“Boardwalk Empire” sigue dando señales de los designios de la gran serie que quiere llegar a convertirse. “The Emerald City”, décimo episodio de su primera temporada, deja la marea en un punto muerto para iniciar un tsunami de consecuencias imprevistas. Nucky Thompson espera pacientemente las olas gigantes que pronto se le echarán encima… Tal vez Arnold Rothstein sea esa cresta gigante capaz de arrasar toda una ciudad en su propio beneficio. Protagonista y antagonista toman sus decisiones en despachos dorados dentro de ostentosas pirámides y miran como sus esclavos y soldados construyen sus imperios. Ahora, más que nunca, continúan alejados en ciudades retiradas pero cuyas decisiones les atañen personalmente. Ha comenzado una guerra y se nos acaba la primera temporada de una serie que merece hacerse un hueco en la gloria de la HBO.
Una playa y un sueño. Parece el leitmotiv de muchos de sus protagonistas. Aunque no hablo de los brillantes títulos de crédito sino de Richard Harrow. Con cara y chica. Con despertar y chillido infantil. Su rostro asusta a los hijos de Margaret Schroeder y es su guardián. La escolta que flanquea a la concubina e hijos postizos de Nucky Thompson. Tal vez Harrow sea aquello que quiere representar perfectamente la serie en la mayoría de personajes: una máscara cubre la mitad de su rostro que oculta al monstruo por heridas de pasado. El héroe es villano, un asesino a sueldo capaz de matar a una mosca a cientos de metros.
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¡Perro polaco! |
Ahora mismo la batalla se encuentra administrada en los despachos de Nucky Thompson y Arnold Rothstein. Cada uno decide el siguiente paso pero tienen sus problemas previos y personales. Rothstein ahora mismo tiene un juicio pendiente por amañar la liga de béisbol y piensa en la radio como nueva manera de ganar apuestas seguras. Me recuerda a fragmentos de “Enemigos públicos” donde el robo a punta de ametralladora quedó relegado al hurto millonario y administrativo. Rothstein echa la bronca a sus esbirros por fallar en el asesinato de Nucky. Ahora más que nunca la guerra ha cobrado forma… pero siempre hay agentes dobles y desertores. El polaco Mickey Doyle es la mayor rata que ha generado la serie y es capaz de apuñalar a su madre si eso le salva la vida o le reporta algún beneficio. Así, se presenta frente a Nucky y vende a los italianos. Los hermanos D'Allessio tienen los días contados. Pero Nucky es listo y llama a Chalky White pero sin detallarle que ellos fueron aquellos que colgaron a su chico. Obviamente Chalky, en la reunión que mantiene con Leo D'alessio, Lucien D'Alessio y Meyer Lansky, se da cuenta que fueron los tipos que colgaron a su hombre y amigo. Es momento de iniciar su particular vendetta aunque con ello eche por tierra (y alcohol) el plan ideado por Jimmy Darmody: ‘La idea es reunir a tantos como podamos en el mismo lugar. Recordando, por supuesto, que yo estaré también por allí’. Nucky quiere convertir a Rothstein en el cadáver más rico de Nueva York pero nada va a resultar tan fácil. Con menos botín cada uno ejerce con su condición. Eso es que Jimmy liquida a Lucien con un tiro entre ceja y ceja por su reiterada falta de respeto, Chalky estrangula a sangre fría a Leo por tocar el tema de raza y, por supuesto, Nucky deja libre a Meyer. Diplomacia, poder y política. Nucky quiere mandar un mensaje contundente a Rothstein: voy en serio.
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Visto para sentencia |
“Boardwalk Empire” es una serie de espejos y dobleces morales como si pretendiera explicar parte de flancos (in)decorosos de la sociedad americana del pasado siglo. Ahora más que nunca Margaret Schroeder y Nelson Van Alden tiene que enfrentarse a su otro yo. La primera tiene que mentir para que su ‘marido mafioso-político’ gane votos ya que las mujeres han conseguido su derecho en EEUU. Aunque descubre a un hombre de hojalata y que los cuentos, como “El mago de Oz”, cuentos son. Brillante.
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El hombre de hojalata |
El segundo tiene que infiltrarse pecando, bebiendo y seduciendo a Lucy. Toca sexo tórrido… y un Nelson reprimido que hará lo que sea para atrapara a Nucky. Ahora no quedan oportunidades. Brillante. Como brillante es el resurgir judío-masónico de Al Capone que empieza a querer ser el Capo. Y también brilla y se espera deslumbrante el desenlace de esa relación entre Angela y Jimmy. Por un lado hay pasión sexual pero por otro ella sabe que él ha cambiado. Los niños no mienten y el pequeño Tommy le chiva a su padre la relación entre el fotógrafo y su pseudo-mujer. Cinco costillas rotas, la nariz y la mandíbula fracturada son las heridas que paga aquel que osa cruzarse en el camino de Jimmy Darmody… aunque su hijo olvido el género de la palabra fotógrafo… porque, como todos sabemos, Angela tiene su affaire pasional con Mary Dittrich y ésta tiene claro que siempre les quedará París.
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Siempre nos quedará París |
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