The End?

Hay ideas que puede tener uno pero finalmente se encuentra con el debate social o, lo que es lo mismo, la oposición fundamental en toda democracia. Un debate atroz lleno de impulsivas contrarréplicas y opiniones subjetivas que entorpecen el propio pensamiento. Sin dilaciones. La idea es ver el último episodio de “Lost”, en su emisión simultánea en la cadena Cuatro, en un apartahotel.

Sacado todo de contexto cada cual puede pensar, razonar y sazonar la revolucionaria idea a su antojo. En un contexto lógico o subjetivo (del individuo, en este caso yo) puede que se puedan vislumbrar las completas intenciones. Empecemos por orden cronológico (no pongo fechas porque al igual que “Lost” puede haber saltos temporales).

• Se determina el título del episodio final. Será “The End” y da pie al título de la primera entrada este blog.

• El episodio se emitirá el 23 de Mayo de 2010.

• Su duración será de dos horas.

• Cuatro anuncia la emisión simultánea del episodio final subtitulado.

• Finalmente el episodio final durará dos horas y media.

Hasta aquí todo sería coherente por ser una mera exposición de titulares extraídos de diferentes noticias; ahora habría que encajarlas dentro de la vida personal de cada uno. Por cuestiones laborales empiezo a trabajar el lunes 24 de Mayo de 2010… ¡a las 8:00! Puede que para el lector (más para que el que no me conozca) sea una sorpresa aunque para un servidor ha sido una tradición desde hace trece años; por cuestiones personales voy en trasporte público desde hace una temporada. 


En este punto podrían a empezar a encajar ciertos detalles. Lo primero: ¿a qué hora empieza el episodio?; lo segundo: ¿cuándo acaba?; lo tercero: ¿cuenta la publicidad en la duración del episodio?

Empezando por el final, a la tercera pregunta la respuesta es (al parecer sí), cuenta y está incluida en las dos horas y media. Otra cosa es la publicidad añadida que nos meta Cuatro ya que obviamente no vamos a ver anuncios ¡norteamericanos! Y supongo que va a ser lo más suculento de cara a las cadenas.
Segunda respuesta a la segunda pregunta: Obviamente depende de cuando empiece.


Tercera respuesta a la primera pregunta: He aquí el principal problema. No es la primera vez que me quedo a ver los Oscar(s)® a altas horas de la madrugada y mucho menos me afecta en absoluto ‘empalmar’ o madrugar ya que llevo haciéndolo toda la vida. Yo pensaba que el episodio se emitiría a eso de las tres de la madrugada, como los premios dorados de la alfombra roja, pero después llego otra hora que marcó sentencia: mínimo a las cinco de la mañana. Eso significa que hasta las siete y media no acaba y tardo en llegar en transporte público cincuenta minutos. Veinticinco o media hora en coche aunque tendría que buscar ‘taxista’.

Otro cantar es la técnica del escaqueo: llegar tarde o no ir y alegar una enfermedad (no he faltado a un trabajo por enfermedad en años y toco madera) me parece caer en algo denominado drogodependencia o alcoholismo. Es cierto que una cosa es ser friqui, otra que alguien le guste darle a la marihuana o al alcohol. Otra es que afecta a tu trabajo y cuando uno traspasa la barrera cae en la enfermedad. O se es alcohólico, drogadicto o friqu-i-co o friqui-dicto. En ese punto no hay vuelta atrás y olvídate de continuar con una vida normal; acabarás pidiendo en una esquina con una camiseta tiñosa de Dharma o atracando a otros friquis (no enfermos) a la salida de Arte 9 o Generación X para comprarte tus chutes de merchandising.


Después de estudiar todas las posibilidades la más ‘lógica’ era alquilar un apartahotel enfrente de mi trabajo. Por ser empleado de mi empresa matutina me hacen oferta, sale más barato que coger un taxi y tiene televisión de 32”. También incluye cocina. El plan era perfecto hasta que llegó aquello con el que se inicia la entrada del blog: el famoso debate social. Muchos pueden llegar tarde a sus trabajos, faltar sin escrúpulos o compaginarlo.
Otros no entienden ni siquiera el fervor de ver un episodio de una serie que ni conocen. Te miran como si fueras un enfermo por decir semejante infamia y proponen que lo veas, como siempre, en ‘diferido’ esa misma tarde, lo cual ya es en sí mismo un acto de friquismo absoluto. Todo eso me recuerda al artículo de Mariola Cubells para ADN en la sección que cierra el diario gratuito llamada (agárrense los machos) 'The End' publicado el 18 de junio de 2009. En el mismo se planteaba que el friquismo del populacho no es friquismo sino simple fervor cultural. NO eres rarito por comprar merchandising (desde camisetas a DVD) a precios impopulares, gastarte una pasta en descubrir los finales de los episodios, comprar entradas de sus eventos a precios prohibitivos y la ‘revista’ diaria a modo de chute y seguir sus múltiples tramas, pasiones, conspiraciones y culebrones. Eso es ser seguidor de la Liga de Fútbol. Entonces, NO eres rarito. El resto de friquis, SÍ.


Puede que efectivamente la mejor solución y que me parece más decente y moral sea la que he planteado pero aquí vuelve a aparecer nuevos factores, esta vez, dictatoriales.
Lo primero es que el episodio número 15, “Across the sea”, me ha parecido un bluff de proporciones épicas. Tanto, que me ha bajado mi erección friqui totalmente. Lo segundo es devastador. La noticia creo que data de fecha de ayer y no es otra de los horarios de emisión del último episodio. Fox lo empezara a emitir a las 6:00 y Cuatro a las 6:30. Es decir, esto significa un The End absoluto para mi plan.
< Puede que todo sea el destino y éste sea ver la serie en diferido esa misma tarde siguiendo la tradición que me ha acompañado durante tanto tiempo y pensándolo de cierta manera tiene y debe ser así. Todo cobra un sentido mayor al de nuestras intenciones. Sería una falta de respeto trasgredir los saltos temporales de emisión y recepción en una serie donde forma parte de unos de sus motivos centrales y su leitmotiv narrativo. Seamos, por lo tanto, coherentes y NO veamos el episodio en paralelo sino en flashback o, posiblemente, será nuestro The End.