“The Tuxedo
Begins” es el octavo
episodio de la sexta temporada de “30 Rock”… Un momento, si “Hey,
Baby, What's Wrong”, el anterior, fue el sexto… ¿por qué hemos saltado un
capítulo? Para Imdb es el séptimo capítulo y punto, pero para la
página oficial de la serie de Tina Fey no es así ya que el pasado capítulo fue doble… ¿Alguien se
dio cuenta? Ese especial de San Valentín fue, por ratos, tan ameno que nos hizo
olvidar que estábamos ante 40 minutos de “30 Rock”. Dejaremos que es el
octavo episodio de una sexta temporada que confirma que la serie no quiere
darse por vencida. Salvo el desmayo de Tracy Morgan en Sundance
y las fotos de un Jim Carrey descamisado comentadas en el post anterior
no han existido más novedades. Bueno, una muy mala: las series y sitcoms de la NBC
de la noche de los jueves alcanzaron un mínimo histórico… Y es que “The Big
Bang Theory” y “American Idol” son intocables y, al parecer,
incontestables. Y es una pena porque “The
Tuxedo Begins” es una apuesta fuerte por convertir la serie en una gran
parodia neoyorkina de “El caballero Oscuro” con colaboraciones
recurrentes como la del personaje de Steve Buscemi. ¿Están preparados?
«Mueres siendo un héroe, o vives lo suficiente para verte convertido en un villano», fue una de las frases de para muchos mítica “The Dark Knight” (en inglés parece más seria e incluso oscura). Con esa premisa llegamos a nuestros dos héroes de “30 Rock”: Jack Donaghy y Liz Lemon. La segunda se da cuenta que es ya la única persona de Nueva York que sigue las reglas y hace lo correcto… Si no fuera por ella nada en esa metrópolis funcionaría. El segundo, por un atasco provocado por una maratón, realiza el trayecto final hacía el trabajo andando fuera de su limusina, pero es atracado por una persona que no encaja en el perfil de maleante común y vulgar. ¡Ha comenzado la guerra de clases! Tracy Jordan, como siempre, se suma al delirio de Jack Donaghy por potenciar la seguridad dentro de la ciudad e incluso de que Jack se presente como alcalde… Finalmente se da cuenta de la realidad: Jack está cagado de miedo y no quiere abandonar el edificio por miedo a su atracador.
Paul y Jenna se normalizan... |
Jenna
Maroney,
mientras tanto, recibe la visita de su pareja travesti, Paul. Su trabajo
en un crucero y ausencia parece desembocar en un regreso para una noche loca de
sexo pero Paul, por el cansancio, se duerme… y Jenna en su
regazo. Ambos son una pareja inusual, salvaje, loca y enferma… y al levantarse
por la mañana como una pareja normal saltan las alarmas. En principio piensa
que aquello de ‘normalizar’ e ir de compras y funcionar como una pareja normal
es algo enfermizo y retorcido… pero Pete finalmente abre los ojos a Jenna
confirmando que ya son una pareja corriente… Ambos están condenados a ser el
uno para el otro… pero con semejante punto de giro deciden realizar una
‘caminata sexual’: pasarán los siguientes tres meses solos, haciendo cualquier
cosa depravada que se les ocurra con toda la gente que puedan… y si finalmente
ven que son más felices ‘normalizados’ estarán juntos para siempre.
Liz se pasa al lado oscuro... |
Liz, por cuestiones laborales y
personales, se convierte en una villana. Gracias al disfraz de anciana para un sketch que se pone y su bolsa de
ropa mal oliente del gimnasio causa estragos en el metro. Harta de los malos
modos de la sociedad Liz Lemon empieza a pasarse al lado oscuro del mal
y transmutarse en un Jocker poco a poco. Su tos se acentúa y su voz
ronca… de villana. Su plan maquiavélico y retorcido es ir al cine para
vaciarlo, cual mofeta, y ver una película sola. ¿Qué me ha conseguido Liz
Lemon con las reglas? El peor asiento en el cine, un montón de música por
la que ha pagado, un cajón lleno de pilas rotas con las que no sabe qué hacer…
Las reglas han muerto… salvo dejar los vasos de plástico en la bandeja arriba del
lavavajillas para que no se derritan. Por lo demás, no hay reglas… Liz,
cuando va a completar su plan, se da cuenta de que se ha olvidado su cartera…
Encuentra a un Jack en el mismo paso en obras donde fue atracado y que
va a superar su trauma por una terapia de choque. Liz le pide 20 dólares
y Jack hace a la villana una llave de kárate con la que va a dar junto a
sus huesos a una pila de bolsas de basura. El público aplaude y Liz se da
cuenta de que la gente quiere reglas. Jack, por el contrario, sabe que Liz es
la única mujer con la que podría pelear para recuperar su hombría. New York
City, ciudad de villanos y héroes, ha sido salvada… si es que Jenna Maroney
deja a alguien sexualmente vivo…
Del sexto al octavo... |
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