Páginas Bastardas

domingo, 12 de febrero de 2017

Legion: ¿Qué es real y qué es imaginario?

Serie de TV
“Legion”
EEUU
2017

Sinopsis (Página Oficial):

David Haller, a.k.a. Legion, es un hombre con un poder más allá de lo común. Este poder no es inofensivo y afecta gravemente a la mente de David. Invadido por numerosas personalidades divididas, cada una de las cuales comanda un aspecto diferente de su poder, David está tratando de encontrar su camino de regreso a la cordura. Pero se está cansando y está a punto de rendirse cuando conoce a la chica de sus sueños.

Crítica Bastarda:

Mientras que Netflix se ha apoderado del trono de las series de superhéroes, reutilizando el Universo Cinematográfico de Marvel bajo su propio beneficio y dependencia —y los días de Agents of S.H.I.E.L.D.parecen estar contados—, la llegada de “Legion” nos transporta a un nuevo cosmos y dimensión dentro de otra parcela cercana a los mutantes de los X-Men. Evidentemente llegar antes de que FOX culmine el proyecto televisivo que tiene en mente Bryan Singer tiene sus ventajas, teniendo en cuenta que Noah Hawley va a ofrecer un compendio que alterna la calidad habitual en sus guiones y la incursión dentro del subgénero desde varios frentes inexplorados. La serie que en EEUU emite FX desea alejarse de todo lo visto y vivido en televisión por el fan de los superhéroes empezando por sus propias conexiones con el universo cinematográfico que lo encarna. “Legion” desea ser, por lo tanto, un espectáculo que alterne el drama y thriller psicológico con la ciencia ficción liberándose completamente de ese yugo impuesto por el marketing y la referencia interesada. A Hawley le interesa inspeccionar en esos espacios en los que el punto de vista de nuestro personaje principal deforma y desfigura la realidad y transporta al espectador a una narración en la que realidad e imaginación se confunden. En “Chapter 1” (1x01), coescrito y dirigido por el propio creador, aparecen todos esos elementos que nos presentan a aquel mutante que pudiera ser el más poderoso y que ni siquiera es consciente de sus propios poderes. David Haller vive atrapado en su propia mente y locura, condenado por esos mecanismos que modulan su propio entorno y que nos lleva a ese conflicto en el que no podemos fiarnos del narrador. Confiando en un constante tono onírico y pesadillesco, con ciertos apuntes y referencias anacrónicas, Hawley ha diseñado un show de superhéroes psicodélico y pretendidamente desequilibrado dentro de su espectro temporal. Todo lo anterior provoca que “Legion” pueda marcar las distancias respecto a otras series y propuestas, integrando cualquier variedad de conexiones con la cultura pop de distintas épocas generando ese sentido de la distorsión e incertidumbre al otro lado de la pantalla. El tiempo ya no ocupa lugar dentro de ese pasado, presente y futuro del subgénero.


Vivimos en tiempos de inmediatez en el reino televisivo y es cierto que la serie de Hawley está condenada al culto por sus hallazgos visuales que van en paralelo a la supuesta enfermedad mental que retrata. En cierta medida, los poderes mutantes y de superhéroe son descritos como una maldición en “Legion”, posicionándonos en el delirante mundo que habita su protagonista y ese deambular de personajes extravagantes y caricaturescos a su alrededor. Perdidos dentro de la alucinación, la inconsciencia y el delirio, la serie de FX despliega unos fuegos artificiales que conectan desde el cine de Wes Anderson pasando por Zack Snyder hasta el imaginario de David Lynch o Stanley Kubrick. Es posible que algunos comparen muchas de las ideas de Mr. Robot con las desplegadas en el primer episodio de “Legion”, ya que se afronta una enfermedad mental desde el punto de vista en el que no sabemos qué es realidad o imaginación para el propio narrador. Hawley da la impresión de ser consciente de tales elementos y levanta sus cartas en el piloto sin que sepamos qué nos puede deparar el espectáculo en el futuro salvo un enfrentamiento entre aquellos que ven a los mutantes como seres incontrolables y peligrosos que han de ser erradicados (o utilizados como esclavos) o bien otro sector que desea cierta independencia desde una percepción pacífica (o tal vez no) que les permita sobrevivir. Sobre esas líneas conocidas para la audiencia se despliega una guerra en la recta final de esa primera entrega en el que David Haller se ha convertido en ese mutante que todos desean. En “Chapter 1” (1x01) hay desde cambios de cuerpo, posibles viajes en el tiempo y constantes incursiones en el gran laberinto que propone la mente humana. Todo parece posible en “Legion”, como si el caos que despliega fuera acorde al tono impuesto por la ambigüedad entre los síntomas de la esquizofrenia y los poderes de su protagonista. Es posible que en esos tiempos de inmediatez lo suyo sería esperar a comprobar si esos ocho primeros episodios conformasen una serie insólita dentro del subgénero o, por el contrario, un sumatorio de ideas de otras producciones solapadas al formato de superhéroes. Desconcertados o no, la idea es que vemos que todo poder conlleva una gran responsabilidad… incluso en el propio desconocimiento de la causa y los peligros que tal acto podía suponer. Pero, no obstante, la idea implícita es que esos poderes de Haller le acechan como monstruos y pesadillas atrapadas en su mente, conduciéndolo a la locura como una interpretación posible de los mismos o, por el contrario, a un control del caos como única vía de sobrevivir. Tal discurso es acertado con el propio formato que representa la propuesta. ¿O no es acaso de locos, delirante y extraordinario todo universo de mutantes y/o superhéroes? 

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