Páginas Bastardas

miércoles, 28 de marzo de 2018

Jessica Jones: Segunda temporada


[AVISO SPOILERS] Hablemos de la segunda temporada de “Jessica Jones”. Creo conveniente que lo primero sería comentar el contexto de decadencia que viven las series Marvel de Neftlix. Esa bajada de ‘hype’ y pegada —que no tanto de calidad— la comenzamos a sentir en Luke Cage. Después, llegó la decepción y las pésimas críticas de Iron Fisty cierta desilusión que arrastró la irregular The Defenders. La llegada de The Punisher y la nueva entrega dedicada al personaje que interpreta Krysten Ritter van a tratar de recuperar a esa audiencia desencantada que está viendo cómo la injustamente infravalorada Marvel's Agents of S.H.I.E.L.D. está viviendo una sobresaliente evolución en paralelo a la sobrepoblación de espectáculos dedicados a personajes con superpoderes y adaptaciones de cómics populares o de culto sobre superhéroes. Dentro de ese contexto, conviene también señalar que la propuesta de Melissa Rosenberg nació para romper ciertas imposiciones del subgénero tanto a nivel cinematográfico como televisivo y en la historia de Jessica Jones se intuía un concepto psicológico sobre la huella del pasado en nuestra protagonista. Kilgrave (David Tennant) era un eco postraumático para una mujer en busca de una salida a una herida que enmarca su conflicto. El (re)regreso de ese villano y némesis provoca que Jessica retorne a su «Calle Birch. Camino Higgins. Callejón Cobalt...» pero, sin embargo, todo ya es una secuela psicológica y posibilidad de locura ante una dicotomía latente: ¿volverá a asesinar Jessica Jones? 

Pensemos en que esta segunda temporada de la serie de Netflix parte de un concepto claramente femenino tanto en sus personajes principales como en la dirección de todos y cada uno de los capítulos. Jessica Jones siempre se reveló como una protagonista que deseaba alejarse de esos conceptos y prototipos vistos anteriormente, como si quisiera repudiar su condición de superheroína en ese marco de cinismo. La cuestión es que veamos la definitiva transformación de Jessica en una antiheroína que prefiere decantarse por su rol de detective privada y rechazar tanto sus poderes sobrenaturales como cualquier acercamiento personal/sentimental/familiar. Precisamente, esta entrega puede decepcionar a propios y extraños por articularse sobre nuevos elementos del pasado de Jessica y seguir apuntalando sus conflictos silenciosos. Jones se había escudado en Kilgrave para justificar los asesinatos que había cometido pero, por el contrario, durante esos nuevos capítulos comprobaremos la facilidad para la protagonista de poder hacer daño mediante sus superpoderes y no todo fin justifica los medios. ¿Vamos más lejos que el cuestionamiento moral de Batman hacia un contexto claramente realista? Jessica, además, reniega también de conectar con cualquier otra persona cercana y establecer lazos con cualquier entidad familiar. Los escritores han unificado todos esos conceptos para hacer avanzar la historia explorando todo el pasado de su antiheroína y propulsándose, asimismo, en el futuro del espectáculo. La llegada de Alisa Jones (Janet McTeer) y del doctor Karl Malus (Callum Keith Rennie) supone que entendamos todo el espectro que originó los experimentos que concedieron los poderes a la protagonista. El descubrimiento de que la madre biológica de Jessica sigue con vida —y que es un monstruo gracias a Malus— eleva el discurso de esa posibilidad de que alguien con superpoderes pueda perder el control. Alisa es mucho más fuerte que Jessica y su inestabilidad emocional será uno de los temas recurrentes de la temporada. ¿Estará dispuesta Jessica a matar a su propia madre y, por lo tanto, caer en esa espiral de perdición? ¿Es la muerte lo único que puede detener a Alisa y la cadena de crímenes que ha cometido (y va a cometer)? 


Pensemos en que la segunda temporada de “Jessica Jones” enfrenta tres bloques familiares para su antiheroína. El primero se trata de la familia adoptiva de Jessica y ese foco que establece Trish Walker. ¿A quién elegirá Jessica? ¿A su madre o a su hermana/mejor-amiga? A través de todo el entramado veremos que Trish desea también tener los superpoderes de Jessica y convertirse en esa heroína de la que reniega su ‘hermana’. Tal concepto, nos hace plantearnos una extraña temporada en la que los antagonistas son personajes cercanos a la protagonista a modo de lidiar con los fantasmas de su pasado y presente. Al abrir la caja de sus recuerdos, Jessica se sumerge en hallar toda la verdad sobre sus orígenes e incluso las implicaciones de su madre en su vida personal y romántica reciente, ampliando así el concepto trágico de un enfrentamiento anunciado. Jessica Jones, además, va tener que someterse a las dudas morales que atenazan su alma por los crímenes que han cometido y un nuevo homicidio (involuntario) va a supeditar su conflicto. Ya no está Kilgrave como justificación e incluso la psique de Jessica recurre al mismo para tratar de lidiar con una nueva crisis que le ha convertido en una asesina cada vez más cercana al abismo de la locura y perdición. La llegada de Oscar Arocho a la vida de nuestra protagonista también impulsa esas necesidades de construir una nueva familia a su alrededor. Una de futuro… ¿Va a cortar Jessica Jones con su pasado? ¿Se trata de todo ese punto de giro la presente entrega? 


Está claro que estos 13 episodios tratan sobre una evolución manifiesta en todos los personajes. Jeri Hogarth, por ejemplo, se enfrenta al descubrimiento de su enfermedad degenerativa bajo el pretexto de hallar un resquicio de humanidad que, por el contrario, se transformará en su camino a la oscuridad. Los intentos (un tanto locos) de Trish Walker para conseguir poderes convierten a su personaje en una adicta a las ‘drogas’ que consumía Will Simpson y, finalmente, querer reproducir el experimento que dio poderes a Jessica en su propio cuerpo. Da la impresión de que Gata Infernal está cerca… Incluso por parte Malcolm Ducasse tendremos un viaje a su lado oscuro y transformación en otros márgenes más siniestros (?). En realidad, la cuestión fundamental ha sido aportar mucho más dramatismo en esta segunda temporada y perfilar los conflictos para consolidar la construcción de los personajes. Se trata de un movimiento arriesgado y, quizás, esta entrega sea injustamente considerada como decepcionante cuando, sin embargo, supone otro ejercicio de riesgo para el subgénero. La muerte de Alisa Jones a manos de Trish significa un nuevo revés en todas esas anteriores proposiciones. Sabíamos que Jessica nunca podría tomar tal decisión e incluso la entrega de su madre a las autoridades no hubiera solucionado el problema porque, tal vez, no parece que exista una prisión que consiga contener su gran poder y capacidad de hacer daño ante la posibilidad de perder el control. En realidad, el enemigo nunca fue IGH o un ‘evil doctor’ sino esos reflejos interiores de sus dicotomías y dilemas que atenazan a los protagonistas por descarriarse. Jessica siempre fue el ejemplo de una contradicción: la mujer más fuerte de todo Nueva York es toda fragilidad en su interior. ¿Y cuál es su camino? Posiblemente ya no tenga miedo de ser una superheroína y mantener su cinismo a pleno rendimiento para que el pequeño Vido tenga su ración de ‘hype’. ¿Lo hemos tenido nosotros? Quizás “Jessica Jones” nunca fuera una serie explosiva sino que, contrariamente, deseaba explorar la psique y las heridas interiores por encima de cualquier efectismo formal y narrativo. El espectáculo de Netflix, ahora, se enfrenta a una nueva dimensión al acabar definitivamente con el pasado de su (anti)heroína y este díptico compuesto de dos temporadas y 26 episodios era necesario para establecer un punto de partida. ¿Estamos ante un nuevo comienzo?

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2 comentarios:

  1. Esta temporada se sintió más lenta, pero como dices, es cosa de acomodar o perfilar el show. Ahora que han liquidado, literal, el pasado de Jessica ¿qué se podría esperar? Ya veremos. Igual, ver a Krysten Ritter lanzar patadas es siempre placentero.
    Buen día.

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  2. Demasiada Madre de Jessica Jones, demasiada Trish, demasiada Madre de Trish. Una temporada aburrida. Se salva Jeri Hogarth aunque la sesión intensa de lesbianismo y drogas no es necesaria. Es cierto, leyendo mi comentario, que es una serie de mujeres. Y últimamente hay muchas. Lo de Collateral de la BBC2 es tremendo. Y 'I kill giants' y 'Lady Bird' y 'Aniquilación'. Nosotras. Jessica Jones aburrida, el tema elegido ha sido aburrido. Hasta las apariciones de Kilgrave son aburridas. Al pobre Malcolm Ducasse lo diluyen enseguida. Y a Jessica Jones no la he visto motivada en la serie, ni ha podido trabajar como detective, que ahí es la mejor. Me la he visto mientras fregaba los cacharros. O sea.

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