“Last
resort” ha sido una de las series más aceptadas, a nivel general, por público y
crítica como novedad de este frío y desolador otoño catódico. Aún así, la serie
creada por Shawn Ryan y Karl Gajdusek sigue descendiendo
lentamente en sus datos de audiencia y todo hace indicar que
podría seguir los pasos de “Alcatraz” o “Terra Nova”: una
temporada y no más… Santo Tomás. No obstante, en este bastardo blog seguiremos
en la medida de lo posible la evolución de esos marines calificados
por traidores por sus propios compatriotas… mientras intentan hallar un camino
para volver a su patria y desmantelar la conspiración que les ha ubicado en tal
difícil posición. Pronto veremos la serie doblada en nuestro país, pero
mientras tanto los capítulos no paran de emitirse en EEUU y es momento de
repasar lo vivido en “Eight Bells”, tercer capítulo de la primera
temporada de “Last
resort”.
Lo llamativo e interesante de la nueve serie de la ABC es que tiene mucho que contar para tan poco tiempo. Ese el motivo por el que nos centramos en este capítulo en unos de los innumerables flecos que quedaron pendientes al cierre del piloto: el secuestro de tres marines (Brannan, Cortez y Redman) por parte de Julian Serrat, el mafioso y manda-más de la isla. Obviamente en “Last resort” nada es sencillo y la resolución del rescate va a propiciarnos una peligrosa misión a bordo del Colorado. Tampoco la resolución moral será satisfactoria y provocará un duro carrusel de decisiones. Mientras tanto en Washington, Kylie Sinclair sigue investigando la orden proveniente de la red Antártica hasta el Colorado… Algo que desmiente la versión oficial y que airea la conspiración del gobierno estadounidense, que sigue mintiendo vilmente sobre la muerte de millones de pakistaníes en lo que define como una guerra nuclear preventiva. En relación con esto último otro tema enterrado ha quedado a la espera de revelarse: las acciones de ese grupo de fuerzas especiales que provocaron la reacción en cadena. James King sigue sin desvelar nada y nos centramos en su relación con Tani Tumrenjack…
Con las piezas expuestas la situación en Sainte Marina se vuelve cada vez
más insostenible. En “Eight Bells” el choque entre nativos y
marines es evidente desde el comienzo con esas bananas a un entierro final con
un niño fallecido por una bala perdida. Amanda Straugh, asesora principal de la
Casa Blanca, se convierte en su negociadora e informa del bloqueo que sufrirá
la isla aparte de chantajear a Chaplin con el no-entierro de su hijo fallecido
en combate. Chaplin libera a Joseph Prosser a condición que le dé su palabra
para seguir sus órdenes y no sabotear el submarino. Así lo hace aunque a Kendal
no le convence la decisión. James en una partida de poker consigue el reloj de
Cortez de uno de los hombres de Julian. Informa a Shepard y Chaplin irá con
Sophie como relaciones públicas al conocer al mafioso y siempre ser amable con
ella. No obstante, Sophie está a punto de irse de la isla esa misma noche antes
de que comience el bloqueo total con su novio… aunque es obvia su tensión sexual
con Kendal.
Kylie se reúne con el almirante Shepard, el padre de Grace, para informarle
de la orden y que su contacto en el departamento de defensa ha sido puesto en
hospital en estado de coma. El almirante recrimina a Kylie que se ha
enriquecido tanto ella como su familia vendiendo armas y aquí nuevamente
revisamos las lecturas sobre el patriotismo que nos propone la serie. Kylie
hace ruido gracias a su amante Rob que trabaja en la oficina del Senador
mientras que entrega la hoja con el número de orden, que le costó posiblemente
la vida a Linus, directamente al almirante. Aunque Kylie pone su disco duro,
con toda la tecnología del prototipo de Perseo, en su caja fuerte… Rob reciba
la visita en su despacho de un hombre que le dice: «¿Sabes quién soy? Entonces
no nos llevará mucho tiempo». Para poner todo más complicado alguien entra en
el piso de Kylie para robar el disco duro y temiendo la vuelta para liquidarla
descubre que quién abre la puerta es… ese hombre que visitó a Rob… pero
descubrimos, mientras Kylie le abraza, que es su propio padre. ¿Metido también
en la conspiración? La trama de James y Tani nos muestra a la familia de la
nativa después de la muerte de su madre. Su padre no quiere tener contacto con
la civilización y ha arrastrado a su hermano a ese modo de vida hiriendo
nuevamente a Tani. No falta cascada, baño y mojada de bragas. Nada es lo que
parece salvo que Tani utilizó a James para molestar a su padre.
Julian informa a Chaplin de la muerte de un joven por el tiroteo con los
rusos y de que su familia quiere que alguien pague por su asesinato. Julian
siente que Chaplin no le respeta y le da una oportunidad de recuperar a sus
hombres: tiene un barco con una carga preciada fuera del perímetro de control
de la isla y deberán recuperarlo y traérselo antes del amanecer. La misión es
suicida pero Chaplin utiliza el prototipo Perseo para ‘esquivar’ a los
destructores que les envían cargas de profundidad. Un fallo en los sistemas
provoca que la vuelta, con la mercancía que vale la vida de los tres marines,
se anime con dosis de tensión submarina. Acaban en las profundidades sin sónar
y la aparición y ayuda de Sophie, que se queda en la isla para guiarles,
provoca el éxito de la misión aunque el amanecer haya pasado… Julian nos enseña
que aquí no hay finales felices y le dice a Cortez quién quiere que muera. Es
su compañero Brannan el que da un nombre: Red. Chaplin llega tarde y recupera a
dos de sus hombres pero tiene que morderse la lengua para no iniciar una guerra
con Julian. Kendal quiere venganza pero una acción con las milicias locales
provocaría una situación de caos total interna que les desangraría. Cortez no
desvela los detalles reales de su supervivencia a Chaplin ni cómo surgió la
muerte de Red. Todos ellos ven desde la cantina del pueblo pasar el cortejo
fúnebre de ese joven asesinado encabezado por Julian. Chaplin piensa en el
entierro de su hijo: recibirá un entierro digno… cueste lo que cueste. Puede que la serie no sea perfecta pero, al menos, sabemos que hace los deberes. ¿Lo mejor? Los contraplanos y lectura entre líneas entre esa conversación por radio de Kendal y Sophie.
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