“Homeland” es la única serie capaz de poner patas arriba el universo entero para volver a
caer, como sigiloso y eficaz felino, de pie. “The Weekend”, séptimo
episodio de esta primera temporada llena de éxito y buenas críticas,
vuelve a engañar al espectador. Aparentemente parece un episodio de transición
pero podría ser el penúltimo de la primera temporada por sus giros finales y
ritmo que empieza a erigirse como nuevo motor de la serie. ¿Se trataba todo un macguffin orquestado desde el arranque
por Showtime? Lo que está claro es que la serie es
completamente polivalente y va a jugar sus cartas para parecerse a “24”
o a una serie dramática ondeando banderas previas de “El mensajero del
miedo” pero ahondando en grietas familiares y sociales. “The Weekend”
se antoja como un episodio imprescindible donde veremos parte de ese héroe o
villano impuesto por una de las series imprescindibles de la presente temporada
otoñal.
Teníamos dos posibilidades sobre Nicholas
Brody hasta el momento: la primera es que se había cambiado de bando y era
un terrorista al servicio de Abu Nazir y la segunda es que no era el
héroe que finge ser (mató a su compañero, se transformó al islam y aceptó la
ayuda del peligroso terrorista). Ambas posibilidades son aceptables teniendo en
cuenta que hemos comprobado que Brody puede mentir(nos) sin pestañear y todo se sujeta por los temores y recuerdos escasos que hemos visto del sargento.
También seguimos con dos tramas abiertas: la relación, de momento sexual, entre
Carrie Mathison y Nicholas Brody y la escapada de Aileen.
De lo segundo, aunque hábilmente escapa a Méjico, da buena cuenta de ello la
CIA y el FBI. Saul pide a David Estes ser él quien intente
hacer hablar a la chica durante su vuelta a través de Texas y Tennessee… Obviamente Aileen, pese a haber sido
traicionado por los suyos, se mantiene en silencio prácticamente durante todo
el camino hasta llegar a un bar de carretera y al pasado de Saul.
Confesiones |
Brody recoge a Carrie para emborracharse de nuevo junto a ella pero los
planes cambian a una cabaña perdida en el bosque perteneciente a la familia Mathison.
Hay contra-planos desconcertantes en el caminar, a través del bosque, de Carrie
y Brody donde empiezan a desnudarse desde su interior. Parece que Brody
encuentra un acto liberador tener sexo con Carrie aunque, de momento,
sólo lo han hecho borrachos. Es momento de ver heridas y estar sobrios para
tener sexo al calor de una hoguera en una cabaña en medio del bosque. Ahora
mismo no se sabe si Carrie quiere matar o amar a ese hombre para
liberarlo del lado oscuro o si el propio Brody quiere salir a la luz con
la única persona que parece entenderla.
Deseo, Peligro |
Jessica tiene problemas en casa: su marido se ha ‘fugado’ el fin de semana
(y no sabe que está con otra), su hija castigada rompe con su brazo un cristal
en un accidente y se corta y por si fuera poco ve que todavía tienen sentimientos con Mike.
¿Intercambio futuro de parejas? ¿Será el agua la reina de diamantes que active
el comportamiento terrorista de Brody? ¿O su catarsis de redención y
libertad? Lo que está claro es que la catarsis y explosión de verdad entre Brody y Carrie llega a su fin (o principio). Brody se da cuenta (vivan las marcas de té) que Carrie es una espía y, pistola en mano, comienza un interrogatorio donde Brody parece responder a todas las preguntas. No es un terrorista aunque tampoco es el héroe que decía ser. Falta algo (tal vez ese Issa, el nulo efecto de las disculpas de una victima de las conspiraciones) y ese algo, aparte del fuck you que le dedica Brody a Carrie, es que Aileen colabora e identifica a Tom Walker como el soldado americano que ha cambiado de bando. ¿Comienza ahora y de verdad “Homeland”?
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