“Con derecho a roce”
2011
EEUU
Director: Will
Gluck
Título original: “Friends with benefits”
Título original: “Friends with benefits”
Sinopsis (Página Oficial de Facebook):
Una joven cazadora de talentos de Nueva York (Mila Kunis) convence a un potencial
nuevo empleado (Justin Timberlake) a
que acepte un trabajo en la Gran Manzana. A pesar de la atracción que sienten
el uno por el otro, ambos se dan cuenta de que representan todo aquello de lo
que huyen en una relación y deciden dejar todos los sentimientos a un lado y
mantener una relación estrictamente en el plano físico.
El insinuante cartel de “Con
derecho a roce” (traducción oportuna en tiempos de crisis de ‘Amigos con
beneficios’) muestra a Justin Timberlake
intentando introducir su dedo en el orificio que forma con su mano Mila Kunis. No sé si un sordomudo
entenderá otra cosa como «Ves al podiatra tía, que tienes unos hongos así de
gordos» pero aparentemente hay una ‘penetrante’ connotación sexual en ese
erecto dedo y el palpitante orificio que dibuja con su mano una mujer que nos
mira directa y sonrientemente al público. ¿Ejemplo de publicidad subliminal o
engañosa?
Amigos, roces y roce |
Ellos son JASP (jóvenes
aspiradoras suficientemente ‘putillas’) y no han asumido sus anteriores
rupturas con sus parejas. Piensan que las relaciones emocionales están
condenadas al fracaso. Mejor ser buenos amigos con barra libre de sexo con el
lema: «Querer siempre causal sex en los casual days», aunque para ellos al
parecer todos los días son ‘casual’. En la película hay beneficios orales,
cambio de costa (y de costilla), familia rota y con orificios, enfermedades
degenerativas y lecciones de miccionar empalmado con momentos saturantes y
supurantes Oprah. ¡Y Timberlake canta hasta en la cama! Ellos son la pareja
perfecta pero deciden ignorarlo y ser conscientes, al igual que la película, de
esa vuelta al espíritu de los 70… aunque ya no tengamos actrices con una nariz
con personalidad como la Streisand.
Rescate con roce |
No sé si “Con derecho
a roce” quiere tener roces con todos: su parte dramática, romántica, hablar
de Obama, de los gays, de Hollywood
Vs. Nueva York y pretende reírse de las comedias románticas para superarlas.
Pero recae en sus anticlímax, clímax, clavada de rodillas y final para que se
mojen bragas al otro lado de la pantalla. Con tanto rezumado y empapar tantos
corazones (en vez de calzones) la película es finalmente más de lo mismo. No sé
cómo a películas tan mojigatas y estrechas les ponen un título-traducción “Con derecho a roce”. Rozado queda el
espectador aunque la cinta se puede ver. Después de ‘empaparme’ de ella (que no
con ella) creo que simboliza más una clara violación al espectador. Sí, nos la
han vuelto a meter… ¡y ya ni doblada!
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