domingo, 13 de agosto de 2017

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Orphan Black: Quinta temporada

Mi historia es un bordado con muchos comienzos y ningún final…
El final de toda serie de culto debería ser motivo de celebración y da la impresión de que Netflix se ha sumado a la fiesta poniendo disponible la quinta temporada a sus suscriptores apenas unas horas después de que BBC America emitiera el series finale de “Orphan Black”: “To Right the Wrongs of Many (Rectificar los errores de la mayoría)” (5x10). En esta melancólica despedida, los creadores John Fawcett y Graeme Manson han diseñado un adiós completamente consciente de su condición y el círculo alrededor de Sarah Manning. De acuerdo, resulta un broche final bastante estándar aunque, por el contrario, es necesario como línea de evolución con todo lo vivido durante los cinco años que han compuesto el espectáculo. Tal vez el sentido y sentimiento a las aventuras de ese clon al que seguimos desde “Natural Selection (Selección natural)” (1x01), allá por 2013, sea el deshilachar todo ese entramado enrevesado que conformaba ese gran mosaico y cosido del que habla Helena en este último episodio. Quizás la manera más sencilla de entender “Orphan Black” sea a través de las memorias de título homónimo escritas por aquella clon que fue criada en un convento en Ucrania. Para comprender ese gran bordado tenemos que seguir ese hilo que representa la historia de Sarah: una mujer que bajó de un tren para encontrarse a sí misma. Muchos filmes y series de género nacen precisamente de un trauma y el de la heroína de esta ficción era enfrentarse con esa vida que dejó atrás. Sarah ha encontrado a una nueva familia en ese crisol de clones, que representan una pequeña parcela de su psique, pero la dura realidad quedaba a la espera. Antes tenía que salvar a sus hermanas y descubrir los auténticos motivos por los que fueron creadas. Fawcett y Manson han querido tratar esos dos frentes en estos diez episodios que finalizan uno de los espectáculos que mayor halo de culto han generado pese a ciertas indecisiones argumentales y giros de guion un tanto mareantes. Si nos preguntábamos al comienzo de estaba temporada si estábamos ante el principio del fin o, por el contrario, ante el comienzo de una nueva y clónica, es hora de contestar todas esas preguntas acerca de todo el universo alrededor de nuestro Clone Club favorito.

La estructura empleada por John Fawcett y Graeme Manson fue la de una sucesión de cajas chinas que fuera revelando nuevas piezas y secretos junto a inesperadas revelaciones. Dentro de todo ese entramado era obvio y que íbamos a llegar al final de las baldosas amarillas y a ese constante y reiterada referencia a ‘La isla del doctor Moreau’. ¿Quién es el Mago de Oz? ¿Quién es el maestro de marionetas que ha jugado a ser Dios? Empecemos entendiendo todo como un gran todo y desquitemos ese juego de corporaciones que controlaban el Grupo DYAD sirviendo al Neolution. Eran capas y cajas abriéndose para llegar a los proyectos secretos Leda y Pastor. Todo tiene un fin y P.T. Westmoreland ―el autor de ‘On the Science of Neolution’ y fundador del movimiento y creador de esa sociedad científica secreta con una edad de 170 años― es la figura que se esconde detrás de la cortina orquestando todo. En su encuentro con Cosima, cita un poema de Conan Doyle
A los ácaros de queso se le preguntó cómo llegó el queso,  
Y con gusto discutido el asunto;  
Los ortodoxos dijeron que venían del cielo,  
Y herejes dijeron que el plato.  
Argumentaron largo y apoyan con firmeza,  
Y escucho que están discutiendo ahora;  
Pero de todos los espíritus selectos que han vivido en el queso,  
Ninguno de ellos pensó en una vaca.

Y, bien, ¿qué es la vaca en esta historia? P.T. Westmoreland podemos confirmar que no es la vaca pero sí el ganadero. La vaca es la vida eterna y Westmoreland es un farsante que ha utilizado toda la mitología respecto a sus orígenes y edad para prolongar su propia vida a través de la ciencia. Y su vida ya se está acabando y los clones (y su prole) tienen las respuestas que necesita… El tema no es novedoso en la ciencia ficción y recientemente vimos en Prometheus cómo Peter Weyland viajó hasta los confines del universo para que los creadores de la humanidad le confirieran la vida eterna. La trascendencia es el propósito y quimera del ser humano pero veremos cómo un monstruo como Westmoreland ha utilizado ese queso a modo de distracción para aprovecharse de todos esos experimentos que ha puesto en marcha a lo largo de los años. La tentación y la carnaza eran sugestivos y, de este modo, ha dado a esos ácaros un propósito sin que se pregunten realmente qué es esa vaca. El Neolution, por lo tanto, era un simple espejismo a una empresa netamente egoísta y egocéntrica para perpetuarse. No obstante, esta temporada final de “Orphan Black” tarda unos episodios en arrancar los motores. Es cierto que tiene que abrir esa última caja china y dejarnos inspeccionarla con todos los necesarios datos y detalles pero, sin embargo, esos capítulos iniciales se sienten como un viaje de setas alucinógenas de Allison. Hasta que llega “Manacled Slim Wrists (Muñecas delgadas y esposadas)” (5x06), Fawcett y Manson deciden inteligentemente rendirse a la economía narrativa recurriendo a viejos enemigos del pasado y resurrecciones para posicionar los apropiados elementos. Se echa de menos en falta, no obstante, esa comedia que era capaz de generar la serie y esos elementos integradores con todo tipo de géneros gracias a los clones. Pese a sus debilidades, los regresos de Virginia Coady y Susan Duncan sirven para ver cómo Westmoreland ha manipulado a todas las personas que han trabajado para él con la coartada de la ciencia como propósito. Bajo ese mandato, los libretos pretenden también cerrar un gran círculo alrededor de toda la mitología de la serie y que antes que los proyectos Leda y Pastor hubo un experimento en esa isla a un niño con genes únicos. Tanto Duncan, como Coady y sobre todo Westmoreland crearon un monstruo y, ahora, la proposición es contraponer las atrocidades que piensan cometer con Kira para conseguir hallar si sus ‘poderes’ de regeneración son un rasgo hereditario. Westmoreland, al fin y al cabo, es una especie de vampiro que se ha alimentado del sufrimiento para alagar su vida. Y, dese luego, no va a parar hasta que alguien le clave una estaca en el corazón (o ponga una bala de plata en su cuerpo).


Con todo expuesto y descubierto, la nueva guerra ha comenzado. A partir del intento final de “Ease for Idle Millionaires (El alivio de los millonarios)” (5x05), la ética, la ciencia y la humanidad quedan dispuestas en una secuencia para que supongan ser un objeto de debate al otro la pantalla. ¿Qué precio podemos poner al gen de la fuente de la juventud? ¿Nos gustaría escucharlo e incluso aceptarlo? Ya sea por parabiosis o con la vida y/o sufrimiento de niños inocentes, ese monstruo desea seguir entre nosotros y nuestras protagonistas son las únicas que puede evitarlo. “Orphan Black” decide rendirse también al homenaje y nos trae de vuelta personajes como Crystal o el Dr. Leekie para ver también los orígenes de Rachel Duncan. En cierto modo, esta temporada también está dispuesta para que tengamos la redención de una de las grandes villanas del espectáculo y que definitivamente se dé cuenta de que siempre, fue y será parte del experimento de una corporación. Lo primero para acabar con Westmoreland es desacreditarlo y demostrar que no tiene 170 años ni la fuente de la juventud es real. Simplemente se ha dedicado a experimentar con niños bajo una coartada científica para alcanzar la vida eterna. John Patrick Mathieson nació en Texas en 1939 y fue el hijo de un magnate del petróleo, siendo seguramente un sociópata de cuchara de plata en busca de alimento para su ego y trascendencia. La recta final de “Orphan Black” ha sabido vender bien las cartas argumentales de la baraja y ha ofrecido la mejor cara de thriller del espectáculo de BBC America sin olvidarse de secuencias de infarto como el cierre de “Gag or Throttle (Ahogar o acelerar)” (5x07), en el que Beth decidirá sacarse el ojo cibernético por el que era completamente controlada por Westmoreland. La expiación de la pérfida clon supondrá un punto de giro para quitarse las máscaras y ver a los auténticos villanos del espectáculo. En “Guillotines Decide (La guillotina decide)” (5x08) veremos que la naturaleza de la serie siempre fue ceder al reino familiar como catalizador para la supervivencia y será la propia ‘matriarca’ y protectora, Siobhan Sadler, aquella que se sacrifique por salvaguardar el futuro de aquellas que considera sus hijas. No es el primer gran sacrificio de un protagonista por la vida de Sarah y sus hermanas ya que Paul Dierden tomó ese destino tiempo atrás… E incluso podríamos incluir en esta lista a Delphine Cormier aunque los designios del guion hayan querido que sea el puente de salvación de Cosima. La muerte de S, destruyéndose mutuamente en el proceso junto a Ferdinand Chevalier, significa también el comienzo del fin para Grupo DYAD, ya que todas sus artimañas legales y delitos económicos serán expuestos al público. Ya no hay nada que esconder aunque todavía quedan monstruos de los que protegerse… 


Todos los caminos van a llevar a “To Right the Wrongs of Many (Rectificar los errores de la mayoría)” (5x10) para que Helena se convierta en la prisionera de Westmoreland y Coady en los albores de su parto. La previa muerte de Gracie Johanssen y la eutanasia sobre Mark Rollins sirven también para ir cerrando todas esas cajas que previamente fueron abiertas y, al mismo tiempo, servir en bandeja ese leitmotiv sobre la maternidad. La idea es que los partos entrelazados de esas dos ‘sistras’ (e incluso su sangre compartida) sirvan para hallar una extraña comunión entre esos dos personajes tan fundamentales para “Orphan Black”. Los monstruos serán, por supuesto, derrotados de la maneras más violentas posibles pero, sin embargo, la cuestión es que esa dicotomía sobre los orígenes de todas ellas (el monstruo seguirá viviendo en el interior de Kira, por ejemplo) hayan servido para otro tipo de propósito en cada uno de los personajes. El series finale desea emocionarnos a toda clase de niveles, resolviendo las cuestiones primordiales en sus primeros 20 minutos. Porque aquí lo necesario, más allá de una, es adentrarnos en las consecuencias de toda resolución. Pocos espectáculos se asoman allí el tiempo suficiente y “Orphan Black” considera que sus seguidores nos merecemos más que un sobresaliente clímax con algunos golpes de efecto de todo libreto que desea mantener la tensión. Esa celebración del adiós veremos que es una fiesta de Allison como vehículo para unir a todas las hermanas. Los gemelos de Helena también van a ser criados junto a los Hendrix y ese tono familiar se impone rápidamente en ese juego de réplicas que nos propone el patio y morada de esa familia de los suburbios. Cosima y Delphine, por su parte, están buscando a todos los ‘clone clubs’ para vacunarlos contra esa enfermedad que acabará con todas ellas… Camila Torres es su próximo objetivo. El triunfo profesional de Felix también supone una clara disposición para ir cerrando cabos sueltos y comprobar que Sarah no ha sobrepasado su conflicto ni ha superado la muerte de S. Nuestra protagonista sigue atrapada en el pasado y no está ‘curada’ de sus heridas. El resto de miembros del Clone Club está preocupado por su hermana y no hay nada como una reunión familiar para que Sarah confiese que está cargando con un montón de errores y no sabe cómos ser feliz. Esa incapacidad de madurar y tomar el lugar de S nos confirma que toda la serie se puede entender como un paréntesis, que sirvió a la protagonista de excusa, para eludir la responsabilidad como madre. Cada hermana tiene sus propios problemas pero todas ellas tendrán que encontrar las respuestas. Rachel tendrá también que hacer frente a sus errores y todavía no forma parte de la familia; tal vez nunca lo sea… Sin embargo, Felix siempre ha ejercido como catalizador de todas las clones y la lista que regala Rachel al Clone Club, como parte de su terapia de expiación, revela que hay 274 chicas que han de ser vacunadas. Al fin y al cabo, cada una de ellas tendrá que contar su propia historia… aunque la de estas ‘sestras’ que hemos seguido en estos cinco años y temporadas fue el relato de esos hilos que conformaban un gran bordado. Podemos también aquí trazar una lectura sobre un relevo generacional ya que han muerto todos los padres y madres de esas clones. Ahora ellas tendrán que ser las madres de una descendencia que ha quedado reducida a la de Sarah y Helena. “To Right the Wrongs of Many (Rectificar los errores de la mayoría)” (5x10) decide cerrar con ese tono familiar sobre la responsabilidad de Sarah como madre y dejándonos en el interior de esa casa que también fue nuestro hogar durante todo este tiempo; como si nosotros también hubiéramos sido parte de ese gran familia de esos clones que buscaron sus orígenes y de un propósito para sobrevivir y, sin embargo, se encontraron consigo mismas.


Apuntes bastardos: Tatiana Maslany tendría que haberse llevado durante cinco años seguidos el Emmy a Mejor Actriz pero, eso sí, tiene que dar más clases de español. La pregunta, no obstante, sigue siendo otra: ¿qué le ha pasado Kira? ¡Cada capítulo que pasa ha tenido la cara más hinchada y en los episodios finales parecía que iba a estallar! Alguien tenía que decirlo en este mundo en el que todo ha de ser políticamente correcto e hipócrita a no más poder. 

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