecer y repartir drama y acción, la nueva ficción de Cinemax no va más allá de lo típico-tópico dentro de las suplantaciones de identidad, persecuciones de los tipos malos venidos de la ciudad, choque con las mafias locales y corrupción generalizada. Lo interesante de “Banshee” es que el protagonista no reinicia su vida desde la tranquilidad y lado opuesto sino que elige el que parece el peor plan de la historia: de ser un criminal a un agente de la ley para enfrentarse a gente peor y más peligrosa que él sin perder parte del encanto del ‘lado oscuro’. No es una serie sobre la redención sino sobre una mezcla de la reconquista del amor perdido y la catarsis del enfrentamiento a viejos temores. Proctor Kai parece más peligroso que el tal Rabbit, que es capaz de mandar a sus sicarios a transformar las calles de una transitada ciudad en un improvisado set de rodaje de una nueva de Jason Statham. Precisamente es ahí, donde “Banshee” muestra ciertas credenciales originales. Así, como de esas muertes ‘distintivas’ en plan “Una historia de violencia” o en el lado de parafilias sexuales y tatuajes de Proctor Kai frente a la prodigiosa mente de un experto jugador de ajedrez como Rabbit. Se unen tramas adolescentes y muchas ramificaciones secundarias tanto laborales como personales. Y es que el gran mérito de la nueva serie de Cinemax es que tiene suficiente potencial para convertirse en muchas cosas atractivas… pero su mayor inconveniente es que cualquier variación sobre su propuesta estará ya explorada (y explotada) en cualquier ficción previa. Da la impresión de que el violento y sudado drama al servicio de Antony Starr quiere epatar por la suma de sus funcionales elementos, que no brillantes y para nada pulidos personajes con el comodín que utiliza nuestro antihéroe: «...Normalmente salgo del paso con mi encanto». Lo siento Lucas Hood, no eres mi tipo... aunque si consigues esos diamantes 'Call me maybe'.

En resumen y recomendación: para el que tenga y le sobre tiempo… que no es mi caso.