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jueves, 4 de octubre de 2012

“La voz” deja a “Gran Hotel” sin clientela

Con cerca de cinco millones y medio de espectadores y un 33,4% de share, “La voz” se perfila como uno de los acontecimientos televisivos de la parrilla otoñal. La tercera entrega del talent show de Mediaset se enfrentaba en un duelo directo con el regreso de “Gran Hotel” en su segunda temporada y la gran duda era confirmar si mantendría los excelentes datos de semanas anteriores. El éxito de audiencia quedó finalmente establecido desde que su hashtag volviera a catapultarse al Olimpo de los trending topics. #LaVoz3 tiene un misterio simple y revelador: es un talent show que al igual que “El Número Uno” establece sus credenciales de popularidad y capacidad de atraer al público a través del jurado. En este caso los coachesDavid Bisbal, Melendi, Rosario y Malú— se han ganado la simpatía e incredulidad a partes iguales de muchos espectadores. Ya sea por criticar o admirar, el tercer programa de “La voz” sigue sin desafinar.

Mientras que intentamos reponernos del topless en zambullida de Mercedes Milá, mientras ansiamos perdonar el vómito sobre el escenario de Justin Bieber… y, finalmente, hallamos la fórmula del sopor de Obama para combatir a Romney, llegó la tercera noche de audiciones a ciegas para que los coaches sigan confeccionando sus equipos. Da cierta impresión de equilibrio ¿y manipulación? que Melendi acabara con 9 y Bisbal, Rosario y Malú con 8 miembros en sus equipos. Raro, raro… Lo emocionante será cuando se acercan al máximo de 14 y tengan que pensar sobre el uso del botón rojo. La fórmula del éxito de “La voz”, aparte de sus variaciones de formato, sale del ombliguismo de los coaches y los BisbalFacts para la posteridad. Frases como «Al próximo le vas a decir que le pones un piso en Alcorcón» forman parte del lameteo rectal después de las mejores actuaciones. Malú de rodillas y tirando los trastos a concursantes masculinos confirma que ha venido a ligar a este programa. Para colmo la sensación general es que los concursantes han pasado por numerosos talents anteriormente y son juguetes rotos en busca de un reconocimiento que les ha esquivado. Ese es el caso de David Ros, concursante de “Operación Triunfo” en el 2008 cuando tenía 15 años. También surgieron anécdotas ya que Malú y Rosario conocían a varios concursantes…


Entre que cada vez que hablaba Bisbal subía el IVA y que el público que han pagado —al parecer, muy poco— tiene menos arte para aplaudir que Puyol después de dislocarse el codo, llegaron los participantes. Porque en realidad el show va de eso… aunque parezca otra cosa, claro. No convencieron ni covers rock de Soft Cell ni lengüeteos escrotales a Alejandro Sanz. Las frases del tipo «Me ha faltado muy poquito para pulsar el botón…» cansan bastante aunque es cierto que los coaches reconocieron que los nervios hacen mucha mella en los participantes. También en ellos mismos… sobre todo en los BisbalFacts.

[Ante la actuación de dos gemelas]

—Sabía que era una colaboración, un dueto, y me apetecía tener un dúo.
—¿Sois hermanas, no?
Tenían que haber respondido: No, somos clones… NO TE JODE.


Sería necesario fundar una plataforma crowdfunding para mandar unas gafas y un diccionario a Bisbal. Otra cuestión es que sepa abrirlo, claro. Por el escenario de esta tercera gala de audiciones a ciegas desfilaron ex participantes de “Operación Triunfo” que van de rockeros y pierden el culo por irse con Bisbal (¿?), versiones casi cuarentonas y con arrojo de José Luis Perales, futuros amantes de Malú, menores de edad estudiantes de francés, participantes con madres enfermas para conseguir los mejores momentos dramáticos pero, sobre todo, muchos nervios y desafines.  Una concursante declaró: «Podía vivir sin comer ni beber, sin ir de fiesta e incluso sin sexo… pero sin cantar… NEVER». Yo sin criticar cada semana este ‘programa’ tampoco…

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