Por fin ha vuelto. Por fin ha vuelto desde los
muertos “Community”. Tiempo atrás “Regional
Holiday Music”, décimo episodio de esta tercera temporada, puso
el punto y aparte que algunos vieron como final.
Los hashtags como #savecommunity y #sixseasonsandamovie esperemos
que no tengamos que utilizarlos en redes sociales… again. En su horario
habitual, a las 20:00 de los jueves, y demorando en media hora el de “30 Rock” la serie de Dan Harmon ha conseguido casi cinco millones de
espectadores. Una buena cifra (para la NBC) que la coloca en la sitcom del día
más vista y seguida de la cadena. La culpa la tiene “Urban Matrimony and the Sandwich Arts”,
undécimo episodio de la tercera temporada de una de las sitcom punteras de
nuestros tiempos. Pero esa alegría se ha visto mermada con (de nuevo) el
ninguneo habitual en los Comedy
Awards, con una única nominación
para Donald Glover (Troy) como actor revelación. Por
suerte ya estamos vacunados ante tanto insulto y ofensa. Ahora, toca disfrutar.
¿Estamos preparados… para reír?
No es que vayamos a recordar
a “Urban
Matrimony and the Sandwich Arts” como uno de los capítulos destacados de la serie.
Tal vez, ni siquiera de esta temporada. Digamos que estamos ante un buen episodio
(que no gran episodio), pero tiene tantos destellos de calidad y originalidad
que se encuentra muy por encima de cualquier posible competencia. Vemos que
todo el grupo de estudio se encuentra reunido en el comedor de Greendale y
enseguida observamos todos los planteamientos del capítulo en cuestión de una
secuencia introductoria:
— Pierce se ha convertido en un emprendedor
hombre de negocios tras la muerte de su padre y, mediante Britta, propone a Shirley una proposición para montar
un negocio en la abandonada cafetería (deberíamos decir mejor incinerada) con
sus deliciosos sándwiches.
— Andre se persona allí para otra
proposición con coreografía: pedir re-matrimonio a Shirley.
Un hombre nuevo de negocios |
Esto hace que se ponga fecha
del evento y que, obviamente, el grupo esté invitado al completo. Pero el
problema es que Jeff y Britta son anti-bodas, Abed y Troy se consideran demasiado
raros, Pierce piensa únicamente en su nuevo negocio aunque pierda el culo y es Annie quien actúa de catalizador, sobre todo con la primera ‘pareja’. La boda será en la sala de estudio
(economía narrativa al poder) ya que la iglesia de Shirley y las segundas bodas no son
compatibles… Pero antes, el ensayo donde Jeff tendrá que hacer el
discurso y Britta se verá en la obligación de ayudar para que Shirley se centre en la posibilidad
de abrir su negocio y ser una mujer libre.
La peluca de marfil me suena... |
Abed y Troy, para no dejar en evidencia
a su amiga Shirley, deciden ‘desrarizarse’ con 24 horas de encierro en
el Sueñotorium. Se convierten en personas normales y van al ensayo
impecablemente vestidos… y ‘normales’. Jeff se ve incapaz de escribir
el discurso y Britta se da cuenta, contra su voluntad y juicio, que es
una perfecta organizadora de bodas. Mientras tanto, Shirley ha dejado a su futuro
marido esperando en el altar (aunque sea un ensayo). Finalmente accede a montar
el negocio con Pierce tal vez por pena al conocer que Toallitas Hawthorne
le ha despedido. Estaban aguardando, al parecer, a la muerte de su padre para
expulsarle. Obviamente tiene dinero pero necesita crear algún atractivo
negocio. Los conocimientos de Shirley,
adquiridos estos años en Greendale, ayudan a convencer a Decano Pelton pero
se da cuenta que… ¡tiene que casarse! ¡Al menos en el ensayo!
Cuando Shirley
llega al ensayo de su boda la situación es insostenible. No es porque Troy y Abed estén normalizados,
porque Jeff y Britta estén borrachos liando todo... sino que su futuro marido (y actualmente ex marido) no quiere que lleve los
pantalones en la unidad familiar. Al final parece que no hay boda pero el
negativismo de Jeff
y Britta hacen que Shirley y Andre se den cuenta de su amor
y matrimonio. Momento para que Troy
reaccione y piense, gracias al mono de Greendale
que vive en los conductos del aire acondicionado, que deben y necesitan ser
raros… El Inspector Espacio-Tiempo les da la clave y de nuevo bienvenida a la
rareza. Pero todo no pueden ser buenas noticias porque finalmente el Decano comunica a Shirley que la cafetería será un Subway.
Decisión tal vez tomada por la dirección al no estar el decano (y ganador
recientemente de un Oscar) invitado… El problema puede que no sea para la novia sino para Pierce… que parece querer
echarle en cara a su difunto padre su éxito con los sándwiches que nunca verá
la luz. Al menos este episodio de “Community”
sí la ha visto.
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