El
título del octavo episodio de la segunda temporada de “Boardwalk Empire”, “Two
Boats and a Lifeguard”, hace referencia al siguiente chiste que cuenta Nucky Thompson: «Un hombre se está
ahogando, y reza pidiendo ayuda a Dios. Un salvavidas se lanza al agua. El
hombre que se ahoga dice, ‘No, gracias, Dios me salvará’. Unos minutos después
un bote de remos llega por él. ‘No gracias. Dios me salvará’. Después un barco
a vapor. ‘No, gracias, Dios me salvará’. Finalmente el chico se ahoga, va al
cielo y dice ‘Dios, ¿por qué no me salvaste?’. Y Dios dice: ‘Por el amos de
Dios, te mandé dos barcos y un salvavidas’.» Haga o no gracia el chiste o ayude
o no a su personaje también esperamos ver la señas divinas antes de
descartarlas y acabar ahogados en un mar de dudas. ¿Será, entonces, “Boardwalk Empire” nuestro salvavidas
catódico?
“Two Boats and a
Lifeguard” marca
el octavo episodio de una segunda temporada que va a afianzar sobradamente la condición
de excelencia catódica para la serie de Terence
Winter. Al contrario que “Los
Soprano” aquí las mujeres de los ‘mafiosos’ no están apartadas y viven en
un mundo paralelo de impostada ignorancia sino que son consortes confidentes.
Nos quedaba por apuntalar esa relación de sinceridad entre Angela y Jimmy y aquí se
completa. Es curioso que, al igual que
en la serie que protagonizaba Tony
Soprano, tengamos una secuencia onírica que marque el futuro y el presente
de su personaje principal. También herido de bala… aunque las heridas de Nucky Thompson parecen más un estigma
en la palma de su mano que de un profundo coma ocasionado por un disparo en el
vientre.
Al margen |
Nelson Van Alden vive sin Lucy Danziger y debe buscar niñera, Nucky Thompson y Esther
Randolph tienen su primer cara a cara, Margaret
Schroeder sigue preocupada por su esposo y por la fiebre de su hija y Angela Darmody encuentra a una nueva
novia bohemia. El resto se orienta a la trama principal: el enfrentamiento de Jimmy Darmody con Nucky Thompson que da un volteo con la muerte (natural) del padre
de este último. Su hermano Eli Thompson
ve la barrera pero el espectador asiste al detalle y al interior del personaje.
Es de lo que se trata dentro de la mente de un personaje como Nucky Thompson: fingir hacía el resto
hasta que llega ese momento de soledad y complicidad frente a Margaret o nosotros, el público.
Despedidas |
En
“Two Boats and a Lifeguard” vemos
que a los cachorros como Darmody, Lansky, Luciano o Capone les han
salido colmillos pero sus padres han
visto sus intenciones. La reunión entre Rothstein
y Torrio le hace quedar claro a Thompson que debe esperar su momento y
no es precisamente ahora. Su jugada es presentar su dimisión y, a través de Sleater Owen, ir a Belfast a entrevistarse con John
McGarrigle. Por supuesto dejará su rastro y huella porque aconseja a Chalky White que levante a su gente contra
la opresión con una huelga. El nuevo príncipe, mientras tanto, es feliz y se
siente poderoso y seguro en la fiesta de investimento… si no fuera porque Eli
no se fía de su hermano y por ese grano en el culo que le ha salido en forma de
Manny Horvitz. Lo mejor en lanzar
una ‘indirecta’ llamada Mickey Doyle…
Nuevos rumbos |
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