Páginas Bastardas

domingo, 23 de enero de 2011

Más allá de la vida: Más allá de una idea…

…está el guión y tal vez el escrito por Peter Morgan no esté al nivel ni altura de la historia que nos quiere narrar Clint Eastwood. El guionista de “The Queen” o “El desafío: Frost contra Nixon” también ejerce de productor junto a Steven Spielberg y posiblemente ese aire trascendente en un mundo convulso y errático no acabe de encajar y caiga en su propio efecto invernadero. 
Uno busca causas por el desplante de público y crítica ante la nueva cinta del director de “Gran Torino” y las encuentra en los planteamientos de su mismo argumento. Desde los desastres naturales a los financieros que desequilibran la estabilidad laboral en la denominada y actual crisis mundial pasando por el terrorismo para desembocar en la espiritualidad de un mundo que no piensa en la muerte y ha cesado de creer en el alma humana. Un popurrí que en manos de otro caería en el más absoluto ridículo pero que en manos de un autor, con absoluto respeto hacía sus personajes, se queda en un pañuelo que no abarca todo su contenido. 

Hay cierta descendencia y decadencia cinematográfica en “El intercambio (Changeling)” e “Invictus” para un director que previamente había entregado “Cartas desde Iwo Jima” y “Million Dollar Baby” aunque aquí Eastwood parece alcanzar cierto equilibrio entre M. Night Shyamalan y una composición autoral. La narración está dividida en tres tramas en paralelo conducidas por una periodista francesa que sobrevive a un tsunami, Marie LeLay (Cécile de France), un hombre americano con un don que le permite tener conexiones con el más allá, George Lonegan (Matt Damon), y un niño inglés que perdió a su hermano gemelo, Marcus (George McLaren). Los tres con experiencias cercanas con la muerte y el desplante de una sociedad en la que no terminan de encajar.

SONRISA ANTE LA TRAGEDIA DE LA VIDA

Es obvio que esta fábula tiene un destino común pero Eastwood tampoco pretende realizar su particular “Babel” a lo Iñárritu / Arriaga sino que quiere reflejarnos la capacidad de un mundo para no ver más allá de lo físico y encadenado a la realidad y, por lo tanto, sin capacidad de amar verdaderamente. Los muertos se intentan comunicar con los vivos para que éstos continúen su camino pero aquellos que tienen el don lo esconden a la sociedad o la engañan con falsas promesas. Con semejante material en tiempos donde uno no come con oraciones y mucho menos con sermones no extraña que “Más allá de la vida” haya sido tan repudiada. En sí misma recuerda a la propia Marie LeLay exponiendo a sus espantados editores que habrá un cambio sobre el libro de François Mitterrand por el alma humana. La política por la muerte y lo que va más allá de la vida.

INFANCIA ARREBATADA
Renegar de la naturaleza de uno mismo y considerar los milagros como maldiciones parece estigmatizar a los protagonistas que representan la sociedad y ser uno de los fundamentos de la propuesta. “Más allá de la vida” nos habla de la pérdida de identidad en mundo sin espíritus y con almas errantes que se niega a hablar de los muertos y aquellos que tienen conexión con el etéreo son incapaces de relacionarse con los mortales. 

El espíritu dickesiano se instaura en narración de las desgracias y miserias de los dos hermanos Marcus y Jason y el propio Charles Dickens ejerce de deus ex machina para culminar las vidas cruzadas. Parece que la ficción y la realidad pretenden entrelazarse entre polos que, pese al océano de las distancias y diferencias idiomáticas, tienen que permanecer unidos en un futuro optimista y esclarecedor. 

BUSCANDO EN EL MUNDO DE LOS VIVOS

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