“The Rhinitis
Revelation” es
el sexto episodio de la quinta temporada de “The Big Bang Theory” y vuelve a instaurar todas las dudas, quejas
y terribles errores que aqueja la serie de Chuck
Lorre y Bill Prady. Pese al
tremendo éxito que tiene la serie y su aumento de audiencia, temporada a
temporada, la calidad de sus guiones y funcionalidad de sus personajes deja,
episodio a episodio, mucho que desear. Inicialmente estaba concebida como la
adaptación al mundo ‘real’ de unas personas extremadamente inteligentes pero
poco sociables de cara a una adaptación entre la plebe y la vulgaridad. El
punto de partida, con una nueva vecina que revoluciona sus feromonas y la
aplicación de la física a lo físico, tenía ingredientes cómicos en una sitcom
que vivía enclaustrada voluntariamente en el formato. Según revela Amy Farrah Fowler durante “The
Rhinitis Revelation” algunas investigaciones indican que al no (sobre)pensar,
los menos inteligentes manejan mejor las emociones. ¿Quiere decir eso que somos
más inteligentes los que no reímos ya las gracias de “The Big Bang Theory”? ¿Qué es una serie realmente para la plebe
menos inteligente? ¿O somos todos guisantes atrapados en un bote caducado? ¿Listo
y tonto a la vez? ¿¡Los guisantes de Schrödinger!?
Los
episodios ‘con madre’ de “Big Bang” suelen ser los mejores. “The Rhinitis Revelation” no lo es.
¿Por qué? La trama en que Sheldon
vuelve a demostrar que vive anclado emocionalmente a una infancia de la que no
quiere escapar tiene elementos interesantes: una madre que quiere hacerle ver
que ya no es un niño y se quiere entregar a las necesidades reales de sus
amigos ya que su hijo carece de las mismas. Así, Mary Cooper funciona en este episodio como catalizador del resto de
personajes. Leonard, Penny, Raj y Howard seguirán
sus consejos aunque tengan que realizar el peor tour turístico por Hollywood de
iglesia en iglesia y acabar en una, claro. Por supuesto acabaran ‘confesándose’
y ‘confesándonos’ todas sus debilidades y conflictos actuales. Pero allí falta
alguien y no es otro que el propio hijo de Mary…
La montaña rusa sin tique |
Pese
a que su madre es una fanática religiosa y ambos no comparten las creencias del
otro los lazos afectivos entre Sheldon
y Mary son muy notables. El primero
vive todavía emocionalmente en esa infancia y es incapaz de manejar
correctamente cualquier crisis sentimental. La segunda quiere hacer que su hijo
madure aunque es una tarea imposible hasta para el Dios al que reza cada segundo
del día. Dulce gatito puede solucionar todo en la vida del Dr. Cooper pero no en las nuestras y mucho menos conseguir que “The Rhinitis Revelation” forme parte
de los mejores episodios de la serie. Falta un
paraguas que haga que todo no se empape de su sobresaliente vulgaridad
manifiesta. Esta serie tiene sequia… sequia de ingenio.
Los pecados de Big Bang ya son tantos... |
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