Historias (Bastardas) Extraordinarias: Express Yourself

¡CONSUMACIÓN DE LA BODA!

Como siempre vivo en una permanente inopia frente a la actualidad amarillista o rosa. ¿Qué se casan El príncipe Guillermo y Kate Middleton? ¿Qué lo pasan por la televisión? ¿Qué es obligatorio verlo? Muchas veces me interesa lo que se origina alrededor de una tormenta mediática que la propia tormenta en sí. Kate es hija de una azafata y un despachador de vuelos, según la wikipedia, y estudiaba historia del arte en la misma universidad donde el príncipe Guillermo empezó a estudiarla a fondo en su arte. En primer lugar no sabía que los vuelos se pudieran despachar y en segundo lugar no entiendo esa moda que tienen los príncipes en casarse con plebeyas por amor. ¡Vaya tontería! Lord Voldemort no consentiría una boda british entre una sangre sucia y un sangre azul. ¡Nunca! Y menos con ese nombre… Kate. ¿Kate? Si fuera familia de la familia Follen, tan popular en las películas que orbitan alrededor de “Los padres de ella”, sería una Kate-Follen de pronuntation: ke-te-(y lo que sigue en su lengua). En fin, este es un resumen sobre mi punto de vista de las vivencias de una de las pocas bodas reales con gran expectación que nos tocan por vivir hasta que Alberto de Mónaco, con ochenta años, diga el sí quiero a Elton John.

Había mucha expectación con el bodrio y las teles se hicieron de rogar. La buitresa carroñera ávida de sensacionalismo gore favorita de este bastardo blog, Ana Rosa Quintana, se puso en plan ridícula probándose sombreros de ‘Cabaret’ con pelusas de Pavo Real y salchichones. Pero antes de ese momento inenarrable pasaron muchas cosas. No me gustó nada el pelo de Beckham: ¡parecía que le había chupado una vaca! Aunque la respuesta de universal femenina (y alguna porción masculina) sería que ellos sí que le chuparían (a Beckham, claro). Entiendo que como una vaca, además. La esposísima Victoria Beckham iba maravillosa con unos zapatos Lady GaGa y con un sombrero con alambres perfectos para cazar el sushi del convite bajando el cuello. También ideal para ir cazando las salchichas y acompañantes para hacer un pincho moruno para su señor y popular esposo.

LA VACA QUE CHUPÓ EL PELO DE BECKHAM Y UNA SOLUCIÓN

Telecinco se expandió con la publicidad tanto que uno no sabía si era una boda real o una real cuadrícula en la parte inferior izquierda de la anunciada boda (por los cientos de anuncios). Mientras Antena 3 hizo un seguimiento de las marchas militares con Isabel Sartorius al poder y Jesús Mariñas siguiendo el protocolo del champiñón. La reina (española) o sea Mari Sofi iba de morado tal vez como alegoría al ojo de su marido y la matricula del coche ponía Spain por si algún republicano turista quería tirar piedras. Leti o Le, para los amigos, iba toda ella de rosa glande con capullo por cabeza y Fe de marinerito listo para la comunión.

EL HOMENAJE AL GLANDE DE DOÑA LETI

Cuánto sombrero, cuánto flor y cuánto capullo. Sobre todo de esto último. La boda había alcanzado un poder mediático sin precedentes con multitud de merchandising con las caras de tan ilustre futuro matrimonio. Uñas, pizzas, carmeles PEZ, neveras, tazas del wáter… Pero la verdadera moda que impusieron los invitados asistentes fueron los sombreros sombrilla-omoplato. Alguna llevaba una antena parabólica en la cabeza para no perderse detalle. Otras llevaban flores gitanas y otras flores de hojaldre del tamaño de un gato. Leti hubiese acerado con una empanada o una butifarra en forma de cruz. La Reina (la hija de Helena Bonham Carter) iba de amarillo: homenaje insatisfecho a Piolín seguramente por la sangre sucia que habita en el cuerpo de Kate. A lo mejor el color gafe es para que en el caso en el que suceda una nueva masacre de Moldavia para homenajear a “Dinastía” veamos bien la sangre. Isabel II de Inglaterra piensa en todos nosotros y, sobre todo, en Helen Mirren.

EL TRAJE PIOLÍN DE LA REINA

La cola de la novia y su look espectral élfico convalecía los pelos de punta que se quedaron al otro lado. La madre de Kate lloró tanto que moqueó a cámara. Las bodas gitanas tienen más gracia. Y el novio ¡qué feo!, con esa calva. Con lo fondón que está… Todo se pierde en la distancia y ahora este príncipe parece un doble de Danny DeVito. La novia avanzó por el camino al altar… pero la jodía (perdón, la ‘ketía’) parecía que hacía, con lo largo del camino y lo lento de todo el protocolo, el camino de Santiago por la ruta Maya. El novio no se giraba y no había madrina. Dos padrinos aunque no sé cuál era peor: uno borracho y el otro… ¿el otro quién era? Había tanta fealdad que parecía la boda de Shrek con Fiona de princesa humana. Él no daba, con los nervios, con los dedos en el anillo… Perdón con el anillo en el dedo… Yo creo que se lo rompió (el dedo, no sean mal pensados que las princesas llegan vírgenes al altar de Dios). El cura se quitó su sombrero eclesiástico y parecía un indigente de lo mal peinado que iba. Y luego vino el momento Hogwarts mientras Antena 3 coló la publicidad del Activia para que nos cagásemos del todo con la emoción. Si al menos la boda hubiera sido como la del anuncio de de T-Mobile…

Lo mejor de la boda fue el modeli que diseñó Alexander McQueen, que desde el cielo y siendo un confeso anarquista, ateo y antimonárquico, chiva canciones de Madonna al oído de Lady GaGa y diseña trajes para empitonar a Novias Reales como Kate. Aunque ya no me ha faltado alguna opinión negativa ante mis críticas y contrapuntos a la boda del siglo: Deja de hablar de estas cosas que no te van y critica cine y televisión. Express yourself?

UNA BUENA PAREJA: QUE TODO QUEDE EN FAMILIA

Y ahora las peor vestidas. Un momento que me pongo mi fular antes de escribir esto. Ahora. Y ahora de verdad las peor vestidas. Bueno, todas iban fatal pero estas son las más fatales de la fatalidad: