Páginas Bastardas

viernes, 27 de enero de 2012

Especial Underworld

De la reseña(spara Cinema ad hoc.

Se puede criticar, acuchillar, fusilar, morder y golpear hasta la muerte con nuestras garras a La saga Underworld pero también es justo reconocer sus méritos. Sólo la trilogía originada por el personaje de Blade puede hacer mella en los datos de taquilla en una franquicia que ha acuñado un éxito constatado y muy regular con cada película que compone cada una de sus partes.  Incluso su tercera parte y precuela sin su estrella principal mantuvo los buenos datos de recaudación habituales. ¿Cuál es el misterio? Llega el momento de analizar el secreto mejor guardado… El secreto de su éxito con motivo del estreno de su cuarta parte, “Underworld: El despertar”, que ya está desangrando el boxoffice americano. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?


Flashback. “La reina de los condenados” y “Dracula 2000” habían fracasado en sacar a los vampiros del ataúd. La versión parisina de “Un hombre lobo americano en Londres” no había tenido un éxito atronador y sus aullidos habían quedado apagados en champagne… Llegó 2003 y “Matrix” y sus hijas bastardas eran tendencia absoluta y moda universal. Ese año se estrenaban las esperadísimas “Matrix Reloaded” (mayo) y “Matrix Revolutions” (noviembre). A mediados de septiembre cayó sobre sus botas de cuero con hebillas una vampira guerrera, cazadora de hombres lobo, embutida en cuero y látex bajo una estética cyber-gothic–punk y pariendo cientos de miles de balas a discreción sobre la pantalla y sus desafortunados rivales. ¿Es Trinity? ¿Está como un cañón (¡y qué pedazo de cañón con el que está fusilando al personal!)? ¡No! ¡Es Selene! “Underworld”, además, se estrenó con “El secreto de los McCann” y “The Fighting Temptations” liderando la taquilla estadounidense y recaudando prácticamente su presupuesto. Haga una prueba: ¿de cuál de las tres películas se acuerda? ¿O incluso, cuál de las tres películas ha visto? Sí, independientemente a sus insuficientes y regulares críticas, Kate Beckinsale, sus ojos tuneados de vampiresa y poses antes de aniquilar a un ejército de licántropos se pusieron de moda y no han defraudado en datos de taquilla a sus productores desde aquel entonces.

Selene y sus ojos fríos y tuneados
Todo trata de ese estar en el lugar y en el momento oportuno y cobró una nueva dimensión porque, pese a polémicas aparte con la novelista Nancy A. Collins y los juegos de rol de ‘Werewolf’ y ‘Vampiro: La Mascarada’, La Saga Underworld ha ocupado un puesto en su particular trono y ninguna de las aspirantes posteriores ha conseguido desbancarla. Ni las películas de Uwe Boll sobre “Bloodrayne”, “Guardianes del día”, ni “Rise: Cazadora de sangre”, “La criatura perfecta”, “La marca del lobo”, “El circo de los extraños”,La maldición (Cursed)”, “30 días de oscuridad”, y ni mucho menos “Ultravioleta”. Repase los títulos anteriores y se dará cuenta de que en un país de bodrios, el traje de cuero y látex es el rey (y el cuerpo del delito). De hecho la única referencia exitosa inmediatamente posterior a “Underworld” fue “Van Helsing”, aprovechándose tal vez del tirón de Kate Beckinsale  con un corpiño ceñido de… ¡cuero! Aunque comparando sus presupuestos (160 millones de dólares respecto a poco más de 20 de la película de Len Wiseman) queda más claro del porqué Universal Pictures no continuó con esa franquicia y Sony Pictures rentabilizó cada centavo.  

Siempre agarrando sus pistolas

Es cierto que La Saga Underworld pasará a la historia como una saga de acción más que de vampiros y hombres lobo aunque sirvió para que tanto su director como actriz principal se comprometieran meses antes del estreno y se casaran un año después. La triste realidad, no obstante, es que tampoco hemos visto grandes ficciones de chupa-sangres y licántropos en la gran y pequeña pantalla. Sí, sí… “La sombra del vampiro” es para cinéfilos y amantes del cine silente. “Déjame entrar” es material para gafapastas y público sesudo que pasa del cine comercial, La saga Crepúsculo para seguidoras de Justin Bieber o encefalogramas en vías de desarrollo y “True Blood” para marujas cachondas adictas al abdominal nórdico y a pecho lobos del Men's Health. Falta un target importantísimo aquí: el de varones que van al cine a ver buenas mozas, argumentos facilones copiados de los culebrones de mediodía que no llegan ni a medio cómic, tiros y acción a discreción e insustancial entretenimiento… Y, a juzgar por los entradas vendidas, son muchos…  y La Saga Underworld tiene tanto de lo anterior como balas en la pantalla y, al parecer, en la recamara. 

(Nota por mensaje de Neathara: se evitarán hacer rimas de Selene con la palabra ‘pene’)


“Underworld”
(2003)
EEUU
Director: Len Wiseman

Sinopsis (Filmaffinity):

Durante siglos, dos razas han ido evolucionando en las profundidades de la Tierra: los aristocráticos y sofisticados vampiros y los brutales hombres-lobo (licántropos), cuya existencia siempre había formado parte del mundo de los mitos y las leyendas. Estas razas nocturnas son enemigas mortales y están condenadas a vivir en perpetua guerra hasta que sólo una de ellas sobreviva. En medio de este conflicto ancestral, una Guerrera Vampiro, Selene, descubre una conspiración de los licántropos para secuestrar a Michael, un joven médico. Después de seguirlo por toda la ciudad, Selene entabla una insólita relación con él, y cuando los licántropos se deciden a atacar, se interpone entre ellos y el médico. Mientras intenta salvar a Michael, descubre un plan de los licántropos para crear nuevas criaturas que combinen los poderes de ambas razas y carezcan de sus debilidades. Este proyecto, de hacerse realidad, favorecería a los Hombres-lobo.

Crítica Bastarda:

—¿Eres Trinity?
— [Con voz de camionera] ¡No, soy Selene!

Noche y oscuridad, rayos y centellas, lluvias y catedral, palomas que parecen cuervos y, sobre todo, mucha pose. Una voz en off susurrantemente femenina y poderosa nos cuenta el rollo para que aquí nadie se pierda el hilo dental. Lo normal aquí es salir corriendo o tirarse por una ventana… pero esta señora vampira, Selene, cae siempre de pie y sigue andando como si estuviera en la pasarela Cibeles. La clave es aprovecharse de los logros de otros, desangrarlos y pasar sus coágulos por la batidora: de los juegos de rol de White Wolf a la estética “Matrix”. El éxito consiste en llegar en el momento adecuado. En el 2003 se estrenaban las esperadísimas “Matrix Reloaded” (mayo) y “Matrix Revolutions” (noviembre). A mediados de septiembre cayó sobre sus botas de cuero con hebillas una vampira guerrera, cazadora de hombres lobo, embutida en cuero y látex bajo una estética cyber-gothic–punk y pariendo cientos de miles de balas a discreción sobre la pantalla y sus desafortunados rivales. ¿Es Trinity? ¿Está como un cañón (¡y qué pedazo de cañón con el que está fusilando al personal!)? ¡No! ¡Es Selene!

Sorpresas y creando una leyenda

Lo importante no es ser vampiro sino tener suficientes balas en la recamara. La sangre actúa como wikipedia y TL de Twitter y cualquier parecido vampírico con la irrealidad es impura inconfidencia. Los vampiros no necesitan adoptar, pueden crecer hasta una edad adulta y pasan de chupar sangre a los humanos si no es para expandir su vírica inmortalidad. O eso creo, porque en ese (infra)mundo nadie lo tiene claro. En el argumento hay una gran conspiración, mentiras del pasado, gobernantes emergentes, planes oscuros en la sombra y sexo interracial (o zoofilia desde nuestra perspectiva humana).


Y siempre queda... el chico

Hay una secuencia que resume la esencia de la película. Me encanta cuando Selene está acorralada por hombre lobos peludos, sudorosos (y seguramente sin desodorante). No tiene escapatoria. Pero huye disparando al suelo haciendo círculos sobre sí misma. En ese punto “Underworld” nos habla de sí misma y la naturaleza cinematográfica que representa en esa sutil y balística metáfora: cuando el género está atrapado lo mejor es dar vueltas sobre sí mismo para marear (pero sin marearse) y… caer más abajo…
No importa descender a los infiernos si con eso sobrevives.
Aúllen o muerdan, pero Selene y la saga que protagoniza lo hizo…


“Underworld: Evolution”
(2006)
EEUU
Director: Len Wiseman

Sinopsis (Filmaffinity):

La lucha milenaria entre depredadores ha adoptado nuevas dimensiones de violencia. Ha nacido una nueva raza en nada comparable a ninguna otra conocida. Traicionada por los de su propio clan, la guerrera vampiro Selene (Kate Beckinsale), busca venganza. Para ello, decide descubrir la verdad sobre la identidad del primer Inmortal verdadero. No es Marcus, el rey de los vampiros como se creía, sino Alexander Corvinus, padre de Marcus y de su hermano gemelo William. Selene y el híbrido Michael (Scott Speedman), protagonistas de un amor prohibido, lucharán juntos contra el poderoso Marcus, quien está decidido a liberar a su hermano preso y usar la sed de sangre de éste para llegar a dominar el mundo.

Crítica Bastarda:

Selene, te veo evolucionada...
— [Con voz de camionera] Si estás insinuado que me he operado las tetas… ¡estás muerto!

Desde 1202 hasta la actualidad en la que se desarrollaba “Underworld: Evolution” la historia pretende cerrar todos los cabos sueltos y pasados posibles reanudando un plan que originó la creación de los vampiros. Sí, como leen: al parecer el primer inmortal de la historia, Alexander Corvinus, tuvo tres hijos… A uno le mordió un vampiro y se hizo vampiro, al otro un lobo y se hizo hombre-lobo y a un tercero, al parecer, la novia le tuvo que morder todo-todito-todo y se quedo humano… Es decir, que si a uno le hubiera mordido un perro hubiera sido un hombre-perro o si hubiese sido picado por una gallina (poblaban el planeta en el Siglo XIII) sería ¡el hombre gallina! Por suerte y, al parecer, sólo había lobos y murciélagos en el ecosistema donde vivía el señor Corvinus. Ni gatos ni periquitos ni cactus… sólo murciélagos y lobos…

Afianzando la relación interracial

“Underworld: Evolution” nos habla de un reencuentro familiar sin cámaras de Telecinco cerca entre un vampiro y hombre lobo cuasi-milenarios con papá como testigo accidental… pero, también, de una historia apasionada de amor entre una vampira guerrera embutida en cuero y látex y un híbrido que se ha olvidado la camiseta. No faltan persecuciones, bicho digital ‘amuerciélagado’, un polvo sacado de un anuncio soft-porn de cosméticos, pistolas que parecen metralletas, peleas con piruetas mortales a cámara lenta y explosiones cada medio minuto.

Entre dos Licántropos

¡Qué se salve quien pueda…! Aunque en esta parte sobreviven los justos y los menos pecadores. Así es la dura vida en los videojuegos cuando se te acaba(n) el (los) crédito(s).

“Underworld: La rebelión de los licántropos”
(2009)
EEUU
Director: Patrick Tatopoulos
Título original: “Underworld: Rise of the Lycans (Underworld 3)”


Sinopsis (Página oficial):

Descubre los orígenes de las sangrientas contiendas entre los aristócratas vampiros y sus antiguos esclavos, los licántropos. En la Edad Oscura, un joven licántropo llamado Lucian (Michael Sheen) emerge como el poderoso líder que une a los hombres lobo para levantarse contra Viktor (Bill Nighy), el cruel rey vampiro que los ha esclavizado. A Lucian se une su amada secreta, Sonja (Rhona Mitra), en esta batalla contra el ejército vampiro en su lucha por la libertad.

Crítica Bastarda:

Selene, no te veo... ¿'Aonde' andas Selene?
— [Con voz de camionera] Moldiendlo el cluello a tlu pluta madle

La triple pirueta mortal de La Saga Underworld pasa por una precuela sin su actriz principal y director habitual relegando dichas tareas a la que también viéramos los colmillos posteriormente de “The Gates: Ciudad de vampiros” (Rhona Mitra) y al responsable de los efectos especiales de las dos anteriores (Patrick Tatopoulos). Michael Sheen, además, había aumentado considerablemente de caché desde el estreno de “Underworld” en 2003 y apuntaba a apoderarse de todo el mundo sobrenatural ejerciendo del líder del clan de los Volturi en La Saga Crepúsculo. También era buen momento para que Bill Nighy, pieza referente a la inicial trilogía, ejerciera de perfecto villano. “Underworld: La rebelión de los licántropos”, pese a la suma de riesgos iniciales, contó un presupuesto de 35 millones de dólares y consiguió números parecidos a sus predecesoras.

La historia de amor imposible de Sonja

Si vendieran profilácticos para hombres lobo “Underworld: La rebelión de los licántropos” sería un anuncio de 90 minutos. Se podría definir esta precuela como un cruce de “La rebelión de los simios” y “Espartaco” en la Edad Media. Aunque también podría ser una versión zoofílica de las “Las dos Torres”… pero pensándolo bien ya había zoofilia y sexo interracial en las anteriores partes… Sabremos el motivo del exilio europeo de Viktor y conoceremos a personajes secundarios de “Underworld” desde sus pelos y sudores (¡y señales!). El momento de levantamiento te deja los pelos de punta con Michael Sheen elevando los brazos y luciendo sobaquera gritando en las mazmorras a sus compis-peludos: «¿¡Podemos ser esclavos o podemos ser licántropos!?». Yo, lo que quiero, es perder de vista a esta película…

Lucian nos hizo un spoiler en la primera parte...

Lo más fuerte y digno para aullar a la luna de “Underworld: La rebelión de los licántropos” es que se toma completamente en serio el material ¿dramático? con el que tantea y asoman brotes romántico-trágicos con frases que necesitan una depilación urgentemente. Pero la frase ganadora de este recital que bordea con el ridículo y su destrucción cual vampiro yéndose a la playa de Torremolinos a mediodía es la siguiente: 
«Me has traicionado para estar con un animal»
Al parecer, la leyenda urbana del ‘perro’ y la mermelada tenía precedentes…

2 comentarios:

  1. Underworld siempre me pareció una de las mejores películas de vampiros que he visto (si son pocas); siempre me pareció que su historia estaba bien así y que (como si de Terminator se tratara) la precuela era innecesaria y en el peor de los casos sólo generaría inconcistencias respecto a las películas anteriores; desde el principio ví que "La Revelión de los Licántropos" (conocida en latinoamérica como "La Revelión de los Lycans", porque aparentemente cambiaron de traductores pués en las dos anteriores a los hombres-lobo les decían "Licántropos") era sólo para agarrarse al boom de los romances monstruosos que trajo Crepúsculo

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    1. Hola Anónimo!

      Para los aficionados al cine de vampiros desde luego fue un cambio bastante radical ya que la vocación de la película era de acción con muchos disparos y artes marciales en el pack. El resto vinieron con vocación muy comercial y tener a Crepúsculo en cartelera le añadía un aliciente de películas para chicos frente a las historias para chicas adolescentes femeninas que protagonizan Bella y Edward.

      Únicamente destaco el reboot y cuarta parte ya que la primera me parece aprovecharse sin escrúpulos de la moda Matrix que imperaba en ese momento.

      Saludos y gracias por el comentario,

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