Páginas Bastardas

lunes, 7 de enero de 2013

Abraham Lincoln. Cazador de vampiros: Patrocinada por Steven Spielberg

Abraham Lincoln: Cazador de vampiros”
(2012)
EEUU
Director: Timur Bekmambetov
Título original: “Abraham Lincoln: Vampire Hunter


Sinopsis (Página Oficial):

“Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros” explora la vida secreta de uno de los más importantes presidentes americanos, y la historia jamás contada que dio forma a una nación. Los visionarios Tim Burton y Timur Bekmambetov (director de “Wanted”) nos traen una voz fresca y visceral sobre la tradición sanguinaria de los vampiros, imaginando a Lincoln como el mayor cazador de la historia de los muertos

Crítica Bastarda: 

Todos sabemos que Steven Spielberg está detrás de “Abraham Lincoln: Cazador de vampiros”. Es simple: una burla así o es una broma de cámara oculta o una estrategia sibilina para acariciar doradas estatuillas. Es de todos conocido que Spielberg se baña desnudo en una bañera con los numerosos Oscars que ha ganado en plan Tío Gilito y que su adicción ha provocado que sea la mente pensante de la política actual de «COMPRO ORO» para fabricar más estatuillas (no homologadas) con las que inundar las fastuosas piscinas olímpicas de su mansión.


“Wanted” era todo un golpe con el glande de Timur Bekmambetov en nuestras cabezas pensantes para traumatizarnos tanto con los continuados pene-golpes como la inusitada glande-visión-rusa. Esta vez se ha inyectado esteroides en la vena del prepucio y encima es capaz de leerte un poe-ma antes del golpe fatal. “Abraham Lincoln: Cazador de vampiros” es pura retórica… Pura retórica escrotal, claro. Hubiera sido interesante otro enfoque en esa colección de alegorías sobre sureños esclavistas vampiros, guerras ganadas con ‘plata’ y ese retrato a lo ‘kung fu master’ de una nación de hombres vivos y libres frente a un ejército de no-muertos… Hubiera sido cachondo un cameo de Bill Compton de True Bloodo de Buffy Summers, por ejemplo…


La moraleja es clara y contundente: los VAMPIROS no son lo únicos que viven para siempre sino los GRANDES BODRIOS. La historia prefiere las leyendas (y su inmolación) a los hombres. Prefiere la nobleza a la brutalidad (sin zoofilia) y discursos inspiradores a hechos discretos (y videojuegos de 8-bits). La historia, efectivamente, recuerda la batalla y olvida la sangre es cierto, ningún historiador ha hablado sobre los ciclos menstruales de las reinonas. Como bien dice este Lincoln, en ‘superhéroe mode’, la historia que le recuerda será solo un fragmento de la verdad. A esta película la recordaremos por ser un BODRIO y no una BURLA. Una pena. “Abraham Lincoln: Cazador de vampiros” decide inventarse el resto de la historia… aunque hubiera sido un puntazo que al final saliera Obama como ‘relevo generacional’. Realmente es un filme de posibilidades y desaciertos, de enfoques y aplastantes virtudes socarronas. En ese mundo Twilight en el que vive la industria americana del cine, el film de Bekmambetov llega como un trolleo interno utilizando sus mismas armas: una súper-producción de casi 70 millones de dólares, un joven reparto y con los guionistas de Sombras tenebrosas y “Jumper”. Le falta más protector solar y una mayor graduación en las gafas para evitar que al público se les salgan los ojos ante tanto homenaje a los Wachowski. Digamos, por resumir y concretar, queAbraham Lincoln: Cazador de vampiros” es una película que acaba y empieza con su propio título. 

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