Ralph
Waldo Emerson
En su primera
temporada nos dieron los 13 siguientes pasos:
Primer episodio, “Happiness”, felicidad, segundo “Trust”, confianza, tercero “Fear”, temor, cuarto “Acceptance”, aceptación, quinto “Respect”, respeto, sexto “Conscience”, conciencia, séptimo “Pride”, orgullo, octavo “Anger”, ira, noveno “Compassion”, compasión, décimo “Isolation”, aislamiento, undécimo “Doubt”,
duda,
duodécimo “Sacrifice”, sacrificio
y decimotercero y último “Identity”,
identidad.
Y ahora, en esta
segunda temporada:
Primer episodio “Progress”,
progreso,
segundo “Letting Go”, dejarlo
estar y
tercero “Dignity”, dignidad.
No sé si los índices
de audiencias (en este tercer capítulo han aumentado bastante y a lo que se
espera de la serie de Jason Gann) mantendrán a una sitcom que ladra por
libre en una cadena por cable que cuenta con el fervor de la crítica con “Louie”
y del populismo gracias a la recién estrenada “Anger Management”,
que protagoniza Charlie Sheen.
Si en algo destaca “Wilfred”
es que una sitcom inusual con sus momentos de humor pero con un grado de
consciencia intimista acercándose al manual de auto-ayuda perruno. Esta vez Ryan
tendrá que abordar una invitación de boda de su padre al que siempre ha acabado
defraudando por mucho que se esforzara. Esta temporada en “Dignity” se confirma que conoceremos una nueva vertiente de series
de oficinas, aunque lo mismo nos sorprende en los próximos capítulos. Jenna
y Drew se han ido un par de semanas fuera y Wilfred se ha quedado
a cargo de Ryan (¿o era al revés). Ryan intenta tener su primera
cita con Amanda pero su jefe Jeremy no le da respiro y abusa de
su posición y el protagonista de “Wilfred” teme defraudarlo… ¿Cómo a su
padre?
Puede que esta
segunda temporada tanto Jenna como Drew se queden al margen y nos
centremos en una versión canina de “The Office” con los intentos de Ryan
por encontrar la felicidad… si es que Wilfred se lo permite claro.
Después de destrozar su salón Ryan piensa en dejar en una jaula a Wilfred
y finalmente el chucho le convence para que se lo lleve a la oficina. Al
principio descubrimos que causa furor… incluso hasta en Jeremy, cuyo carácter
queda ablandado. No sé si tuvieron que repetir la toma de Jason Gann y Steven
Weber retozando por el suelo… pero parece complicada para que los actores
no se murieran de un ataque de risa. Ese acto provoca que Jeremy
presione menos a Ryan y que éste se entere de que Amanda cumple
años el fin de semana… y quiere hacer planes con ella.
Wilfred
como perro de oficina divierte el primer día pero acaba cansando a todo el
mundo el segundo, que quiere trabajar y no dedicarse a reír las gracias al can.
No sólo provoca que los compañeros de trabajo de Ryan le llamen la
atención sino que Jeremy vuelve a presionarle, tras un destrozo perruno,
para que haga informes en tiempos récord. Wilfred encuentra el plan
perfecto para llamar la atención: meterá su cabeza en una bolsa de papel… El
problema es que Ricky, el conserje ‘retarded’ y chico de la basura, se
le adelanta y Wilfred le acaba atacando en el baño. Ricky
chantajea a Ryan para que limpie los baños si quiere que no se lo cuente
a nadie…
Después de la
típica-charla-de-enfrenatamiento-y-auto-ayuda entre Wilfred y Ryan,
el muchacho decide entrar en el despacho de Jeremy para conseguir más
tiempo tanto para acabar su informe como para poder pasar el fin de semana con Amanda.
Sorprendentemente un relajado Jeremy se lo concede… Ryan, por
fin, se atreve a marcar que el NO a una invitación para una gala que honra a su
padre… Wilfred felicita a Ryan y también quiere darle parte de sí
mismo al sobón de Jeremy. Entra raudo y veloz al despacho con un Ryan
que intenta evitarlo y cuando están dentro se dan cuenta de que emerge la
cabeza de Ricky de entre las piernas de Jeremy… Ryan
aprovecha, ya que Ricky le chantajeó anteriormente y recordemos que al
abogado le apodaban ‘el arqueólogo’, pare pedir una semana libre… ¡Concedida!
En los extras Ryan explica a Wilfred el concepto de la gravedad…
O, al menos, lo intenta. Lo que no sabemos es qué intenta contar esta segunda
temporada de “Wilfred”. ¿Eso es bueno o malo?
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