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martes, 21 de febrero de 2012

30 Rock (6x08) The Tuxedo Begins: 30 Rock Meets El Caballero Oscuro

“The Tuxedo Begins” es el octavo episodio de la sexta temporada de “30 Rock”… Un momento, si “Hey, Baby, What's Wrong”, el anterior, fue el sexto… ¿por qué hemos saltado un capítulo? Para Imdb es el séptimo capítulo y punto, pero para la página oficial de la serie de Tina Fey no es así ya que el pasado capítulo fue doble… ¿Alguien se dio cuenta? Ese especial de San Valentín fue, por ratos, tan ameno que nos hizo olvidar que estábamos ante 40 minutos de “30 Rock”. Dejaremos que es el octavo episodio de una sexta temporada que confirma que la serie no quiere darse por vencida. Salvo el desmayo de Tracy Morgan en Sundance y las fotos de un Jim Carrey descamisado comentadas en el post anterior no han existido más novedades. Bueno, una muy mala: las series y sitcoms de la NBC de la noche de los jueves alcanzaron un mínimo histórico… Y es que “The Big Bang Theory” y “American Idol” son intocables y, al parecer, incontestables. Y es una pena porque “The Tuxedo Begins” es una apuesta fuerte por convertir la serie en una gran parodia neoyorkina de “El caballero Oscuro” con colaboraciones recurrentes como la del personaje de Steve Buscemi. ¿Están preparados?


«Mueres siendo un héroe, o vives lo suficiente para verte convertido en un villano», fue una de las frases de para muchos mítica “The Dark Knight” (en inglés parece más seria e incluso oscura). Con esa premisa llegamos a nuestros dos héroes de “30 Rock”: Jack Donaghy y Liz Lemon. La segunda se da cuenta que es ya la única persona de Nueva York que sigue las reglas y hace lo correcto… Si no fuera por ella nada en esa metrópolis funcionaría. El segundo, por un atasco provocado por una maratón, realiza el trayecto final hacía el trabajo andando fuera de su limusina, pero es atracado por una persona que no encaja en el perfil de maleante común y vulgar. ¡Ha comenzado la guerra de clases! Tracy Jordan, como siempre, se suma al delirio de Jack Donaghy por potenciar la seguridad dentro de la ciudad e incluso de que Jack se presente como alcalde… Finalmente se da cuenta de la realidad: Jack está cagado de miedo y no quiere abandonar el edificio por miedo a su atracador.

Paul y Jenna se normalizan...
Jenna Maroney, mientras tanto, recibe la visita de su pareja travesti, Paul. Su trabajo en un crucero y ausencia parece desembocar en un regreso para una noche loca de sexo pero Paul, por el cansancio, se duerme… y Jenna en su regazo. Ambos son una pareja inusual, salvaje, loca y enferma… y al levantarse por la mañana como una pareja normal saltan las alarmas. En principio piensa que aquello de ‘normalizar’ e ir de compras y funcionar como una pareja normal es algo enfermizo y retorcido… pero Pete finalmente abre los ojos a Jenna confirmando que ya son una pareja corriente… Ambos están condenados a ser el uno para el otro… pero con semejante punto de giro deciden realizar una ‘caminata sexual’: pasarán los siguientes tres meses solos, haciendo cualquier cosa depravada que se les ocurra con toda la gente que puedan… y si finalmente ven que son más felices ‘normalizados’ estarán juntos para siempre.

Liz se pasa al lado oscuro...
Liz, por cuestiones laborales y personales, se convierte en una villana. Gracias al disfraz de anciana para un sketch que se pone y su bolsa de ropa mal oliente del gimnasio causa estragos en el metro. Harta de los malos modos de la sociedad Liz Lemon empieza a pasarse al lado oscuro del mal y transmutarse en un Jocker poco a poco. Su tos se acentúa y su voz ronca… de villana. Su plan maquiavélico y retorcido es ir al cine para vaciarlo, cual mofeta, y ver una película sola. ¿Qué me ha conseguido Liz Lemon con las reglas? El peor asiento en el cine, un montón de música por la que ha pagado, un cajón lleno de pilas rotas con las que no sabe qué hacer… Las reglas han muerto… salvo dejar los vasos de plástico en la bandeja arriba del lavavajillas para que no se derritan. Por lo demás, no hay reglas… Liz, cuando va a completar su plan, se da cuenta de que se ha olvidado su cartera… Encuentra a un Jack en el mismo paso en obras donde fue atracado y que va a superar su trauma por una terapia de choque. Liz le pide 20 dólares y Jack hace a la villana una llave de kárate con la que va a dar junto a sus huesos a una pila de bolsas de basura. El público aplaude y Liz se da cuenta de que la gente quiere reglas. Jack, por el contrario, sabe que Liz es la única mujer con la que podría pelear para recuperar su hombría. New York City, ciudad de villanos y héroes, ha sido salvada… si es que Jenna Maroney deja a alguien sexualmente vivo…

Del sexto al octavo...

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