(2012)
España
Director: Emilio Martínez Lázaro
Sinopsis (Página
oficial):
“La montaña rusa” es una comedia romántica sobre el sexo, el amor y sus muchas y
complicadas combinaciones. Tres amiguitos de la infancia que vuelven a
encontrarse muchos años después: una mujer y dos hombres. Un triángulo: en un
vértice, el sexo; en otro, el amor; y en medio… nuestra protagonista hecha un
lío.
De la reseña para Cinemaad hoc.
El orgasmo es dibujado en un papel húmedo y mojado, que forma el
guión de La montaña rusa, mediante el homónimo que señala su título. Con esa
«montaña rusa del placer / amor» que delineaban las estrofas de ‘En La
Disneylandia del Amor’, de la que Fangoria sacaba pecho y espalda
entre un parque de atracciones y el telón de una concurrida cama rosada. El hit
data de 1993 y precisamente el nuevo trabajo del director de “Amo tu cama
rica” resulta anclado en tiempos pasados y mejores. No es que la película
sea un homenaje a la canción de Alaska y Nacho Canut (¡ni
siquiera figura en su soundtrack!) aunque parece parido desde el cine
porno o el nuevo indie con eyaculaciones visuales de sexo explícito. El
argumento gira sobre una frígida violinista que no ha hallado el orgasmo en sus
numerosas relaciones sexuales y que podría ser el centro de acción de “Garganta
profunda” de Gerard Damiano o la reciente “Shortbus” de John
Cameron Mitchell.
Tocando el violón |
La montaña rusa establece un triángulo entre dos amigos de la
infancia que compiten por el amor (y sexo) de su iconizada compañera de clase y
frígida protagonista. Su voz en off nos marca el camino, sentimiento y
pensamiento de una mujer atrapada entre dos hombres que le ofrecen todo aquello
que quería en la vida: un compañero sentimental y otro sexual. No sé hasta qué
punto los recursos que ofrece el guión de Emilio Martínez Lázaro han
sido pulidos y trabajados convenientemente o simplemente se dejaron caer por
unas hojas impregnadas en tinta esperando que los gemidos y pezones hicieran el
resto de la faena. En mi opinión, esta película despierta todos los peores
clichés que tenemos en mente sobre nuestro cine: parece hecha con tanta
dejadez, mínima pasión e interés, que suscitará los comentarios sobre un
objetivo que no tiene nada que ver con lo artístico. Incitará a pensar en esa
temida cultura e imagen sobre el cine patrio de películas escritas, realizadas
y gestionadas con un piloto automático para recoger a cambio el dinero encima
de la mesilla cuando se encienda la luz.
Papel higiénico como metáfora de lo que es esta película |
Nada en ella me parece con un mínimo de interés, pese a delegar todo
su atractivo en los desnudos reiterantes de su reparto (algunos han contando
hasta seis ocasiones en las que durante varios minutos podemos ver y agradecer
las desguarnecidas carnes de Verónica Sánchez). Nada de ella.
Absolutamente nada. Además, no entiendo que una película centrada en algo tan
conciso y mínimamente sutil se alargue hasta casi las dos horas. El cine porno
suele tener, al menos, más piedad para estas cosas. ¿Era necesario? ¿Realmente
en 2012 sigue siendo necesario cubrir la cuota de esa
típica-película-española-de-tetas-culos-y-violones? Desconozco a día de hoy el
cronometraje de las cabinas de sexo en directo en los sex shops, pero imagino
que ver a una señora fornicando con dos hombres (y nunca en un trío) casi dos
horas debe llegar a ser aburrido. Más que placer se buscaría figurar en el
Libro Guinness de los Fetichistas, entiendo. También comprendo que la imagen
publicitaria de la película sea netamente sexual con sus protagonistas
‘despelotados’ en El País Semanal, pero que se señale un trío
cuando en el filme se refleja una infidelidad me parece publicidad engañosa.
Pero lo que me más me llama la atención es que existan personas que
se rían con esta película y sus chistes contados anunciados ya desde el trailer.
El vodevil se dibuja sobre clichés que ya fueron clichés y recursos dramáticos
y de guión tan demoledoramente inútiles como un restaurante oriental que parece
el coño de la Bernarda. Con perdón, con perdón de vincular a esta
película con Lorca.
Amor y Sexo... por separado |
Lo que escapa de mi entendimiento que exista un late night show
en RTVE y que tenga un 25% de share, que se monte un pollo que
deja lo de John Cobra en una anécdota olvidable de ‘Tú sí que vales’,
que no intervenga el Ministro de Cultura ante semejante ‘pollaco’ en una cadena
pública, que los acompañantes-paquetes en la moto de la protagonistas no
utilicen casco (espero una pronta sanción de la DGT), que la
conductora de esa moto vaya en una ocasión conduciéndola borracha y, en
definitiva, que se hable de equilibrio sexual y amoroso en una película tan
desequilibrada. Toda una montaña rusa para vomitar en cada curva. Y, como
podrán entender, esta película de curvas va sobrada. Digamos, para resumir el
martirio del ser frígido emocionalmente que escribe, que a La montaña rusa no
la salva ni un buen bizchocho. Perdón, quería decir bizcocho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lea antes los Mandamientos de este blog.