Páginas Bastardas

sábado, 5 de mayo de 2012

Los diarios del ron: Miedo y Asco en Puerto Rico

“Los diarios del ron”
(2011)
EEUU
Director: Bruce Robinson
Título original: “The Rum Diary


Sinopsis (Página Oficial):

Basada en la primera novela escrita por Hunter S. Thompson, la película “Los diarios del ron” narra la cada vez más desquiciada historia del itinerante periodista Paul Kemp (Johnny Depp). Cansado del ruido y la locura de Nueva York, así como de los opresivos convencionalismos de unos Estados Unidos en las postrimerías de la era Eisenhower, Kemp viaja a la prístina isla de Puerto Rico para trabajar en un periódico local, The San Juan Star, dirigido por el apesadumbrado editor Lotterman (Richard Jenkins). Perfectamente adaptado a la rutina de la isla, que básicamente consiste en sumergirse en ron, Paul se siente inmediatamente fascinado por Chenault (Amber Heard), una mujer de Connecticut, de salvaje belleza, y novia de Sanderson (Aaron Eckhart). Sanderson, un hombre de negocios implicado en sospechosos asuntos inmobiliarios, es uno más del creciente número de empresarios norteamericanos decididos a convertir Puerto Rico en un paraíso del capitalismo al servicio de los más pudientes. Cuando Sanderson encarga a Kemp que le escriba un artículo a favor de su último proyecto deshonesto, el periodista se encuentra ante la disyuntiva de utilizar sus palabras para beneficiar económicamente a los corruptos empresarios, o bien emplearlas para desenmascarar a esos bastardos.

Crítica Bastarda:

«Hoy en día el hombre conoce el precio de todo y el valor de nada» es una de las citas de Oscar Wilde que utiliza Paul Kemp, el escritor y periodista protagonista de “Los diarios del ron”, para describir a esos ‘bastardos’ contra los que inicia su causa. «Una parte de indignación, otra de justicia y tres de ron… mezclar bien» reza su cartel alternativo formado por botellitas de alcohol (Kemp se tomaba 161 al día en aquella época). Juntando las citas anteriores hay suficiente e interesante material para albergar esperanzas. Todo parte de saber quién es Hunter S. Thompson y por qué escribió una novela a principios de los 60 que no fue editada hasta 1998. No estamos ante “Miedo y asco en Las Vegas” en Puerto Rico aunque el filme pretende dejar claro cómo Hunter S. Thompson, en ese álter ego llamado Paul Kemp, encontró su voz interior como escritor. Podría tener un tratamiento político sobre el sistema y la manera de enfrentarse a sus constantes desequilibrios, pero la película de Bruce Robinson adolece de un rumbo por su propio libreto. No sé si el truco es disfrutarla con 161 botellitas de alcohol en la butaca de al lado o puesto de LSD.

¡Ataque a los BASTARDOS! (La Precuela)
En sí, el filme cumple con la presentación de la bella Amber Heard y el rol que encarna Depp pero tanto su duración como ritmo quedan desorientados y descompensados por la historia y el relato que narra. Tiene los secundarios correctos, las tramas que reflejan el capitalismo más devastador e insensible con tal de ganar dinero mientras que el pueblo explotado es silenciado en los medios manipulados. Como no podría faltar en un homenaje al creador del periodismo ‘gonzo’ es el propio reportero el que se mete dentro de las fauces del lobo para ver y contemplar sus afilados y blancos dientes, para conocer a una bella Caperucita Roja en el estómago y para comprobar que será defecado cuando sea considerado un indeseable e inútil excremento. No es que hayan cambiado muchos las cosas desde el Puerto Rico que nos presentan a principios de los 60 con el de nuestros días y otros paraísos turísticos artificiales. Esas cápsulas hoteleras fabricadas para los turistas siguen más vigentes que nunca y el acordonamiento militar sobre el civil cercano.

Atención con Amber Heard
“Los diarios del ron” parece constantemente un velero a la deriva, un objeto embriagado por la estrella que habita en su interior, un vagabundo que camina con una máquina de escribir que nunca utilizará, un drama sin nada real y auténticamente dramático. No sé si ha sido el propio Depp o Robinson el que se ha negado por temor de perder el rumbo al homenaje. Porque realmente aquí se habla de alcohol, pero finalmente todo es retratado de manera tan superficial y en la distancia como un borracho sin un duro que mira en la distancia de la barra las botellas que nunca podrá beberse esa noche. Y la noche se hace tan, tan y tan larga… una noche en la que se descubre el valor de la nada y el precio de todas las cosas, incluido el de nuestro aburrimiento.

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