Páginas Bastardas

martes, 11 de enero de 2011

Valor de ley (1969): Esos tres (I)

Cuando uno ve una casa en la pradera en Technicolor acompañada de una melosa canción de Don Black y banda sonora de Elmer Bernstein puede quedar engañado con la proposición. Una familia feliz y una despedida. ‘Paga lo menos que puedas’, le recuerda la protagonista a su padre porque el precio que va a pagar va a ser la vida por el cobarde Tom Chaney. Y es, entonces, cuando uno recuerda las letras rojo de los títulos de crédito y le viene a la cabeza un tono ensangrentado en ellas. “Valor de ley” (1969) de Henry Hathaway, primera adaptación del texto de Charles Portis y por la que John Wayne se alzó con su único Oscar, puede ser un perfecto caramelo envenenado. En sus primeros minutos hemos visto un asesinato a sangre fría, tres ejecuciones (con venta de cacahuetes como si fuera un evento deportivo) y un juicio con declaración sobre un ajustamiento y torturas… pero el tono parece cómico teñido en negro, aunque lo mórbido con lápidas, cadáveres familiares y ataúdes vacíos anuncian ecos de tragedia. Y es precisamente el mayor mérito de la película del director de “Sueño de amor eterno”.

Tiene secuela titulada “El rifle y la Biblia” con el fichaje de Katharine Hepburn y es que el valor de la película reside en la novela, revitalizada nuevamente con la revisión de los hermanos Coen en 2010.

Mattie Ross, la pequeña contable, parece un niño con su pelo a lo garçon y su vestuario poco femenino que incluye el rojón-pasión-venganza. Es una niña de armas tomar y con pistola de la vendetta en mano a modo de testimonio paternal. Cuando Mattie sabe más que el sheriff sobre el asesino de su padre se inician los mecanismos del resarcimiento: quiere al marshall y agente federal más duro y ese es Rooster Cogburn. Ahí intercede el sargento de los Rangers. El trío queda completado con La Boeuf, el señor de las ‘espuelas’, aunque parecen que juntos son nitroglicerina sobre un caballo salvaje. Queda pendiente una deuda que incluye una vida y un par de monedas de oro. Su cartel lo deja claro y reza: ‘El más extraño trió para coger a un asesino: Un valiente, tuerto U.S. marshall que nunca ha conocido un día sobrio, un ranger de Texas sediento de generoso dinero y una chica todavía en pañales a la que no le importaba lo que hubieran hecho o quiénes eran, siempre y cuando tuvieran Valor de Ley.’

TECHNICOLOR, PRADERAS, CASA Y VENGANZA
El cobarde Tom Chaney se ha unido a Ned Pepper y parece un reclamo lo suficientemente
jugoso para un borrachín capaz de asesinar hasta una rata a balazos:
¿Es así como hace su trabajo?
No sirven las legalidades con una rata, hermanita. O se la mata o se la deja en paz. ¿Conoce otra solución?
Parece que el símil de criminales y picapleitos con ratas en tiempos en lo que la justicia comenzaba a pedir explicaciones y declaraciones es bastante latente. Ese leve salto sobre las películas del Oeste y su ideal de rectitud del ojo por ojo comienza a resquebrajarse. Aparece otro punto de vista sobre el ‘ajuste de cuentas’; la protagonista, recordemos, que quiere a Tom Chaney para que sea ejecutado con todas las de la ‘ley’, podría ser sacado de contexto y época similar a la virulenta controversia moral de “La extraña que hay en ti”. Pero no quiere que sea ejecutado en otro estado por otro de los crímenes que ha cometido, como el asesinato de un Senador y su perro…, sino que quiere reivindicar a su padre como víctima principal. Aparece el ego y el conato de comedia negra.

TRES SON MULTITUD
Solo doy un paso cada vez, para eso tengo dos piernas.

Hay mucho humor negro y valentía por parte de un ‘mugroso vagabundo’ porque pese a cierto tono crepuscular de un protagonista. La voz se instaura como nueva arma arrojadiza porque en esos tiempos tener rectitud en el discurso y un buen abogado eran sinónimos de éxito.
Otra vez el abogado Daggett. Lo utiliza como si fuera un revolver.
La lucha económica parece ser el precio de la amistad y la unión por consecución de objetivos. No es nada nuevo pero el trío ‘bizarro’ es un torrente de comicidad. El valor del muerto pesa más si es familiar.

La película no sorprende como ‘road movie’ o ‘buddy movie’, ni tampoco como un filme de descubrimientos sino por dejar en completo off a los villanos hasta su desenlace. Rooster tiene un pasado del que huye aunque tampoco le persigue. Es ahí donde la figura de Ned Pepper aplasta a la supuesta ‘rata’ protagonista, Tom Chaney. Aunque previamente nos enseñan el comadreo y nexos de unión, también detalles para utilizar en el futuro.

Existe un duelo también entre Rooster y La Boeuf por hacerse con el corazón de la joven, que queda relegada a consorte femenino o figura femenina por omisión. Hija o no, el trato parece de aprendizaje sobre esas dos figuras masculinas que ocupan el lugar dejado por un padre asesinado.

COCKSUCKERS!!
Con el género tocado y que únicamente sería revitalizado por Peckinpah y los claroscuros de películas como “Hombre sin Fronteras” (1971) y la aparición de un nuevo comensal llamado spaghetti western es curioso como una película, aparentemente cómica y negra, se permite licencias gores con alguna secuencia más que macabra. Algún uso del zoom chirriante, a modo de énfasis muy spaghetti sin pepperoni, puede ser discutible para el director de “El beso de la muerte” que rodó “Valor de ley” superando la barrera de los setenta años.

LA NOCHE (Y DÍA) DEL CAZADOR
La carga de muertos aumenta… Las balas de la pequeña están cargadas con sal y pimienta. Se nos niega la dureza de ver como una niña de catorce años quiere asesinar al que mató a su padre en un ojo por ojo de frente y sin reparos. Esa ineficacia es lo que provoca que una rata siga mordiendo…

El purgatorio aquí es divisado como un pozo oscuro y repleto de serpientes por los pecados cometidos: es el alto precio de matar… aunque sea para vengar la muerte de un padre y camarada. Alto precio como el veneno y heridas de guerra que se quedarán como parte de una infancia que se fue con un parche, una tumba y un amigo. 

2 comentarios:

  1. Espero que no nominen a los Oscars a Jeff Bridges.

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  2. No sea envidioso que a usted y a su parche ya le dieron uno por el mismo papel. Va a ganar Colin Firth... salvo sorpresa...
    Saludos!

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