Páginas Bastardas

martes, 17 de mayo de 2011

Los Borgia: Sexo. Poder. Asesinato. Amén.

«Roma, 1492. El centro del Mundo Cristiano. Ubicación del Papado. El Papa tenía el poder de coronar y descoronar reyes. Para cambiar el curso de los imperios. La Iglesia estaba casa con la corrupción. El Papa Inocencio VIII estaba muriendo. Y el trono papal era un premio deseado por todos.»
Premisa interesante y salto nuevamente al cuello de Showtime para ocupar el vacío ocasionado por “Los Tudor”. El propio creador de la serie monopolizada por Enrique VIII, Michael Hirst, y un director-guionista estrella como Neil Jordan han unido fuerzas para construir y recrear la vida de un clan que nos venden como la primera gran familia del crimen. Mafia y religión en un cóctel explosivo con ostentación de superproducción televisiva de la que se espera alcanzar el brío entre “Los Soprano” y “Los Tudor” pero se ha encontrado con un hueso duro envenenado: “Juego de Tronos”. “as”, con un actor con clase y divino caché como Jeremy Irons, pretende convertirse en un drama histórico sobre la amoralidad de una familia con capacidad de pecar y amnistiarse bajo el mandato divino. Un Papa capaz de asesinar para que su familia alcance mayor gloria puede convertirse en un contrapunto interesante sobre la reciente competencia como “The Kennedys” y la controversia y el debate entre historiadores puede permitir ciertas diferencias históricas y vías libres para guionizar con fines dramáticos la serie.

Y si en “Spartacus” se vende carne al peso y gusto sexual del consumidor en la creación del director de “Nunca fuimos ángeles” quiere vendernos algo que parece soterrado en los primeros capítulos. Hay ciertos conatos incestuosos entre César y Lucrecia Borgia pero la serie de momento no prefiere espantar a cierta audiencia. En sí recuerda al propio pecaminoso Rodrigo Borgia en sus dudas sobre el voto de castidad por seducir al espectador con más sangre o sexo a discreción, aunque muchas veces parezca todo sacado del Disney Channel. De momento, ni lo uno ni lo otro. Desde sus compases nos avecinan que la avaricia de la familia no va a tener fin mofándose del voto de pobreza. El núcleo de la acción pasa por Rodrigo Borgia convertido en Alejandro VI y sus escarceos frente a su voto de castidad con Giulia Farnese manteniendo una difícil relación con la madre de sus hijos: Vanozza Catanei. Sus dos hijos: César, cerebro envuelto en el manto religioso y arma ejecutora a través de un letal y aliado asesino a sueldo, y Juan, espada imprecisa y alocada. Y, por supuesto, Lucrecia Borgia: ¿moneda de cambio o mujer fatal? Más bien una adolescente Madame de Tourvel con aspiraciones claras Marquesa de Merteuil.

¿Momentos incestuosos del Disney Channel? 
En teoría la serie de Michael Hirst y Neil Jordan debería vendernos tensión y diálogos afilados. Pintura renacentista y sangre entremezcladas en una representación del poder y la historia resquebrajada. Pero ese antagonista, el cardenal Della Rovere, se me antoja débil y escurridizo. Prácticamente inofensivo para una serie que nos vende una intriga generalizada y global en contra del Papa español. Por supuesto y como un cuadro del Renacimiento no falta ni un detalle en un diseño de producción ostentoso y con mucho brillo. Pero aquí falta otro tipo de envoltorio: los personajes no están suficientemente definidos en cuanto motivaciones y conflictos y Rodrigo Borgia, el patriarca y hábil manipulador, ansía un papado sin que el espectador conozca sus verdaderas exaltaciones interiores. Mucho menos esa necesidad de tener una amante en cuestión de diez minutos y dos cambios de túnica. 

Mafioso y Religioso
“Los Borgia” da la impresión de serie de futuro con la confirmación de la renovación de la segunda temporada. La obstinación y codicia por el poder, los enemigos y la venganza parecen suficientes alicientes venideros: vendetta, veneno y crimen. ¿Habemus serie? En estos tiempos en los que la oferta de ficción televisiva es tan sobradamente amplia y con una calidad envidiable esta serie me mata por envenenamiento. Ay, Dios mío, siento que voy a abortar “Los Borgia” de mis numerosas y superiores opciones semanales. Perdóname Dios Televisivo porque tal vez haya pecado.

El retrato de Giulia Farnese (Raffaelo Sanzio)

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