Páginas Bastardas

domingo, 9 de mayo de 2010

Mélo/Drama


Mi vida es melodrama, puro y digno melodrama. Me acusaron, sin embargo, de ser melodramático pero para un ser que vive en el purgatorio de la tragedia, ¿es un elogio?
Otro ser adicto y rodeado de drama, Lestat el vampiro, en “El ladrón de cuerpos” decide acabar con su vida al recordar su condición humana arrebatada cientos de años atrás. Su plan de autoinmolarse al amanecer en un desierto queda ridiculizado al ser demasiado poderoso (a los vampiros añejos de “True Blood” como Godric les sale mejor el plan).
Pero más tarde consigue algo esperanzador y decide hacerse mortal intercambiando su cuerpo para volver a disfrutar de los placeres mundanos y matutinos. Eso sí, harto de la vida eterna y el indudable protagonismo que le ha dado escribir sus crónicas (editadas en tomos) y el mundo de la música rock. Con su nuevo cuerpo mortal descubre el horror de beber, de respirar, de tragar al comer, de sentirse vivo. Obviamente duró cinco minutos y tuvo que vérselas con el drama para volver a ser eterno.






Yo, de pequeño, era afín al Real Madrid porque se cambiaban mejor sus cromos salvo el de Prosinecki y si eres de otro equipo rival los otros niños sabían perfectamente que lo que querías era desprenderte de ellos. Había que melodramatrizar la situación y hacerles pensar que estabas cambiando un irremplazable cromo de tu ‘amado’ equipo. El drama también me rodeaba al ser mi familia colchonera y pedir comer diariamente en mi cubertería del Real Madrid por joderles. Pero también acudía a mi cita dominguera al campo de Las Margaritas para ver si nos podían colar y saborear el ambiente futbolístico. La parábola de mi dramática existencia ha hecho que ahora viva donde se encontraba el antiguo y desaparecido campo. En las reliquias de lo que fue y ha sido el Getafe C.F.





El campo estaba al lado de la piscina municipal y ambos estaban cerca de mi antigua casa. Es extraño como el círculo de mi trágica existencia hiciese que en uno de los partidos en los que acudía como público (el guarda de la puerta nos colaba a veces y otras nos dejaba pasar cuando quedaban diez minutos) se encontraba también Míchel, en aquel entonces jugador madridista, e intentamos chupar cámara mientras le entrevistaban. Ahora es el entrenador de mi equipo y digo «mi» porque parece que después de estar en primera categoría más de un lustro (y camino a la década) todavía no hay sentimiento de que el equipo sea el de uno propio. Muchos eran colchoneros y madridistas y lamentablemente siguen siéndolo. Para colmo a los que ya somos definitivamente del Getafe se nos acusa de no haber sido siempre del equipo pese acudir a sus partidos de categorías inferiores. Como si fuera una letra escarlata y eterno estigma. ¿No es todo eso también un auténtico melodrama?


Ayer no pude estar en el campo por cuestiones laborales y pretendía estar informando mediante la radio pero parecían centrados en ese duelo interminable de dos equipos que no me interesan. Iba a realizar un pequeño resumen cronológico partiendo desde el arranque de todos los encuentros a las 21:00. Apenas pude anotar nada en mi cuaderno porque se sucedieron una serie de catastróficos eventos. Me llevaban mensajes SMS antes de que se marcaran los goles en mi receptor lo que me hizo pensar en esos partidos emitidos en stream con un delay de varios minutos llamados ‘partidos de los chinos’ por la procedencia de la señal.





De las notas sobreviven las frases «Todo nervios. Nada fútbol» y sobre todo se repetía la palabra drama. Llegaron goles y expulsiones, radio-marcadores y el gafe que rondaba la presencia de mi madre en el campo quedó rota y puesta en evidencia.


Tal vez el melodrama de mi vida se inicie con el recuerdo de “Mélo”, drama de Alain Resnais, con una puesta en escena que no esconde su devoción teatral. No falta el telón rojo y el programa con el nombre de los actores. Sabine Azéma fabulosa. Al título le vendría bien la continuación a su inicio, que es lo que forma parte de mi vida, drama. Cogeré el telón rojo de mi existencia y lo abriré cada mañana. No quiero volver a ser de un equipo ‘eterno’ y ‘caballo ganador’. Prefiero ser un mortal que sufra al respirar, al comer y a beber y ya no lo cambiaría por nada. Sí, opto por el drama de seguir siendo getafense. Brindemos por el drama antes y después de cerrar el telón rojo cada noche pese a los aplausos de unos y abucheos de otros.


2 comentarios:

  1. Cachis, siento haberte estropeado la sorpresa de los goles con mis sms, contigo nunca se acierta :-P

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  2. Uno de ellos sí, el primero. En el segundo te iba yo a enviar el SMS pero el caos y el drama se apoderaron nuevamente de mi mísera vida. Ay, infelice. ;-)

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