Páginas Bastardas

viernes, 20 de agosto de 2010

Apoel-los

La vida suele ser la más insólita caja de sorpresas y cuando uno escapa de su destino suele verse atraído al mismo por un huracán. Bueno, lo anterior es una pequeña gilipollez para lo que viene a continuación. Eso es que me invitaron a presenciar el partido previo a la Europa League del Getafe frente al Apoel. Es cierto que este año mis compromisos extra-laborales impiden que pueda ver en directo y al ras del césped los partidos de mi amado equipo pero el destino quiere, al menos en parte, que siga allí de manera corpórea. 

El fantasma de la ópera chipriota vs. Parejo
Todo fue tan precipitado que no tuve tiempo de ponerme mi tanga azulón de la suerte y mis calcetines a juego y mucho menos rasurarme mi vello público a tono con la bandera local, como buen nacionalista. La vida es, muchas veces, tan improvisada como cruel. No voy a contarles lo que sucedió en el encuentro porque es una crónica deportiva habitual y nada novedosa. Sí, el Getafe ganó con un gol de Parejo al filo del descanso y tras una gélida y espesa primera mitad, con un Apoel encerrado, se desató en juego y ocasiones. Mereció más. 

¡Apoel-los!
Otra crónica es aquella que nunca se muestra en los diarios deportivos y debo comenzar con la afición del Apoel. ¡Qué pesados! Es una verdad indiscutible que la afición getafense es fría y sus cánticos se evaporan en cuestión de segundos. Apagada podría ser el adjetivo más descriptivo. Pero esa afición que llenó parte del fondo designado para ellos estuvo de pie y en pie de guerra. Las advertencias en griego, sobre las reglas de la UEFA, resbalaron en sus carnes embutidas de kebabs de musaka y fueron ignoradas por su fanatismo friqui. Porque esas personas eran friquis en su máxima y degradante exposición. Tuvieron momento ‘cabreo’ y todos se pusieron de espaldas (y en pie pa’ joder) e iniciaron una coreografía bizarra sacada de un descarte de Carmen de Mairena. Otro de sus momentos de inspiración reveladora fue un baile con tembleque de manos absolutamente patético. Para colmo sus canciones eran caras b del peor disco de Manolo Escobar pero en griego y mal cantadas. ¡Y no paraban! Lo mejor fue, cuando al inicio del encuentro, empezaron a insultar a los pocos asistentes del encuentro. O sea, nosotros… con un «Puta Geta» con el peor y más insultante acento posible. En definitiva, que no pararon de realizar sus acrobacias vocales y degradantes durante todo el partido. Ni siquiera un 6-0 les hubiera callado. ¿Esa es la afición que quiere Ángel Torres? Recordemos sus recientes declaraciones:
No he visto afición más fría que la del Getafe”
Dos fríos aficionados del Getafe
Caliéntenos con precios populares en plena cuesta de Agosto, incite al ánimo con orgásmicas entradas para todo tipo de plebe, ponga porno-animadoras y, sobre todo, plantéese que cuando alguien tiene frío hay que calentarlo y repetir su estado no sirve de nada.

Glamour personificado


Ahora la crónica rose, que no rosa. Mucha gente mira ansiosa y expectante a la grada superior central. Esa que llaman palco y donde van todas las stars. Desde que Nuria Bermudez dejó de habitarla el glamour abandonó el Coliseum Alfonso Pérez. Puedo dar fe. Los famosotes y políticos que pasan por allí no tienen ni un diez por ciento de la clase que destilaba esa ilustre señora. Hubo hasta personas que esperaban que Casillas y La Cabronero pasasen por allí para hacerse la foto pero todos sabemos que es la pareja con menos glamour de este país. Incluso por detrás de Parada y su pianista, que les ganan por goleada. 

Fue Trinidad Jiménez y le vi en persona. Me sorprendió porque no medía mucho más que el alcalde de Getafe y eso que le llaman El Pitufo. Para colmo llevaba taconazos. ¡Horror! Como el de los indeseables y serviles técnicos del Apoel que, sentados en un banco y una silla de terraza con el logo de Coca-Cola, recriminaron una y otra vez al colegiado y al cuarto árbitro todas sus decisiones. Como buena, poco glamurosa y fría afición se les insultó. Lo mejor fue un zampagachas aunque no puede citar la fuente por problemas de confidencialidad. Queda la vuelta y espero que esos friquis y zampagachas de chipriotas se coman un ¡Apoel-los!

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